Viajero, periodista y emprendedor adquirido. Apasionado de Internet y volcado en el viaje más intenso que jamás había pensado: minube.com

Entradas etiquetadas como ‘san petersburgo’

Palacio de Peterhof, el Versalles ruso

Hoy, mi compañera Fany me ha dicho que le apetecía compartir un rinconcito que, para ella, es muy especial. Y, claro, como para decirle que no… Os dejo con su historia.

Diría que, para recorrer San Petersburgo sin perder detalle, se necesita una semana como mínimo. A ver, estamos hablando de la segunda ciudad más grande de Rusia con 4 millones de habitantes. De hecho, solo visitar el Hermitage supone un día entero.

Por eso, yo me quiero centrar en un sitio en concreto que está a 30 kilómetros de San Petersburgo: el Palacio de Peterhof. ¿Por qué? Pues porque para muchos es el palacio más bonito del mundo y yo quiero unirme a ellos.

Para llegar a Peterhof hay que coger un autobús que sale desde San Petersburgo y que te deja en la entrada de los jardines. Y de eso os quiero hablar primero, de los jardines. Yo no he visto cosa igual. Al entrar lo haces por el Parque Alto, con algunas fuentes y paseos, pero justo detrás del palacio está el Parque Inferior: el complejo de fuentes más grande del mundo. Solo por ver esto ya merece la pena ir a Peterhof.

La Gran Cascada es la fuente principal, y está adornada con 37 esculturas de bronce y 142 juegos de agua que desembocan en un gran canal. Allí, el agua recorre el corazón del parque hasta llegar al Golfo de Finlandia.

Para entrar un poco en materia, primero unos datos: El palacio, construido por Pedro I el Grande a comienzos del siglo XVII, se levanta sobre una terraza marina y fue residencia de los zares hasta 1917, cuando pasó a ser un museo. Tanto el palacio de estilo barroco como los jardines son Patrimonio de la Humanidad.

Y ahora, mi experiencia: Cuando vi esta construcción y muchas otras de San Petersburgo, me di cuenta de la ostentación de los zares. De hecho, nos contaron que en el interior del palacio llegaron a acumularse más de 8.000 objetos de decoración traídos de todo el mundo. Cuando yo fui pude ver algunos de ellos, y digo algunos porque, durante la II Guerra Mundial, los alemanes arrasaron el interior del palacio.

Como en gran parte de San Petersburgo, está totalmente prohibido hacer fotos, vamos, que cuidan tanto su patrimonio que hasta te obligan a entrar con patucos en los pies (¡resbalan un montón!). No hace falta que diga que no se puede tocar absolutamente nada… Pero bueno, aunque esté prohibido hacer fotos yo os cuanto lo que vi: el gran salón del trono con decoración blanca y verde, una sala de objetos orientales con muebles que los diferentes zares trajeron por puro capricho, dormitorios y salas de música e incluso una habitación con muchísimos retratos. Todo ello conectado con pasillos interminables y ventanales inmensos. Precioso.

Durante algunas épocas del año visitar el interior del palacio es complicado por las largas colas que se hacen. Aun así, entrar a los jardines ya es una aventura que te puede llevar toda la tarde. Por cierto, hay un mercadillo al lado del parque con objetos típicos rusos como las famosas matrioskas o los huevos de Fabergé. Baratísimo todo, yo me llevé unos huevos.

¿Es o no es uno de los palacios más bonitos del mundo? Ya os digo yo que sí, y en directo todavía más.