Ser estrella, a día de hoy, no significa nada. Quiero decir que vemos a estrellas arruinadas, otras que hacen anuncios que atentan contra sus valores y otras que mendigan trabajillos no tan sutilmente. Kiko Rivera es una estrella, o eso informa el número de seguidores que tiene en Instagram: 107k, casi tantos como los que tiene su hermana Isa, más estrella todavía merced a un programa de telerrealidad.
Kiko Rivera, Instragram.
Su novia, Irene Rosales, es (casi) estrella, dicho sea de paso. “Siempre alegre y elegante”, escribe en IG (24.8k). Ojalá le vaya mejor con ella que con Jessica Bueno. Hace unos días nos enteramos que Francisquito, el hijo que tuvo con ésta, va a vivir en Londres: el juez le ha dado el permiso a la mamá, que quiere vivir allí con su actual marido. Claro que tampoco es que haya “perdido a su hijo”, como se ha escrito en los medios del corazón, que Londres está a una hora y media de avión, oiga.
Los dos siguen batallando por la custodia y en medio, Francisquito, que no merece que sus padres sean tan inmaduros como para no ser capaces de ponerse de acuerdo. Triste.
La buena noticia para Kiko es que espera otro hijo, hija en este caso, y que está, como decimos, enamoradísimo de Irene Rosales, la futura mamá. A mí Irene Rosales me parece valiente, y me cae bien.
El culebrón toma peor color cuando aparece en escena la madre, Isabel Pantoja, que como todo el mundo sabe salió este jueves tan digna ella, menos alegre que la otra vez, de los barrotes de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), el mismo pueblo en el que echaba las cartas la bruja Lola. Estará seis días a la bartola, disfrutando de la vida y celebrando su 59 cumpleaños, que es el domingo, por todo lo alto. No sabemos si comerá pollo a la cantora pero sí que será en su casa y rodeada de los suyos, incluida su hija Isa Pantoja, que ya está en Cantora (ha sido la primera en llegar) y que, como sabemos, con el anterior permiso se encontraba en la isla de los famosos haciendo de las suyas.
Salida de la cárcel: segundo permiso © Gtres
Madre e hija tienen pendiente una conversación pendiente, pues, como recordaréis, Isa declaró hace no tanto aquella frase polémica: «En mi familia he visto atenciones con mi hermano o mi prima que no han tenido conmigo».
Pero sigamos con Kiko Rivera, estrella ausente de ‘Sálvame’. Parece que anda en apuros económicos. Según informaron en Telecinco, sólo podría salvarle un fichaje por un programa de televisión. Se trataría no de una intervención aislada, sino algo fijo, tales son las deudas de la madre. Sí, de la madre. Es Kiko, siempre según las fuentes de la excadena amiga, quien está tratando de enfrentar las deudas que aún tiene Isabel Pantoja por su mala cabecita en la pasado.
Sabemos que el más de millón de euros que tiene que pagar como responsabilidad civil por el dichoso blanqueo lo está afrontando en no tan cómodos plazos, 200.000 euros cada tres meses. El último plazo ya le costó mucho pagarlo y el próximo todavía lo tendrá más complicado. Por eso, según informaron ayer en Telecinco, Kiko Rivera está dando a su madre TODO lo que factura (eso dicen en la tele, pero digo yo que algo dejará para Francisquito y para sus escapadas con su novia), pero esto no alcanza, así que la solución sería una colaboración fija en un programa.
Menudo lío. Tal vez por eso la hemos visto esta vez a Pantoja menos alegre que la otra vez. Dicen las fans que la esperaban a la puerta que estaba más triste y es verdad, se le notaba. Pero pronto todo esto habrá pasado, Isabel habrá pagado sus deudas y se habrá olvidado completamente de Julián Muñoz, Kiko Rivera tendrá a su hijita, ahora con Irene Rosales, Isa Pantoja dará las gracias sin peros por la familia que tiene. Sin duda, Isabel Pantoja saldrá de este bache horrible y volverá a cantar en los escenario y sus fans aplaudirán más que nunca.
Eso os cuento por hoy, día en que se va de vacaciones hasta el tato. Me da a mí que soy la única tonta que se queda en Madrid este verano, currando como nunca y sudando la gota gorda, porque el calor que hace no es ni medio normal. Ayer fui al Retiro a correr y por poco no me da un Rosy-yu-yu y me tienen que salvar. Hasta la Pantoja está de vacaciones, oiga.