La fiesta de Dior reúne a lo más selecto del panorama rosa

Directores, modelos, diseñadores, empresarios, actrices… Lo mejor de cada casa se reunió este lunes en el antiguo edificio de Correos, en Madrid, por el placer de emperifollarse y verse las caras. La maravillosa directora de comunicación de la firma nos decía que tenían ganas de reunirse, algo que viene muy bien en épocas de crisis como ésta.

Por allí circularon lo más granado de la jet set social de este país. Sin peros, la gran protagonista de la noche fue Blanca Suárez con un vestido de gasa en rojo pasión. La pasión la llevaba ella en el escote que no dejó indiferente a nadie. Entre el resto de actrices también destacaron Juana Acosta, Patricia Montero, Kira Miró, Pilar López de Ayala o la reciente Concha de plata a la mejor actriz, María León. Esta fue la última en llegar y parece que todos la estaban esperando, pues hicieron corro a su alrededor nada más entrar por la puerta. Al mismo grupo se sumo su hermano Paco, quien no dejo de lanzarle piropos en toda la noche. Poco a poco se fueron sumando Eloy Azorín, Carles Francino y Martiño Rivas, el más guapo por unanimidad y el más esperado ya que hacía más de un año que no dejaba verse delante de los flashes.

El mundo aristocracia también hizo acto de presencia de la mano de Beatriz de Orleans que llegó acompañada de David Meca, el nadador. ¿No os encanta la pareja? No sabemos si estará dándole clases de natación pero yo me muero por ver a Beatriz con el gorrito haciéndose largos bajo la atenta mirada del chico de la cara quemada (siempre lleva las ojeras de esquiador, no sabemos si porque esquía o porque utiliza gafas en los rayos uva).

La más extraña de las pandillas que se vieron -siguiendo con la aristocracia- fue la de Jaime de Marichalar (que llegó con su ya tradicional frescura y simpatía acompañado de una amiga poco jovencita) junto a Rafa Medina y Laura Vecino. Llegaron muy tarde porque habían quedado antes para cenar. ¿Os imagináis una cena con estas cuatro gracias? Yo me muero. ¿De qué hablarán? De fútbol estoy segura que no; y de crisis, tampoco. Lo más significativo de todos ellos es que no sonríen ni debajo del agua para guardar oxígeno. Me vais a permitir una ordinariez pero van que parecen que están oliendo un mojón.

Como dato curioso me gustaría destacar que la media de estatura de la fiesta era de metro ochenta. Estaba todo el patio lleno de mujeres y hombres increíbles a los que no podías dejar de mirar. Belleza hubo mucha pero gracia y diversión poquita. Yo, a pesar de haber echado el rato y haberme puesto los tacones de las bodas, sigo prefiriendo las cervezas en casa Paco.

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