He conocido al Conde Lecquio, no al ex de la Obregón, sino a otro que vive en un pueblo y que lo llaman así porque -dicen los paisanos- vive de su mujer y vive como una rajá. Además de la pinta, tiene la misma caradura del italiano y no se despeina, lo mismo que el auténtico.
También tienen allí a su particular Lady Di, de parecido increíble con la real, que se acaba de liar con un municipal y anda en las bocas de media población, no por el rollo, sino porque el marido el pobre aún no lo sabe, dicen.
Y a un cocinero al que acaba de abandonar su mujer, que ha cruzado el Atlántico para no volver. Nunca lo suficientemente lejos, debió pensar. Él todavía se pregunta por qué se ha ido y lo ha dejado allí con el restaurante, la casa, los hijos creciditos, las cuentas y el coche para que se lo venda.
En este pueblo que frecuento, la mujer del quiosquero siempre está en guardia por si puede cazar a la misma puerta de su casa o en las ajenas.
Cuando la tigresa de campo sale, las mujeres se cuidan de poner a buen recaudo a sus hombres por si las moscas. Si se les pregunta, no pueden asegurar que haya habido moscas, pero… Lo claro es que la quiosquera no ha vuelto a ser invitada a fiestas que se precien. A mí me cae bien, porque pone muy nerviosas a las demás.
Historias de amor, de «cuernos», de celos, de aburrimiento… como las de cualquier parte, pero aquí se notan más porque son menos.
La Tigresa no serías tu???…mejor que ser la Lady Di…
21 mayo 2008 | 3:03
Eh! Mas respeto con la Tigresa del Oriente!!!!
21 mayo 2008 | 5:43
A cualquiera le pondría nervioso pasar por delante de ese quiosco, ¿no?
21 mayo 2008 | 7:35
Pero si es cierto… qué valor que echas¡, pues si lo frecuentas, bien el cornudo, bien el corneador, digamos por ejemplo, te preguntarán por lo que escribes, o crees que nadie lee tu Blog en ese pueblo? Y no digamos de la Quiosquera, que encima que ya lo tiene difícil, disparar sin hacer ruido, vas tu y alertas aun más de donde tiene el cazadero, lo dicho, te linchan, ya verás.
21 mayo 2008 | 8:01
jajaja, si es la Tigresa del Oriente, mira este vídeo:http://aliciaenelpaisdelasmarranillas.blogspot.comla ves en el segundo post, una genialidad.A ver, a mi algunos me llaman «tigresa», y aunque a lo mejor doy el «tipo», no lo soy vistiendo por la calle, ¿Tú qué opinas?:http://www.videochatsexo.com/recursos/macarena/webcams_amateur.ph…tipo de tigresa y quizá ahí mi minifaldita es hortera, pero de eso se trataba en ese momento, no?
21 mayo 2008 | 8:05
Qúe bucólico todo, las señoras protegiendo a sus maridos, las habladurías, ayyyy, esa cultura del qué dirán que aún ondea en los pueblos… Diario Estupefaciente, la Novela-Blog que ha enganchado ya a casi 7.000 lectores…
21 mayo 2008 | 9:12
Es verdad que en los pueblos se nota más el cotilleo y el critiqueo, porque todo les es más cercano. Pero en las ciudades también pasa, en los barrios donde los vecinos se conocen y todavía se saludan. «Has visto el novio que tiene ahora fulanita?», «Anoche llegó a las tantas», y cosas por el estilo, que hacen que no te detengas mucho en la puerta de tu casa para no dar lugar a encontrarte los balcones poblados de mirones como si aquello fuera un paso de semana santa.Y tigresas hay en todos lados, pero las de pueblo tienen un peligro… Muchas porque cuando llegan a la ciudad (parece que estuviéramos en una peli de Martínez Soria) pueden hacer lo que ya hacían en el pueblo sin tapujos ni miedo a que el hecho de que la pelen les toque muy de cerca. Y luego cuando vuelven ya tienen tan poca vergüenza que lo hacen sin esconderse. No es que me parezca mal que se tiren a unos y a otros, cada cual es libre de hacer lo que le plazca, pero se debe cuidar que los susodichos no tengan compromiso. Pero es que cuando van en plan buscón sin respetar nada ni a nadie, sí que me parece totalmente criticable y vergonzante.No me parece algo exclusivo de los pueblos, pero sí que la familiaridad le otorga un carácter que puede convertir ciertos actos en especialmente crueles.
21 mayo 2008 | 9:34
Mira el resumen de María Casado en el vídeo que sale en http://www.nosolosexo.com.es y verás que, en su mayor parte, los telediarios solamente son un cotilleo. Las noticias «relevantes» apenas ocupan ocho o diez minutos de la media hora larga total. De eso se trata además, de mantener idiotizada a la gente.
21 mayo 2008 | 9:38
Sí claro, la foto que he puesto es la de la tigresa de Oriente, le va bien al post.
21 mayo 2008 | 10:15
Yo también he decidido ser tigreso, tigre no que me parece poca cosa, pero un tigreso que lega por las tabernas de los pueblos a las viejas para que le dejen la herencia, esos eurillos que ahorran de sus míseras pensiones, tiene morbo. ¡Qué bien besan las viejas! ¡Y cómo pellizcan las condenadas!
21 mayo 2008 | 11:21
Que casualidad!!!Ayer mismo tuve esta conversación con una compañera, las dos vivimos en ciudad pero las dos somos y hemos vivido y trabajado en pueblos, y hablabamos del topicazo que existe con los pueblos…pasa igual que en todas partes, y hay gente que está en su pueblo hace lo que le da la gana y nadie lo advierte y aquí corre la voz igual de bloque en bloque.Rompamos con esa imagen de las mujeres cuidando a sus maridos en el pueblo, es incierto totalmente, no es ni más ni menos que exactamente igual que en la ciudad… hay de todo
21 mayo 2008 | 11:43
!Heyyy…!Chapi…cielin….pasame el telefono de la tigresa para domesticarla.Ainssss…..como me ponen estas hembras salvajes. 🙂
21 mayo 2008 | 13:00
De topicazo, rian. Si tópico, bien activo y funcional. Y como muestra tantos botones como sea necesario.Más de un numerito he contemplado de ese tipo. Las mujeres solas y activas ponen nerviosas a las malmaridadas, y los malmaridados son como niños ante la palomita suelta. Lo de tigresa ya es harina de otro costal. Carpetovetónico término de rancias connotaciones propias de involutivos cerebrillos.
21 mayo 2008 | 15:41
«Carpetovetónico término de rancias connotaciones propias de involutivos cerebrillos»Cual vocabulario sutil, versado y eminentemente rebuscado hacen de este pobre malmaridado un lelo arañado y aruñado por gatita tan locuaz de uñas afiladas y verborrea desenfrenada.Al fin y al cabo una gatita es como una tigresa al margen de su tamaño, pues entre los malmaridados las diferencias también existen en sus diferentes organos….pues la tigresa va a la caza del organo versus la gatita al del organillo
21 mayo 2008 | 16:17
Los epítetos los pones tú, majo, y si tú mismo te llamas lelo, basta y sobra.Verborrea??????????? Desenfreno?????????? Me refirmo en mi desenfrenada verborrea y rebuscada forma de expresión.Lo de gatita no tiene que ver con el tamaño, ni digo que yo lo sea, sino con la agresividad, mameluco, dicho con todo el cariññññño.y no sé qué es un organo, y en plural tampoco no.
21 mayo 2008 | 17:15
Dicese del organo a aquél instrumento que tocado con suavidad es capaz de emitir melodiosos y placenteros sonidos.Me temo que las uñas de una gatita solo producirían lastimosos quejidos.PLURAl dícense de aquéllos instrumentos que tocados suavemente son capaces de emitir melodiosos y placenteros sonidos en compañía.
21 mayo 2008 | 17:33
Y yo creyendo que “órgano” es aquél instrumento que tocado con suavidad, puede provocar uno o varios orgasmos a su “propietario-a”.De dónde surges Gatita, que con tu léxico a más de uno anonadado has dejado?.
21 mayo 2008 | 19:55
Fino y observador, aunque ripioso. De un espermatozoide buceador y triunfante que se metió donde no debía.Eso también, pero sólo si el organista lo merese.
21 mayo 2008 | 20:18
Involutivos cerebrillos..parece una descripcion de ella..o en su defecto..de Flanders..Olitass vecinitooooo,jajajaja
21 mayo 2008 | 23:34
ese «merese» tiene premio de muñeca chochona..
21 mayo 2008 | 23:36
I agree with you , This is the best , Nothing is better , Enjoy!.
06 junio 2008 | 5:07