BecConsejo: «Aprende de quién se deba»
Acaban aquí los BecConsejos. Algo inventaremos, más pronto que tarde. Mientras tanto podéis matar el tiempo con otra noticia de coches mal aparcados (bueno, más o menos) que bien podría completar la recopilación becaria de mediados de mes.
No quiero saber cómo lo hizo, pero lo hizo. El coche que tenéis sobre estas líneas pertenece a la polaca Wiola Nowicka, de 67 años, quien con toda su buena fe se disponía a dejarlo en un parking de Varsovia (Polonia). Sin embargo, no llegó más allá de la entrada. «¿Por qué?», preguntaría Mourinho. Yo os lo cuento.
Cuando Wiola se disponía a aparcar se llevó un susto de los gordos. Los precios del parking superaban lo que ella estaba dispuesta a pagar de modo que la única opción que tenía era salir de allí y buscar otro lugar en el que estacionar. No obstante, como huir de espaldas es de cobardes, en lugar de salir marcha atrás (un método anticonceptivo nada eficaz) prefirió dar la vuelta.
El problema, amigos y muchachos del otro lado, es que como podéis comprobar la entrada es demasiado estrecha como para dar la vuelta, algo que al parecer pasó desapercibido para Wiola, quien empezó a maniobrar mientras cantaba lo de «el caballo camina p’alante, el caballo camina p’atrás» (lo de la canción no lo sé a ciencia cierta, pero le pegaba a la historia) hasta que llegó un momento en el que «no podía ir ni hacia delante ni hacia atrás», según su propio testimonio.
Las maniobras de Nowicka, que no pretendía ser una «molestia» para nadie, bloquearon el acceso al parking durante cinco horas, el tiempo que tardaron en retirar del lugar el vehículo con ímprobo esfuerzo (esto no sé muy bien lo que significa, se lo he copiado a mi compañero nemosegu).
Confío en que la entrada del parking no fuese también la salida, porque de lo contrario… cinco horas sin poder sacar el coche y con unos precios que asustan a quienes van a aparcar ahí… salud y amor, que es lo que les quedará.
PD: Eso sí, en la parte lateral derecha ni un rasguño.