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Aparece ‘resucitado’ en su propio funeral

No soy muy de refranero, pero voy a hacer un inciso y, por una vez (de momento), recurriré al saber popular. ¿Conocéis el dicho «ser el perejil en la salsa, la novia en la boda y el muerto en el funeral«? Pues un brasileño lo ha llevado al extremo, ya que no solo era el muerto en el funeral, sino que también apareció ‘resucitado’ en el velatorio. ¡Gallina de piel, que diría aquél!

Gilberto Araujo llevaba meses sin dar señales de vida (esta expresión viene que ni pintada) a su familia. Tan es así, que su hermano José Marcos, tras enterarse de que en la morgue había un cadáver sin identificar de un lavacoches -profesión de Gilberto-, acudió preocupado para ver si se el cuerpo sin vida era el de su familiar. Ante el tremendo parecido físico del finado con Gilberto, José Marcos reconoció el cadáver y se apresuró a contárselo a sus allegados para organizar el funeral.

La noticia de la muerte del señor Araujo se propagó rápidamente por pueblo de Alagoinhas, en el estado de Bahía. Tan rápido, que le alcanzó al propio ‘fallecido’ a tiempo de acudir a ‘su’ velatorio. Allí, entre llantos, quejidos y lamentos de sus seres queridos, el señor Araujo irrumpió con vida. «Que no estoy muerto, que estoy vivo. ¡Pellízcame!», le dijo a uno de sus amigos, que miraba atónito y de forma intermitente al ataúd y al caballero que le hablaba.

En la sala se formó un gran revuelo, nada sorprendente, por otro lado. Cuentan que hubo gente que huyó despavorida y que otros se desmayaron al ver caminar a Gilberto, en una escena similar a la que protagonizan las fans de Justin Bieber cuando le tienen a menos de 500 metros de distancia. La más sorprendida fue su madre, que se arrojó a los brazos de nuestro protagonista con un entusiasmo que, probablemente, no se veía desde su primera comunión.

Tres ancianos son hospitalizados por tomar bizcocho de marihuana en un funeral

Cada edad tiene sus problemas. Cuando eres pequeño no te dejan hacer nada, cuando creces te toca trabajar y no te queda tiempo ni fuerza para hacer nada y cuando envejeces no puedes hacer nada. Podríamos decir que la vida es una derrota tras otra hasta que acabas deseando que muera Flanders.

Igualmente, cada edad tiene unos problemas con las drogas. Cuando eres pequeño tienes miedo de que te metan droga en los caramelos, luego creces y tienes miedo a que te echen droga en la bebida y cuando envejeces… ¿tienes miedo a que le pongan marihuana a los bizcochos? Si no lo temíais, es el momento.

No hay más que ver lo que ocurrió durante un funeral que se celebraba en el sur de California (Estados Unidos), que acabó con tres personas hospitalizadas después de ingerir (sin saberlo) un bizcocho de marihuana que sirvieron durante el velatorio.

Como habréis visto en las películas, en Estados Unidos (y en algunos lugares de España) suele celebrarse un ágape en la casa del fallecido o de sus hijos en el que se reúnen amigos y familiares. Pues bien, durante ese aperitivo pusieron un bizcochito de chocolate y varias personas comieron. Entre ellas, dos mujeres de 71 años y un hombre de 82 años que tuvieron que ser hospitalizados, según publica la prensa internacional.

Al parecer, después de ingerir el bizcocho, estas tres personas padecieron náuseas, mareos y eran incapaces de ponerse de pie por sí solos. También os digo, sabiendo la edad de los afectados (o si no la sabían, intuyéndola, porque no creo que aparenten 25), es una putada faena ofrecer el bizcochito sin avisar del contenido.

Dicen los medios locales que sirvieron bizcocho con marihuana porque al fallecido le gustaba mucho tomarlos. Una de dos, o los ancianos no conocían bien a su amigo, o el pobre hombre lo escondió por vergüenza a que le reprobaran.

PD: Por si acaso, no toméis caramelos en el colegio, no bebáis nada que no hayáis preparado vosotros y nunca comáis bizcocho en un funeral.

(FOTO: Annie Mole)