Se acercan las elecciones (mayas mediante) y las maquinas apisonadoras colocan a sus candidatos con los que pretenden vender la mejor imagen de su opción. Visto que sus programas no son lo que más se consulta, visto que los españoles se movilizan por bandos, qué mejor cosa que colocar churris espectaculares como las que se gastan en la alcaldía de Orihuela, gachós de cine como en los anuncios de Dolce & Gabanna o ideales yernos como el candidato del PSOE de Pozuelo. Ah, ¿que no conocéis al yerno ideal de Pozuelo de Alarcón?
Pero la belleza es un cánon; esto quiere decir que se trata de un modelo casi inalcanzable. La suerte que tiene normalmente el ser humano con la belleza es esquiva. Con la mayoría de nosotros el reparto fue cruel, desigual. Muchos llevamos con callada discrección nuestro rostro y preferimos no pronunciarnos cuando se habla de defectos físicos, aunque la mala hostia inherente al ciudadano de a pie le impide callarse a veces. Sobre todo, cuando, además tenemos que comprobar la tendencia de seres abyectos a sumergirse en la política, alta y baja. Ah, amigas. Los políticos. De estos personajes (aka personakes, pronunciar ‘personeiks’) se puede decir mucho.
Si éticamente muchos cojean más que Long John Silver, cuando les colocan un traje y una corbata y los plantan delante de una cámara, los resultados son variopintos. Ellas y sus cardados, perlas y trajes chaqueta. Ellos, su madurez maschile, su cara de corrupto. Y definitivamente, el subgrupo de los subgrupos. Dentro de los variopintos candidatos a las elecciones municipales que se nos vienen encima, veo que se triunfa el ‘candidato blandito’, al que no sabes por qué pero dudarías en darle a cuidar a tu hijo menor ni procuras chocar la mano. Un gesto blandito, una mirada blandita, esa mano caída, son tres de las características que hacen que uno se fíe poco de tipos como los siguientes rostros.
Nota: Estos rostros son públicos; sus fotos aparecen expuestas al mercadeo político.
Me has recordado a algún personeik de esos que dan la mano tan blanda y tan húmeda que parece que estás saludando a una sardina, cuando no eres capaz de retener tanto blandiblu entre tus dedos… Escalofríos me entran.
04 enero 2011 | 08:14
Un amigo dice que es como darle la mano a un espárrago…
Eres un poco cabrón. Qué coño, si pones cabrón en Google apareces en cuarto.
¿Son las Navidades, el 10% eléctrico o la vida te ha hecho asín?
s
04 enero 2011 | 11:32
En el fondo todos temeis el momento de que ese aspirante a concejal se os cruce en el pasillo del gimnasio y os pregunte sobre como funciona la eliptica.
O sobre la descarga de hidratos.
punk not dead.
04 enero 2011 | 12:05
He quitado la foto porque se me estaba revolviendo el estomago.
Y a efectos estrategicos, no sea que seas lector de mi blog.
So blandito.
04 enero 2011 | 12:07
La primera y la última me dan escalofríos. Uno parece que está pidiendo a voces salir del armario mientras le mete mano a los sobrinos y el otro parece el descuartizador de Munich.
De los de medio, el modelis y el cara dura, no tengo opinión.
Salud y goedemorgen.
04 enero 2011 | 12:55
Preferiria que el mundo de la politica estuviera lleno de esparragos a que esté lleno de tiburones.
Esos de la foto de blandos solo tienen la cara.
04 enero 2011 | 14:56
¿Sigue siendo Alcalde Martín- Crespo Díaz?
06 enero 2011 | 20:54
Oh, sielosss. El insigne arquitecto de la blandura.
07 enero 2011 | 07:38
Aprovecho para colocar un fragmento que me recomendó mi santa.
El Fary y los hombres blandengues. Ah, tertuliashh.
https://www.youtube.com/watch?v=M8xfzsjB2jI
07 enero 2011 | 07:39
ese brillo en los ojos …y se supone la ereccion de el del jersey.
pero,si llevas razon ,malditos hijos de papa ,jerseys cuello caja camisa y pelazo
08 enero 2011 | 19:52