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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Ultradistancia en montaña: reflexiones

Hace más de un mes que se celebró una carrera masiva, durísima y no por ello menos popular entorno al macizo montañoso del Mont Blanc. Chamonix, Courmayeur, Col de Ferret, lugares míticos del alpinismo europeo, eran puntos de salida o paso del UTMB, el Ultra Trail du Mont Blanc. Es una prueba en la que te dan cuarentaypico horas de límite para circundar el Mont Blanc en un recorrido (distancia standard) de 166km. De indudable belleza y tirón mediático, con miles de participantes y un porcentaje de retirados enorme, estamos frente a otro de esos efectos llamada del glamour deportivo y la búsqueda de retos personales.

Pues bien. El debate está más que candente por la particular interpretación y rigidez de un reglamento en el que, entre otros, se prohibe en buena medida la ayuda externa. Hasta ahí todo correcto, si no fuera porque se conocen casos de corredores de elite que reciben apoyo disimulado, otros intentan apurar cada fisura del reglamento para ganar 500gr de peso de ventaja en la mochila, y una vez pasados los 50 primeros todo el mundo comparte un gel o toma una galleta de los varios puestos informales que los vecinos colocan a tu paso. El caso más serio ha sido, al parecer, un corredor español que iba en el top 10 pero a quien poco menos que apartaron como tramposo y encerraron en una zona aparte porque .. alguien del publico le habia ayudado a abrir un envoltorio de una barrita y no perder asi unos segundos. El corredor en cuestión iba tan al límite, según parece, que le costaba trabajo incluso sacar cosas de su mochila. Estamos hablando de llevar unas 25 horas corriendo por montes de hasta 3000 metros de altitud.

Hasta los comentaristas de televisión discriminan (separan) entre las ayudas que todos los ciclistas tienen subiendo el Angliru y las posibles diferencias de segundos que se pueden dar si a Contador, Leipheimer o Sastre se le da en el culete o no. Como veis, es la crueldad del deporte de alta competición. Nadie en la organización de la UTMB creo que se empache si ha de mirar a otro lado porque pilla a mi colega Botón pasando medio plátano o dando un empujoncillo a Globetrotter, por suponer; éstos tardan 40 horas y llegan el 1800. Pero el afectado tiene la mala suerte de correr demasiado. Claro, que tiene la peor suerte de no correr tanto como el vencedor. Es injusto. Es deporte profesional.

A mala idea, ¿podría buscar un abogado y meter en problemas a la organización por discriminación y poner en riesgo su integridad via denegación de auxilio? Contra eso y contra toda queja, ¿podría la organización imprimirnos en la frente a tinta negra el artículo del reglamento donde antaño se decía «lo no escrito en este reglamento será resuelto a discrección por los jueces de la prueba»?

A lo que voy. Uno. Por un lado es tremendo que en una actividad de ocio se penalice la solidaridad y se propugne cierto grado de actividad delictiva como es la denegación de ayuda. Dos. Esto es una prueba deportiva reglada, con una normativa que debería ser leída por todos antes de picar en el glamour y el efecto-monstruo que deslumbra a unos y otros.

3 comentarios

  1. Dice ser Guille

    Luisete,

    Moda, glamour, reto, como en todo; los mismos afectados serán de esos que pasan a tu lado con objetivo y no saben ni que estás, ni les interesas.

    Y eso que seguro que conocía a alguno de los que habrán sufrido la estricta interpretación del reglamento de la carrera. ¡Qué no vuelvan!, ¡Qué lo pongan en manos de un abogado!

    Corramos hoy juntos, mañana solos, deprisa hoy, despacio mañana, en carreras organizadas dónde seamos alguien o busquemos un sitio para contar nuestras azañas.

    ¿Qué es lo que realmente queremos? Encima cambia cada día o cada temporada.

    Algunas carreras y organizadores te sorprenden por un espíritu realmente deportivo, colaborador.

    En fin, no se que quiero expresar, pero prefiero correr a hablar de correr, eso también lo aprendí de ti en su momento, aunque tu y yo también cambiemos constantemente (afortunadamente).

    Un abrazo

    25 septiembre 2008 | 11:47

  2. Dice ser Bandoneon

    Que los que ya fueron no vuelvan, que los que no fuimos, tampoco iremos. Hay miles de aventuras heroicas en el mundo. Comrades, Spartathlon, Nocturna de Valtiendas, o correr en solitario bajo el sol de España. Todo empezo con un grito de guerra: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡TE JUEGO UNA CARRERA HASTA EL ARBOL!!!!!!!!!!!! y degenero en absurdos glamoures, en gilipolleces reglamentarias. Me quedo con el espiritu atletico y les dejo a ellos el cuerpo del reglamento. Dejenme jugar: soy demasiado joven para tomarmelo con seriedad.

    25 septiembre 2008 | 13:14

  3. Dice ser Cocolocus

    ¡Vaya entradas bien escritas!

    Yo no soy/esyo tan fino, así que al grano. 😉

    Lo habitual. A muchos medios se les llena la boca con la épica, la lírica, el misticismo, el heroísmo de ___ (ponga Vd. Maratón, UltraFondo, Ciclismo…).

    Pero después, cuando alguien muere o sufre un serio percance, a mirar para otro lado (¿Nos acordamos todavía de Mapoma/Najat? Yo sí). O a venir con aquello de los reconocimientos médicos, la honradez con uno mismo a la hora de preparar pruebas, bla, bla, bla.

    Las leyes y las normas están para cumplirlas, por supuesto. Pero en esta prueba, y más después de leer la crónica de Botón/Estratega, que te descalifiquen porque te ayuden a abrir una barrita energética me parece una soplapollez.

    25 septiembre 2008 | 19:59

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