Ojo al descubrimiento de la oficial de marina inglesa Rachel Owens, porque el terrorismo internacional podría tener las horas contadas. Asegura la señora Owens que la música de Britney Spears ha sido el arma más efectiva de las utilizadas por la Royal Navy en su lucha contra los piratas somalíes. ¡¡Britney vs el terrorismo internacional!! Da para que Ridley Scott prepare un thriller con toda la fanfarria hollywoodiense, ¿que no?

Después de que centenares de cargueros británicos sufrieran ataques en aguas somalíes, el ejército al servicio de ‘Su Graciosa Majestad’ decidió defender a sus compatriotas enviando allí buques de guerra. El impresionante despliegue, con soldados armados hasta los dientes, no fue suficiente para que cesara la actividad de los piratas, hasta que un día atronó por la megafonía de los buques la voz desafinada de Britney Spears. ¡Esos gorgoritos de la exchica Disney son agua bendita!

Así, con los altavoces apuntando a la costa y las melodías de Oops I did it again y Baby one more time martilleando los oídos de los delincuentes, el índice de asaltos se desplomó. De repente, apenas si había piratas merodeando los cargueros británicos. «Las canciones fueron elegidas por el equipo de seguridad. Nos dimos cuenta de que los piratas las odiarían porque odian toda la cultura occidental. ¡Britney es perfecta!», afirma con rotundidad la oficial Owens. De hecho, asegura que «este procedimiento es tan efectivo, que ya casi nunca tenemos que usar armas para repeler a los piratas. En cuanto suena Britney, los piratas se van tan rápido como pueden. Se irán tan lejos como necesiten para no estar cerca de esa música».

Además de una hater de manual, Rachel Owens tiene algo de mala baba. Yo que no soy fan de Britney, ni siquiera durante su época de macizorra, no creo que su música sea tan aterradora. Lo mismo valdría una colección de grandes éxitos de Marc Anthony, Alejandro Sanz o Camela, porque la música, ya sabéis, amansa a las fieras.