"El deseado bien último se alcanza mejor mediante el libre comercio de ideas".(1919) Juez O. Wendell Holmes del Tribunal Supremo de EE UU

El gobierno enseña la porra

El ministro del Interior recordó y advirtió ayer que las carreteras no son de los camioneros, que hacer huelga forma parte de los derechos, pero interrumpir el tráfico no. Todo un descubrimiento. ¿No debería haber hecho esa misma declaración la víspera de la huelga? ¿No debería haber desplegado los 25.000 policías antes de que los camioneros se hicieran dueños de las intercesiones de las carreteras?

Estamos ante cuestiones tácticas, la política es táctica, más que principios. El Gobierno primero quiso no inmutarse, estimar la fuerza de los huelguistas. Dejó que irritaran al ciudadano, que concitaran antipatía antes de actuar. Dejaron hacer. Abrieron las puertas de las salas de negociación, identificaron a los antagonistas, que tuvieran cara y, a continuación, tomó la palabra el del orden público.

Si el conflicto acaba esta semana, si el lunes la normalidad vuelve a las carreteras y a la cadena de suministros, las consecuencias de la huelga serán tolerables, quizá no pase de un incidente. Pero si esa normalidad no vuelve, si los enfrentamientos con la policía se intensifican, si se producen actos de violencia con consecuencias fatales, la percepción del problema puede cambiar.

Los huelguistas van a conseguir poco, entre otras razones por la composición del sector y por el frenazo de la economía. Los protagonistas del conflicto son una parte minoritaria del sector, aunque suficiente para armar una buena. Los convocantes de la huelga pretenden ampliar su base de representación, diusputar espacio a organizaciones mayores.

Cada cual tiene su estrategia, y los camioneros individuales, especialmente los de los piquetes, forman parte de la masa de choque, la que arriesga su empleo, su carné e incluso una denuncia incómoda. Los huelguistas tendrán que reivindicar ahora el perdón de los detenidos. Siempre el mismo proceso de acción-reacción.

La proporción entre el daño causado y el beneficio obtenido, especialmente para los de la vanguardia del conflicto, será desproporcionada y a la contra. Suele ocurrir. Los buenos gobiernos evitan estas situaciones, a los malos se les enquista. Este anda en el tacticismo del mal menor.

53 comentarios

  1. Dice ser FLAK8856

    – La huelga no puede trasladar un problema particular de un sector al resto de los ciudadanos, secuestrándolos.- Los piquetes «informativos» son la crema chulesca de la mafia del sector.- Se han cometido innumerables delitos (contra las personas, la circulación y el medio ambiente) por parte de los piquetes y de los conductores de los camiones.Así que leña al mono hasta que hable inglés con acento de Oxford.Y después, y además, que paguen por sus faltas y delitos.

    12 junio 2008 | 22:50

  2. Dice ser carola

    Estoy atónita viendo el despliegue policial. Ahora porque hay huelga y cuando no la haya solo van a por los camioneros que son presa fácil a denunciarles por cualquier cosa. Todo el mundo trabaja y a nosotros no nos dejan trabajar, nos obligan a descansar cuando quieren y a dormir cuanto quieren. Nuestro horario depende de un disco, y nuestra visa también. Nos tratan en las fábricas como escoria, nos hacen esperar el tiempo que les da la gana, porque nuestro camión sirve de almacén de mercancías hasta que les hace falta. Hay que regular el transporte pero no recrudeciendo las denuncias de tráfico, sino también recrudeciendo la aptitud de fábricas prepotentes a las que tienes que estar a sus pies. ZAPATERO , muchos de estos transportistas te hemos votado y claro, nos has decepcionado,creía haber dejado atrás los tiempos de franco , pero me equivoqué. No te volveré a votar.

    13 junio 2008 | 14:35

  3. Dice ser MIGUEL

    carolaPUES TRABAJA DE OTRA COSA

    13 junio 2008 | 15:30

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