Comentaba ayer Jordi Pujol que el excomisario Mario Monti le preguntó recientemente si los españoles se sentían orgullosos o inquietos. La respuesta no es sencilla, de todo hay en la viña del señor. La última encuesta del CIS dada a conocer estos días así lo acredita.
Los datos de consumo y ahorro (mucho consumo y poco ahorro) revelan una sociedad alegre y confiada, que no teme el futuro y que quiere pasarlo bien; una sociedad razonablemente satisfecha, incluso orgullosa de lo que ha conseguido. Sin embargo las expectativas no son favorables, especialmente las que se refieren al conjunto de la sociedad, que empeoran las expectativas personales, lo cual revela desconfianzas y recelos.
Sobre los problemas que preocupan a la gente: paro, inseguridad, terrorismo, drogas, vivienda, inmigración … la respuesta de los encuestados es, mayoritariamente, que piensan que van a empeorar en el futuro (más de la mitad) mientras que menos de la cuarta parte dicen que van a mejorar. De manera que inquietos y orgullosos al mismo tiempo.
Pujol participó ayer en un coloquio en Madrid en el que hizo gala de su experiencia y prudencia, simultáneas a la libertad que otorga estar más allá del lío; elogió la transición, relató la cooperación de su partido y persona con los sucesivos gobiernos (UCD, PSOE, PP) para propiciar la estabilidad y la gobernabilidad y mostró una notable distancia de los dos grandes partidos y de sus actuales líderes para los que tuvo más crítica que elogio.
La política exterior de Zapatero, dijo, está sumida en el desconcierto; el debate estatutario no ha gustada a nadie, ni a sus protagonistas; el radicalismo de algunos sectores del PSOE no presagia nada bueno; y otro tanto para los populares con los que pactar en el futuro no será fácil.
Las sensaciones que dejó entrever el expresidente catalán, uno de los protagonistas sobresalientes de la política del último cuarto de siglo, no eran de sosiego y confianza, más bien inquietud y desazón.
Y no hablo de Banca Catalana?, bien que lo protegieron entonces.Demasiados años en el poder estuvo
30 noviembre -0001 | 00:00
Fue Pujol el que empezó a dar subvenciones a entidades nazi_onalistas tip Omnium Cultural.La iniciativa del Òmnium Cultural, tiene entre otros fines el boicot a productos espanyoles.En su delirio por conseguir la perfecta cesta de la compra catalana, explica cuál ha de ser la compra de la semana, detallando los productos y marcas que deben figurar en ella junto a los que no deben ser comprados. Es, como bien apuntan sus promotores, un «boicot activo» en toda regla, destinado a obligar a todas las marcas a pasar por el aro y etiquetar los productos en una única lengua de las dos cooficiales de la región, pero que los catalanes no tienen el deber de hablar y si el de olvidarse de la otra.
31 enero 2007 | 23:40
El hecho que en el resto de España se hable de otras cosas y no de lo que pasa en Cataluña está resultando el mejor aliado del Tripartit-bis. Es más, creo que entrevistar una y otra vez a la señora Mayol es una táctica. Mientras esta señora siga desmelenada con los okupas, con alquilarles por decreto el piso que guardas para tu hija y confesándose antisistema, el Gobierno de Montilla está consiguiendo pasar desapercibido. Las multas a restaurantes, el levantamiento de la suspensión de la ley del CAC o el asunto de la Agencia Tributaria catalana han pasado de puntillas sin que nadie les haya prestado ni la más mínima atención.Yo entiendo que es muy difícil explicar que el partido de un señor de Valladolid que dice que es de León y el Gobierno de un señor de Córdoba que dice que es nacionalista catalán están a favor, porque están a favor, de multar al ciudadano si sólo rotula en español en Cataluña, en una parte de España.
31 enero 2007 | 23:44
Me sorprende el tono de la crítica. La realidad de Cataluña es más que todo eso. Banca Catalana le pasó factura a Pujol, no le vi entonces tan protegido. Me lei atentamente la querella presentada por los fiscales contra Pujol (de hecho publiqué la primcicia en Cambio 16) y no era misericordiosa, todo lo contrario. Otra cuestión es que, como en el caso del gobierno vasco estos días, el despliegue de victimismo fuera desmesurado y poco respetuoso con la justicia.Dicho lo cual considero que Pujol ha contribuido a la gobernalidad de España, a sido leal a los sucesivos gobiernos y es un político de categoría. En la reunion a la que me refiero dojo también que lo ocurrido con el Estatuto, no le gustñó, no gustó en Cataluña, no hizo gustar a Cataluña en España, y tampoco España a catañuña…- en resumen que no gustó a nadie.
01 febrero 2007 | 02:22
Los que se enteran de lo que está pasando en España están inquietos.Los que no se enteran de nada o casi nada están felices. Se conforman con las explicaciones oficiales para cualquier asunto y después pan y circo.Ah, si… y condones gratis, a ser posible.Así de sencillo.La experiencia avala tales afirmaciones.
03 febrero 2007 | 16:33