"El deseado bien último se alcanza mejor mediante el libre comercio de ideas".(1919) Juez O. Wendell Holmes del Tribunal Supremo de EE UU

Azaña y Cataluña

El profesor García de Enterría, cuyas opiniones siempre tienen interés, ha compilado, en un libro que les recomiendo, seis discursos y cuatro escritos de Manuel Azaña sobre la autonomía de Cataluña,fechados entre 1930 y 1940. El estudio preliminar (setenta páginas) del catedrático, jurista y académico no desmerece lo que sigue y es un repaso muy instructivo, con información útil.

Azaña es uno de los políticos sobresalientes de la historia de España. Ha sufrido desdenes desmedidos pero sus escritos están editados y disponibles y merecen la pena por la forma (de un gran escritor) y por el fondo, ayudan a entender España y su historia.

De la recopilación de Enterría (editada por Tecnos, colección Clásicos del Pensamiento) interesan todas las piezas, pero les llamo la atención sobre los dos artículos finales: “Cataluña en la guerra” y “La insurrección libertaria y el eje Barcelona Bilbao”, escritos terminales de 1939-40, desde el exilio en Francia, con la amargura y la lucidez de la derrota. Muy recomendables para los nacionalistas catalanes, especialmente a los más convencidos.

Aznar devolvió cierta actualidad a Azaña, aunque no estimuló su lectura. Sospecho que había mucho de pose en esa referencia o inspiración. Zapatero es mucho más azañista aunque quizá ha leído al presidente de la República Española menos que Aznar. Si hubiera conocido la evolución del pensamiento de Azaña sobre el problema catalán quizá hubiera sido más cauteloso en sus compromisos de un año atrás.

3 comentarios

  1. Dice ser pericles

    He tenido ocasión, hace algunos años, de leer las Memorias Políticas de D. Manuel Azaña en dos tomos, 1931-1933 y 1936-1939. Y no he podido desde entonces dejar de admirar a este gran personaje político de nuestra historia. Fue arrogante en ocasiones (su gobierno 1931-1933). En otras fue débil e incurrio en la depresión y en el desánimo ante hechos que no podía controlar (1936-1939), pero siempre intentó buscar soluciones desde el diálogo y el sentido común, lo que no impidió que se viera superado por las turbulencias de los tiempos en que vivió.En cuanto al Estatuto de Cataluña de 1932, que es un tema de actualidad con la reforma del actual, quisiera destacar dos aspectos en los que D. Manuel Azaña tuvo mucha influencia.En primer lugar,el artículo primero del Estatuto comenzaba así: «Cataluña se constituye en región autónoma dentro del Estado español, con arreglo a la Constitución de la República y el presente Estatuto».En segundo lugar, en el artículo tercero se podía leer lo que sigue: «Los derechos individuales son los fijados por la Constitución de la República española. La Generalidad de Cataluña no podrá regular ninguna materia con diferencia de trato entre los naturales del país y los demás españoles. Éstos no tendrán nunca en Cataluña menos derechos que los que tengan los catalanes en el resto del territorio de la República».En ningún momento aparecen en dichos artículos, y parece ser que tampoco en el resto, referencias tales como Nación, Nacionalidad, Hecho Diferencial, Soberanía compartida, Estado Asociado, Federalismo Asimétrico, etcétera, términos tan en uso por los actuales nacionalistas. Se trataba de un Estatuto en el que se reconocía el hecho diferencial catalán, y su autonomía dentro de la República, pero sin que ello supusiera ningúna desigualdad entre los ciudadanos catalanes y los del resto de España.No puedo dejar de decir que en su momento, la elaboración del citado Estatuto también suscitó grandes discrepancias entre los federalistas, los nacionalistas y los centralistas de aquella época. Y ya sabemos como acabaron en aquel tiempo, por causa de este tema y de otros. Esperemos que hayamos aprendido del pasado.Desde nuestro tiempo actual, mi admiración y mi respeto por D. Manuel Azaña.

    09 enero 2006 | 23:13

  2. Dice ser Mozart

    Magnífico, Pericles, como siempre.

    09 enero 2006 | 23:50

  3. Dice ser Trencavel

    Yo no me atrevería a comparar Zapatero con Azaña. Por lo pronto Azaña tuvo que hacer frente a una guerra civil, cosa que afortunadamente (y a pesar de los deseos de algunos) no es el caso de Zapatero. Es difícil saber cual hubiese sido la evolución del pensamiento de Azaña sin una guerra de por medio. Las guerras -ya se sabe- las ganan los fuertes, no (necesariamente) los buenos. Sin embargo siempre es mas fácil echarle la culpa de la derrota a los catalanes. A pesar de que miles de catalanes fueron a combatir y a morir al frente de Madrid, a pesar del desdeño de Azaña, fueron a defender a Azaña (cosa que muchos de los que hoy lo citan no tienen en su haber). Fueron a defender el gobierno legítimo de la República. Me pregunto cuando hubiera durado la república sin el apoyo de la pérfida y rebelde Cataluña. Tal vez ni siquiera hubiese habido república.

    11 enero 2006 | 08:14

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