De todo corazón

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Las niñas Preysler

Tamara y Ana ocupan esta semana la portada de la revista ¡Hola! Un nuevo relevo para su mamá, Isabel Preysler, a quien la marca de bombones Ferrero Rocher ha sustituído por Paloma Cuevas. Como ustedes habrán podido comprobar, la mujer de Enrique Ponce ha sido doblada, algo que siempre debió exigir Isabel, cuya fascinación de esfinge se vuelve humo cuando abre la boca.

En la entrevista que han concedido a ¡Hola!, ni a Ana ni a Tamara se les puede oír. Sólo lucen sus larguísimas piernas y un magnífico aspecto físico, herencia genética de mamá.

¿Y Boyer que opina de esto? Tamara ya ha presentado oficialmente en casa a su sufrido novio (el chico conduce con escayola en el pie para evitar que Tamara vuelva a dar la campanada alunizando un día de estos contra el Banco de España). Ana, por su parte, confiesa compatir con Miguel Boyer su pasión por el estudio y la lectura. El ex ministro de Economía y egiptólogo aficionado debe de haber comprendido que quien manda en casa es su mujer. No acabo de explicarme cómo Ana Boyer ha entrado con tantas ganas y con su consentimiento al trapo del las revistas del corazón. Aunque tampoco me explico que Julio José Iglesias, a quien le debe de sobrar el dinero, cobre por las entrevistas.

El ratoncito Pérez

Leo con asombro que Fran Perea ha puesto su voz al Ratoncito Pérez en la película Perez, el ratoncito de tus sueños, una producción con imágenes reales y dibujos animados. Y una se pregunta: ¿Qué necesidad hay de que los ‘actores’ de moda le quiten el pan a los magníficos dobladores que tenemos en nuestro país? Una película infantil recurre al gancho de un ídolo de las jovencitas para atraer público infantil a los cines. No sólo se está obligando a crecer a los niños antes de tiempo con series como Los Serrano. Lo de Fran Perea de Ratoncito Pérez es casi una broma de mal gusto. No pienso dejar nunca una muela más debajo de la almohada.

En defensa de Ana Obregón

No acabo de explicarme cómo la serie de Ana Obregón ha tenido unos índices tan bajos de audiencia. A ver si es verdad que ha habido una conspiración y Mari Vicky Beckham ha pagado a ex agentes de las SAS para que saboteen los audímetros de toda España.

O, si no, ¿cómo se explica que la noticia sobre el descalabro televisivo de Ana Obregón haya vencido en la web a Victoria Beckham, sorprendida comiendo pa amb tomaquet sin ajo en una terraza de La Moraleja? Mucha envidia es lo que hay.

De acuerdo que se viste como una preadolescente, que no tiene vista con los hombres… pero ya quisieran algunos de los que tanto la critican mantenerse así a sus años. Y alguna virtud tiene. Es generosa, imaginativa, trabajadora, divertida y nadie sabe tanto de marketing como ella. Y, sobre todo, no hay que negarle el mérito de haber sido el ídolo sexual de diez generaciones de españoles.

Siete años de culebrón: Cayetano y Ana Obregón

Veo en TNT las imágenes de Mar Flores junto a Cayetano Martínez de Irujo en 1999. Nunca tuvo el jinete una expresión de plenitud y felicidad como en aquellos tiempos. Su abogado, Marcos García Montes, ha «olvidado» ratificar la querella contra Ana Obregón por aquellas acusaciones que vertió hace siete años contra el jinete, cuando le acusaba de intentar tender una supuesta trampa a Lequio relacionándolo con asuntos de drogas.

Se han lanzado muchas hipótesis al respecto, pero ‘el descuido’ del abogado de Cayetano podría obedecer a algo tan simple como no querer remover viejos recuerdos. Ana Obregón no sólo pretendía proteger al padre de su hijo, también quería vengarse de Mar Flores, a quien siempre odió no sólo por encarnar todo lo opuesto a ella –para lo bueno y para lo malo–, sino también porque apreciaba mucho a todos y cada uno de sus ex: Carlo Constanza di Costiglioli, Fefé (amigo de su padre) y el propio Lequio. Ana mantuvo incluso un romance hace más de 20 años con el hijo de la duquesa de Alba.

Ninguno de los ex de Mar Flores ha conseguido olvidar a la actual señora de Merino, ni siquiera Cayetano.