Paz Padilla ha iniciado una cruzada judicial por el acoso y los insultos que recibe en las redes sociales y ha denunciado ante la justicia y desde el programa que ella presenta que determinados internautas sobrepasen desde el anonimato de Internet “límites y barreras que no podemos consentir”, ha explicado en directo desde Sálvame y muy airada.
Desde luego que la libertad de expresión no da derecho al insulto ni a la vejación, tampoco al escarnio ni al juicio paralelo ni a la pena de televisión. Y menos a amenazas de muerte. Estas conductas delictivas no tienen justificación posible y hay que denunciarlas.
Pero donde toca: en un juzgado. Aunque, claro, Padilla también debería mirarse el ombligo y ver dónde trabaja. Y entender que la mayoría de las prácticas poco deontológicas que ella critica las tiene metidas en su propia casa y con sus propios compañeros de plató.
Ella, por el mero hecho de ser la conductora, no está exenta de participar de ciertos aquelarres destructivos de los colaboradores hacia terceros y entre ellos mismos. Y ella misma los protagoniza: si no, que se lo pregunten a Malú, que ha salido escaldada de su propia boca.
VÍDEO. Porque no todo vale. Paz Padilla lanza un mensaje desde Sálvame para concienciar de los problemas en Internet https://t.co/z2TyJGXWf9
— Sálvame Oficial (@salvameoficial) marzo 7, 2016