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El Dragon Khan de la política catalana

El político catalán Joan Carretero hizo famosa su comparación del primer gobierno Tripartito del president Pasqual Maragall, del cual él mismo fue conseller, con el Dragon Khan, la atracción estrella del parque PortAventura. Los sobresaltos eran continuos y era como estar en una montaña rusa. A partir de ese momento, muchas veces se ha utilizado el término «Dragon Khan» para definir la política catalana. Hoy en día, como no podía ser de otra manera, el símil también sirve. El más claro ejemplo es el de la consulta: primero se celebraba (con decreto del president Mas y con ley catalana); luego no, porque el Tribunal Constitucional la suspendió cautelarmente, y ahora parece ser que sí otra vez, porque no se utilizará el censo oficial y se hará un 9-N «alternativo». Con lo cual, la vagoneta del Dragon Khan sube y baja, sube y baja… Y lo mismo hay que aplicar a la correlación de fuerzas entre los partidos catalanes. Vamos a verlo:

CiU: Mas consiguió arrebatar al Tripartito de izquierdas la presidencia de la Generalitat para CiU (subió), pero en las últimas elecciones se pegó un buen tortazo (bajó) que le ha llevado a un pacto de legislatura con ERC. Mas ha canalizado los mensajes de las manifestaciones soberanistas de los últimos 11 de Setembre y, ahora mismo, después de haber optado por su 4ª Vía y convocar un 9-N alternativo parece que ha vuelto a tomar la iniciativa (sube). Y es que esta aparente crisis entre los partidos proconsulta ha vuelto a demostrar que ERC no tiene fuerza suficiente sin CDC para liderar el proceso soberanista. Ahora bien, depende de lo que pase después del 9 de noviembre (si es que el Gobierno no impugna esta nueva versión de la consulta), Mas podría volver a bajar (si pierde los apoyos de la sociedad civil) o subir. Todo dependerá de cómo se encare el posible proceso de unas elecciones anticipadas plebiscitarias, que la ANC exige que se hagan antes de tres meses. Están en juego muchas cosas y, a nivel interno de CiU, su propia existencia como coalición tal como la entendemos hoy: CDC + UDC.

Mas anuncia la pregunta de la consulta

Artur Mas anunciando la pregunta pactada con ERC, ICV y la CUP para el 9-N original. GUILLEM SÁNCHEZ / ACN

ERC: Al mando de Oriol Junqueras, Esquerra no ha hecho más que subir a la sombra de la Via Catalana y del resto de movilizaciones ciudadanas. Parecía que podía entrar en el Govern, pero el Dragon Khan es muy caprichoso y eso tampoco fructificó. Parecía que realmente tenía cogido y bien cogido a Mas, pero el PSC está asomando cada vez más la cabeza por la puerta del despacho del president y Josep Antoni Duran i Lleida, líder de UDC, aún sueña con aquella sociovergencia que propuso en su momento, sobre todo, para evitar un segundo Tripartito. ERC, que está en la cresta de la ola, deberá ir con cuidado en sus movimientos si no quiere perder protagonismo: ¿Quién necesita más a quién? ¿Junqueras a Mas o Mas a Junqueras? Cuidado con el Dragon Khan…

PSC: Con Miquel Iceta al mando, los socialistas están protagonizando una serie de movimientos que, si la táctica les sale bien, les puede relanzar. Sus alcaldes apoyan el 9-N alternativo o, al menos, no lo impedirán. Iceta le ha ofrecido a Mas un pacto para agotar la legislatura hasta 2016 previo acuerdo de un contrato social. En Barcelona, los socialistas están dispuestos a pactar los presupuestos con el alcalde Xavier Trias (CiU), que necesita un aliado para aprobar las últimas cuentas antes de las elecciones. El PSC necesita visibilidad después de que el Dragon Khan les situará abajo y de que, ahora, parece que les esté subiendo poco a poco.

PPC: Los populares han pasado de estar arriba, gracias a su mayoría absoluta en Madrid, a bajar (sobre todo, a raíz de escándalos como el de Método-3) y a perder, en cierta manera, el liderazgo del contrapeso a los partidos soberanistas a causa de la emergencia de Ciutadans. El PPC ha vivido su particular Dragon Khan y, solo gracias al fracaso del 9-N original, han recuperado terreno en la montaña rusa. ¿Hasta qué punto llegó a estar cuestionada en el partido su líder, Alicia Sánchez-Camacho? ¿Hubo realmente movimientos para buscarle un sustituto entre algún alcalde del PPC?…

ICV-EUiA: Después del experimento fallido del Tripartito que convirtió a Iniciativa en un partido de gobierno, ICV, como los socialistas, bajó en el Dragon Khan, aunque mantuvo mejor el tipo. El hecho de apuntarse al proceso proconsulta le ha hecho subir otra vez, al menos, a nivel mediático, pero los choques con Mas y CiU son demasiado importantes como para que su electorado pueda aguantar según qué cosas. Lo de la Declaración Unilateral de Independencia que quiere ERC no puede ni planteárselo. De hecho, ICV era, junto a UDC, la prueba de que la consulta del 9-N era la mal llamada «consulta soberanista», ya que una cosa es estar de acuerdo con que la gente vote y otra apoyar abiertamente la independencia. El Dragon Khan está atento a ICV, que, en los próximos meses, deberá jugar bien sus cartas de posibles alianzas (Guanyem, Podemos…) si no quiere que la montaña rusa catalana la castigue.

Ciutadans: El partido de Albert Rivera es el gran beneficiado del debate soberanista en el ala unionista. En las encuestas, le come terreno al PPC, aunque también le araña votos al PSC. Aunque ha tenido algún tropiezo, como el caso Cañas aún por resolver, se ha esforzado en aparecer como un partido regenerador y anticorrupción. Se puede decir que el Dragon Khan ha premiado a C’s con más expectativas de voto, por eso, Rivera apremia a Mas para que convoque las elecciones.

CUP: Este partido asambleario empezó su carrera en lo más bajo de la montaña rusa, pero las encuestas le son favorables y va escalando en el Dragon Khan. Los partidos tradicionales han asociado a la CUP despectivamente con los movimientos antisistema, pero, curiosamente, es la CUP quien estos días está apareciendo como el partido que pone orden y algo de seny. Los hemos visto con el preacuerdo con el Govern para salvar técnicamente el 9-N alternativo y con las negociaciones de mediación que esta formación ha hecho para intentar restablecer la unidad con ERC e ICV-EUiA. Además, es la CUP quien presidirá la comisión de investigación del caso Pujol en el Parlament. Por otro lado, es la CUP quien domina la calle y no se puede plantear un proceso participativo el 9 de noviembre sin que ellos se impliquen.

Así es como el Dragon Khan vuelve a dominar la política catalana. Es la atracción más veterana de PortAventura y sigue estando más de moda que nunca.

 

 

De Lluís Companys a Artur Mas

Estos días se cumplen 80 años de los llamados Fets del Sis d’Octubre (los Hechos del Seis de Octubre), que supusieron la caída del Gobierno de la Generalitat después de que el ‘president’ Lluís Companys proclamara un Estado catalán que apenas duró nueve horas. La verdad es que esta mirada a la historia, observándola a través del espejo de la actualidad, resulta apasionante. El origen del conflicto -la mecha que encendió el último petardo- fue una ley (la Llei de Contractes de Conreu, es decir, la Ley de Contratos de Cultivo). Hoy, buena parte de la oleada soberanista surgió tras el recorte del Estatut y, estos días de octubre, el conflicto Estado-Catalunya se ha abierto por otra ley: la de consultas.

Esta Llei de Contractes de Conreu fue aprobada por el Parlament de Catalunya el 14 abril de 1934, tal como la Cambra catalana ha dado su visto bueno a la ley de consultas populares. Por aquel entonces, el llamado Tribunal de Garantías Constitucionales decidió anular la Llei de Contractes de Conreu (ahora, estamos a la espera de si el actual Tribunal Constitucional anula o no la ley de consultas).

Nos situamos en el 4 de octubre de 1934. Alejandro Lerroux es proclamado nuevo presidente del Gobierno español y nombra a cuatro ministros de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), liderada por José María Gil-Robles. La consecuencia inmediata fue que se declaró una huelga general en España. Ahora, el antagonista directo del Govern sería Mariano Rajoy y sus ministros del Partido Popular.

El 5 de octubre, la Aliança Obrera de Catalunya se une a la huelga general y la Generalitat da apoyo tácito a estos paros (¿se acuerdan de Oriol Junqueras, líder de ERC, cuando sugirió hace unos meses una posible huelga si no se podía celebrar la consulta?). De hecho, aquel octubre de 1934 Barcelona se paralizó.

Cumbre proconsulta en el Palau de la Generalitat

Artur Mas se reúne con los líderes de los partidos a favor de la consulta en el Palau de la Generalitat. TONI GARRIGA / EFE

Las tensiones entre Madrid y Catalunya se agravaron, hasta el punto que el 6 de octubre, a las 20 horas, en el balcón de la Generalitat, el president Lluís Companys proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española. Sus palabras pasaron a la historia: «En esta hora solemne, en nombre del pueblo y del Parlament, el Govern que presido asume todas las facultades del poder en Catalunya, proclama el Estado Catalán de la República Federal Española«. La última parte es significativa, porque habla del «Estado Catalán de la República Federal Española». Por lo tanto, si hubiera votado en la consulta del 9-N hubiera optado por la respuesta Sí-No, es decir, sí a que Catalunya sea un Estado, pero dentro de la modalidad República Federal Española.

Por aquel entonces, la proclamación de Companys comportó la declaración del estado de guerra (algo que el ministro Margallo ha dejado entrever en alguna de sus declaraciones recientes). El Ejército español debía tomar Barcelona y se produjeron disturbios en las calles.

El 7 de octubre de 1934, a la 06.00 horas, se dio por finiquitado el Estado Catalán. Tanto el Govern de la Generalitat como los responsables de los Mossos d’Esquadra fueron encarcelados en el barco Uruguay. La mayoría fueron condenados a 30 años de prisión. La amnistía llegó en 1936, con la ascensión al Gobierno español de las izquierdas. Y, después, bueno, después la Guerra Civil, Franco…

La opción de la declaración unilateral de independencia no ha sido nunca del agrado de Artur Mas, el equivalente contemporáneo a Lluís Companys. Los Fets del Sis d’Octubre se deben englobar en otra época, pero no deja de ser curioso que, 80 años después y en otro mes de octubre, España esté jugando en un tablero en el que hay en juego leyes aprobadas por el Parlament, autos de un tribunal y la opción o no del independetismo. A nivel español, también gobierna la derecha y, hasta el momento, solo la izquierda (PSOE) se ha mostrado abierta a proponer una posible salida a Catalunya, con la reforma de la Constitución y con el debate de la España federal.

A todo esto, en Catalunya, la unidad de los partidos proconsulta se pone a prueba cada día -la demostración es la reunión maratoniana del 3 de octubre de 2014 (hay que puntualizar el año para no confundirnos con 1934) en el Palau de la Generalitat para establecer un plan de ruta conjunto y sin grietas entre CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP-. Todo se mueve y nada, al mismo tiempo. Y es que ha pasado un año y sigue habiendo un 70% de catalanes a favor de la consulta y un 22% en contra, según la última encuesta del CEO (el equivalente catalán al CIS).

Esquerra aventaja a CiU en 6,7 puntos en intención de voto. Por eso, a Mas le interesaría una candidatura conjunta si, finalmente, tuviera que anticipar las elecciones catalanes y convertirlas en plebiscitarias. Pero, hasta el momento, el president se ha negado a salir al balcón de la Generalitat y, cuando se han producido manifestaciones de apoyo en la Plaça Sant Jaume, siempre ha salido a saludar a pie de calle. Y es que el cartucho de la proclamación del Estado Catalán al estilo Lluís Companys es, al menos en este mes de octubre de 2014, el último de los últimos…

 

 

 

 

CiU, ERC… y PSC

El último Debate de Política General en el Parlament de Catalunya ha sido importante porque los partidos catalanes han empezado a poner las cartas sobre la mesa sobre lo que puede pasar en las próximas semanas a nivel de posibles alianzas. Por un lado, el PPC sigue con su idea de crear un bloque antisoberanista, al cual invita a Ciutadans y Unió (sobre todo, le interesa la UDC de Duran i Lleida). Por otro lado, se ha reforzado el bloque pro-consulta (CiU, ERC, ICV-EUiA, CUP), con la aprobación de otra resolución a favor del 9-N. Pero, ¿qué tipo de alianzas se configuran de cara a lo que pueda pasar cuando el Tribunal Constitucional, como todo parece indicar, declare inconstitucional la consulta del 9 de noviembre?

En este punto, hemos visto dos movimientos:

CiU-ERC: Oriol Junqueras se ha ofrecido públicamente a entrar en el Govern, pero solo para «blindar» la consulta del 9-N. La respuesta de Artur Mas no ha sido: «claro que sí, mañana mismo os doy tres consellerías y la vicepresidencia del Govern». No, más bien le ha dicho a Junqueras que tienen que negociar, porque, de hecho, la consulta ya está «blindada» bajo la legalidad del Parlament, tanto con mociones como con la ley de consultas. Cuando Mas hizo su oferta a ERC para que entrara en el Govern, recibía palos de todas partes por los recortes -en Catalunya- y por el proceso soberanista -desde Madrid- por lo que tener a Esquerra en el Govern le daba más fuerza. Hoy en día, tener a ERC en el Govern tampoco parece tan importante, sobre todo, si el propio Mas lanza la posibilidad de unas elecciones anticipadas (a no ser que una alianza de gobierno se prolongara en una alianza electoral). Pero, ERC, tiene la línea trazada en el 9-N. Por su parte, Mas solo se comprometió a convocar la consulta y eso lo cumplirá, por lo que, aunque el TC la invalide, él se sentirá liberado de su «mandato» parlamentario y de las movilizaciones de la Via Catalana.

Mas y Junqueras se saludan en el Parlament

Artur Mas y Oriol Junqueras se saludan en el Parlament. TONI GARRIGA / EFE

(CDC-ERC: Hay que abrir un paréntesis para ver si la «negociación» a la que hizo referencia Mas, más bien se refiriera a configurar una entente para que CDC y ERC confeccionaran unas listas conjuntas para unas supuestas elecciones anticipadas en las que llevarían la independencia claramente en su programa. Si esta alianza ganara los comicios por amplia mayoría absoluta, tendrían la misma fuerza que los escoceses para reclamar un referendo. Lo que pasa es que esto significaría muy posiblemente romper los lazos entre CDC y UDC, así como deshacer esa «unidad» de acción a la que se ha venido apelando con el resto de partidos pro-consulta -ICV-EUiA y la CUP-).

CiU-PSC: Miquel Iceta, el nuevo líder de los socialistas catalanes, ha ofrecido abiertamente a Mas el apoyo del PSC para ayudarle a agotar la legislatura hasta 2016. Y es que Mas ha admitido que él, por preferir, prefiere seguir gobernando hasta entonces. Iceta lo ha justificado diciendo que, a cambio, deberían firmar lo que él llama «un contrato social». Vuelve a tomar forma la sociovergencia. Los socialistas, a diferencia del PP, sí que apuestan por una reforma federal de la Constitución y tener más visibilidad ‘social’ en Catalunya les ayudaría de cara a las elecciones generales de otoño de 2015, para las que el Partido Popular parece querer jugar a luchar contra Podemos y ningunear al PSOE. En los últimos días, se ha producido otro movimiento interesante: Jaume Collboni, líder del PSC en Barcelona, le ha ofrecido a Xavier Trias (CiU) negociar un acuerdo para que el alcalde convergente no tenga que prorrogar los presupuestos de 2014 y pueda aprobar las cuentas de 2015 con el apoyo de los socialistas. Es decir, en pocos días de diferencia, el PSC le ha ofrecido dos pactos a CiU: uno, en el Parlament; el otro, en el Ayuntamiento de Barcelona.

Por suerte, esta película tiene fecha de estreno: el 9 de noviembre. Lo que pase ese día acabará por configurar este juego de alianzas.

La victoria de ERC beneficia a Mas

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha ganado unas elecciones en Catalunya por primera vez desde la Transición democrática. Los republicanos han dado un zarpazo incrementando en 14 puntos sus resultados y superando a Convergència i Unió (CiU) en 1,8 puntos. ¿Cómo va a afectar la victoria de la formación de Oriol Junqueras al president Artur Mas? Le va a beneficiar, ante sus detractores de Unió, ante sus votantes de Convergència y, sobre todo, en su negociación con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.

Las banderas que ondeaban en la sede de la noche electoral de CiU eran estelades, es decir, claramente independentistas. Lo que gritaron sus militantes y sus dirigentes era «independencia, independencia», al igual que en la sede de ERC tras su triunfo electoral. Y Mas lazó esta advertencia respecto al proceso soberanista: «Ni un paso atrás». De hecho, el único que parecía realmente incómodo con el resultado electoral era Josep Antoni Duran i Lleida, el líder de Unió y portavoz de la federación en Madrid.

Para Mas, la jugada tampoco ha salido tan mal. A diferencia del PP, que gobierna en España y ha ganado las elecciones perdiendo diputados respecto a 2009; el líder de CiU siempre podrá decir que casi gana estas elecciones pese a ser un partido de gobierno, que aplica recortes, y aumentando en más de 100.000 sus votos respecto a hace cinco años. Es decir, a diferencia del batacazo que Mas se pegó en las últimas autonómicas, en estas europeas, sale reforzado. De hecho, hay que tener en cuenta que la CUP no se ha presentado a estas europeas y, de haberlo hecho, hubiera fragmentado más el voto independentista y lo hubiera notado, seguramente, ERC.

Artur Mas, entre estelades.

Artur Mas, rodeado de estelades en la noche electoral. TONI ALBIR/ EFE

Pero, lo que queda aún más fortalecido en Catalunya es el bloque a favor del derecho a decidir (CiU + ERC + ICV), que ha aglutinado el 55,8% de los votos en un cotexto de mayor movilización o participación de los votantes. Es decir, los catalanes han votado más y lo han hecho más en clave catalana que europea. Y el resultado ha sido el hundimiento de los partidos que se oponen a la consulta, a excepción de Ciutadans, que no solo por este motivo, sino por otros, ha cosechado un resultado histórico para ellos.

Los grandes derrotados de estas europeas en Catalunya son el PPC, que ha quedado relegado a quinta fuerza política, y, sobre todo, el PSC, que era quien habitualmente ganaba estos comicios europeos en Catalunya y, esta vez, ha sufrido un descalabro más que considerable. ¿A dónde han ido los votos socialistas? Pues, el efecto de los hermanos Maragall ha sido total, ya que todo lo que ha ganado ERC se asemeja a lo que ha perdido el PSC. ¿Esto quiere decir que la oposición del aparato socialista a la consulta le ha pasado factura?

Pues, parece que los números cantan por sí mismos y no se descartan más acercamientos del ala catalanista socialista a ERC, por ejemplo, en clave de la candidatura republicana en las próximas elecciones municipales en Barcelona. A parte de Ernest Maragall, hay otros elementos, como Montserrat Tura o Marina Geli, que aún podrían tener recorrido político lejos del PSC.

Pero, volvamos a la tesis del principio. ¿Por qué la victoria de ERC beneficia a Mas? Primero, porque le da estabilidad a su gobierno a través de un sólido socio parlamentario, que, además, podría acabar formando parte próximamente del Executiu catalán. Segundo, porque refuerza la apuesta soberanista de CDC ante UDC. Y, tercero, que es lo más importante, porque le da una nueva arma de negociación con Rajoy, a quien le puede plantear lo siguiente: «Mariano, estos de ERC, republicanos antimonárquicos y de izquierdas, ya ganan elecciones en Catalunya. ¿Te conviene más una CiU fuerte o una Esquerra fuerte? ¿Qué preferís en Madrid? ¿Qué quiere la Casa real?»… Eso sí, cualquier negociación que haya a partir de ahora solo pasará porque se celebre una consulta. Rajoy y Mas deben solucionar ahora cómo, cuándo y con qué fin se realiza. Si no, la victoria de ERC, presumiblemente, será más abultada en las próximas elecciones.