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“Observa la verdad y no la traspases. No calumnies a ninguna gente grande o pequeña”, Ptahhotep

Archivo de febrero, 2015

La vieja CiU y la nueva CiE

Hace unos días se formó un revuelo en el Parlament y en la coalición CiU después de que el conseller de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat, Santi Vila, reconociera abiertamente que se siente más cerca del líder de ERC, Oriol Junqueras, que del presidente del comité de gobierno de UDC, Josep Antoni Duran i Lleida. Según Vila, Junqueras ha hecho una «cosa muy buena», que es «sintonizar con un malestar ciudadano y un convencimiento de que hay toda una época que se acaba». En cambio, Duran «ha hecho otras aportaciones relevantes, pero ha jugado un papel o ahora está jugando un papel que no tiene que ver con esta situación precisa del momento que vivimos ahora».

Estas palabras no la dijo cualquiera, ya que Vila es uno de los valores jóvenes de CDC, uno de los pocos que se podría postular con garantías a sustituir a Artur Mas. Quizás por eso sus palabras no sentaron nada bien entre sus socios de UDC, que manifestaron su malestar, también, públicamente. «Pontificar sobre los efectos del paso del tiempo no tendría que ser la prioridad de un miembro del Govern, menos todavía para abrazar a nuevos líderes fuera de CiU», le replicó el eurodiputado de Unió, Francesc Gambús. Otra pieza de peso dentro de UDC, Montse Surroca, llegó a preguntarse esto: «¿Será que -Vila- tiene en la cabeza la nueva federación CiE?. Las siglas CiE, obviamente, hacían referencia a Convergència i Esquerra en vez del actual Convergència i Unió.

Mas y Junqueras se saludan en el Parlament

Artur Mas y Oriol Junqueras se saludan en el Parlament. TONI GARRIGA / EFE

Ahora ha vuelto a estallar otro conflicto en la federación nacionalista, cuando el líder democristiano, Josep Antoni Duran i Lleida, se ha sentido «desautorizado» porque CDC y UDC han votado diferente en el Congreso la proposición de ley contra el yijadismo. Convergència alega que en la última ejecutiva de CiU no se acordó el sentido del voto, sino solo que no se opondrían a la tramitación de la ley, es decir, no se especificó que se debía votar a favor.

Con unas elecciones municipales y autonómicas -en clave plebiscitaria- a la vista, el tema de fondo es más importante de lo que parece. La vicepresidenta del Govern, Joana Ortega (UDC), que ha estado con el president Mas en todo el proceso soberanista, ha calificado de «irresponsable» la postura de Convergència en la tramitación de la ley contra el yihadismo. Pero, la cuestión es que CDC está marcando perfil propio respecto a UDC, algo que no había sucedido tanto y tan seguido nunca dentro de CiU.

Si nos remontamos al plan original de Mas para las elecciones catalanas -quería una lista unitaria soberanista, es decir, diluyendo en la candidatura a CDC, ERC y, cómo no, a UDC- podríamos pensar que el ala más derechista de Unió Democràtica de Catalunya incomoda cada vez más a Convergència. Dicho de otra forma, parece que en CDC se han dado cuenta de que no pueden aspirar a reeditar o conseguir alcaldías este mayo si no ofrecen, realmente, una imagen más ‘de izquierdas’, por así decirlo, ante proyectos como los de Guanyem, Podem, la CUP o la propia ERC. De ahí el voto diferente en la ley contra el yihadismo y de ahí también que el conseller Vila hable de «sintonizar con el malestar ciudadano».

Estamos, pues, ante una encrucijada de CiU que va más allá de si Unió o Duran i Lleida aprueban o no la hoja de ruta soberanista. ¿Se está gestando realmente una refundación de Convergència? ¿Qué pasará con Unió? ¿Está Duran, definitivamente, tan fuera de juego, una vez que ya parece no dominar ni siquiera las riendas de CiU en el Congreso de los Diputados? Es bastante impensable que se pueda hablar en serio ahora mismo de un CiE (CDC + ERC) como federación o coalición estable, ya que dentro de cada partido aún hay miembros destacados de perfiles muy diferentes, pero parece evidente que CiU, tal y como la hemos conocido hasta ahora, tiene los días contados.

La lista más votada en Barcelona

El 19 de mayo de 2011, en una entrevista que me concedió Xavier Trias como candidato de CiU a la alcaldía de Barcelona, le pregunté si iba a pactar con el PPC para poder formar gobierno. «Mi planteamiento es ser alcalde porque nadie sumará 21 regidores y tendrá la alcaldía la fuerza más votada». Cuatro años después, el candidato de ERC para las próximas municipales, Alfred Bosch, se ha mostrado partidario de que sea alcalde el líder de la lista más votada. Trias, en cambio, ya no está del todo de acuerdo, pese a lo que dijo en 2011.

Ya expliqué en otro post que, si Trias era favorable a un sistema electoral de doble vuelta, era porque sería, seguramente, el gran beneficiado en un cara a cara con Bosch, menos conocido para los barceloneses y que se ha pasado cuatro años en Madrid. Ahora, Trias ha afirmado: «Es bueno que el alcalde sea el jefe de la lista más votada si hay una doble vuelta en las elecciones, pero, a una vuelta, no sería partidario».  Bosch, en cambio, ha puntualizado esto: «Hasta ahora, el alcalde de Barcelona ha sido el líder de la opción más votada y nosotros creemos que esta larga tradición es saludable».

Alfred Bosch

El candidato de ERC en Barcelona, Alfred Bosch. JORDI BATALLÉS / ACN

No cabe duda que tanto Trias como Bosch ya están pensando en clave postelectoral, es decir, de posibles pactos CiU-ERC para ver quién es alcalde y quién no. La lógica del pacto Mas-Junqueras para las elecciones catalanas indica que el presidente de la Generalitat y líder de CiU no vería con buenos ojos que Convergència perdiera la alcaldía de Barcelona, ni en el supuesto en que Bosch pudiera acabar siendo más votado que Trias. Por otra parte, si ERC quiere implantar el pleno soberanismo en la capital catalana y dar su apoyo a la hoja de ruta independentista no tendrá más remedio que sacar mayoría absoluta (muy improbable, por no decir imposible) o aliarse de verdad con CiU, que ni querrá estar en la oposición -después de haber desbancado al PSC del Ayuntamiento de Barcelona en 2011- ni querrá perder la opción de Trias como alcalde, aunque éste no sea el más votado.

Xavier Trias

El alcalde de Barcelona y candidato de CiU, Xavier Trias. BEGOÑA FUENTES / ACN

Bosch está echando la caña a MES, que agrupa a los socialistas soberanistas, y le ha ofrecido a Jordi Martí -exlíder del PSC en Barcelona- ir en su lista. Pero, solo con MES no se consigue el objetivo de implementar el soberanismo en la corporación barcelonesa. Además, el voto soberanista aún se fragmentará más, ya que Reagrupament Independentista (RCat) y Solidaritat Catalana per la Independència (SI) han formalizado su candidatura conjunta. Trias y Bosch (CiU y ERC) están condenados a entenderse. «Yo sí que me veo pactando con Bosch de cara a las municipales», ha afirmado el ahora alcalde convergente, «en las próximas elecciones, quien gane, tendrá que pactar con alguien».

Por otro lado, parece improbable que Guanyem pueda justificar un posible pacto con ERC, por mucho que ICV le pudiera animar a ello, ya que, en principio, no comparten la misma ruta independentista. Además, si Iniciativa ya ha tenido que pagar algún peaje por estar con Guanyem, como la salida de su líder, Ricard Gomà, ¿qué tendría que pagar Esquerra? Definitivamente, las elecciones de Barcelona van a ser un ensayo muy interesante -sobre todo, a la hora de los pactos- de cara al 27 de septiembre, cuando lleguen los comicios catalanes. La lógica dice que tendría que gobernar el candidato de la lista más votada, pero, ¿y si acabara siendo Ada Colau? ¿ERC daría su apoyo, entonces, a Colau para que gobernara o bien optaría por Trias, aunque no fuese el más votado?