Una mujer china, que tuvo una aventura con un hombre de negocios casado que murió en un accidente de coche, utilizó esperma congelado para concebir un niño que, según ella, era suyo.
En un caso que desató un acalorado debate en China, una mujer de Guangdong, de apellido Leng, exigió a la esposa del caballero una porción de su fortuna como herencia para su bebé, que, según ella, era heredero legítimo de la misma.
La insólita disputa comenzó en 2021, poco después de la trágica muerte del hombre, de apellido Wen, en un siniestro automovilístico. Leng afirmó haber congelado algunos de sus óvulos antes del accidente, que luego fueron fertilizados con el esperma de Wen en una clínica privada, indica Odditycentral.
En diciembre de 2021, dio a luz a un hijo sano al que llamó Xiaowen, y en agosto del año pasado demandó a la familia de su examante, pidiendo una parte de su patrimonio como herencia para su vástago.
Como parte de su demanda, la mujer solicitó propiedades, acciones de la empresa y beneficios del seguro de vida para Xiaowen como heredero de Wen. Desafortunadamente para ella, la mujer no pudo probar que el niño había sido fertilizado con el esperma de Wen, o que él le había dado su consentimiento para concebir al bebé usando su esperma. Como resultado, su reclamo fue desestimado por el tribunal.
El caso fue noticia en China tras el veredicto del Tribunal, y muchos declararon su asombro por el intento de la amante de usar a su bebé como moneda de cambio para obtener parte de la fortuna. «¡Que terrible! Ella hará cualquier cosa por dinero«, escribió una persona en una red social. «Espero que la esposa presente una contrademanda contra la amante«, añadió otra.
Por su parte, un abogado declaró en un medio local que, si bien el Código Civil de China estipula que cualquier feto vivo en el cuerpo de una madre tiene derecho a herencias, no menciona los embriones gestados a partir de óvulos y esperma congelados.
Otro letrado añadió que los procedimientos de fecundación in vitro en clínicas autorizadas eran legales, pero que ambos padres debían acordar la inseminación, lo que no estaba claro en este caso particular.
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