Un reputado científico de la Universidad de Melbourne ha permitido que miles de mosquitos le piquen el brazo con regularidad, con el fin de mantenerlos alimentados para una investigación sobre la erradicación del dengue. ¡¡¡Quiero sangre!!!
El doctor Perran Stott-Ross ha estado involucrado en la investigación de decenas de especies de mosquitos durante muchos años, tratando de encontrar formas efectivas de frenar la propagación del virus del dengue, que se transmite entre humanos a través de sus picaduras, según indica Periodismo.com.
Una de las estrategias más prometedoras ha sido infectar enjambres de mosquitos con Wolbachia, una bacteria que bloquea naturalmente la transmisión del dengue y se transmite de generación en generación de mosquitos.
Para avanzar en esta investigación, Stott-Ross tiene que controlar miles de ‘mosquitos hambrientos‘, y como parte de ese rastreo, ofrece su propio brazo como una especie de bufe libre. ¡¡¡Sin miedo al picor!!!
El científico australiano llamó la atención por primera vez, cuando tuiteó una instantánea de su extremidad cubierta ampollas después de, según varios informes, alimentar a 5.000 mosquitos hembra. Ni uno más, ni uno menos.
Admite que las picaduras pueden ser dolorosas a veces, y que siempre debe abstenerse de rascarse después de las sesiones de tortura.
By popular demand, here’s a shorter version of the exploding mosquitoes video pic.twitter.com/nRMiycFKqH
— Perran Ross (@MosWhisperer) March 24, 2020
Los ejemplares infectados con la bacteria Wolbachia son liberados en la naturaleza con el objetivo de bloquear naturalmente la transmisión del dengue. En Malasia, donde esta enfermedad es endémica, la utilización de este método ha reducido las infecciones entre un 40 y un 60%, dependiendo de las zonas.
(Fotos: Perran Stott-Ross – FACEBOOK)