Archivo de marzo, 2012

Intentaron infiltrarse en los Goya… pero este año no pudieron

Si sois seguidores del blog desde hace años (no quedan muchos ya de la primera época, pero alguno hay), sabréis que seguimos tradicionalmente las andanzas de nuestros infiltrados en los Goya favoritos (Entre Goyas y…) esos muchachos que se cuelan en las galas de estos premios y hacen vídeos realmente divertidos, sin dar la nota, sin afán de protagonismo y sin molestar a nadie.

Ahora bien, este año, después de varios éxitos, no hubo suerte. Entraron tarde y mal, con casi todo el pescado vendido. ¿Queréis saber qué les ocurrió? Álvaro y Davinci, amigos ya de esta casa, nos cuentan qué ocurrió.

– ¿Qué os ha ocurrido este año?
Álvaro: Bueno, este año mejor sería preguntar qué no nos ha pasado. Parece que por primera vez la Academia, o quien gestione esto, decidió tomarse más en serio ese cachondeo en que se había convertido la Gala para la gente de alegre espíritu como nosotros. Redoblaron la vigilancia, apostando guardias de seguridad en cada esquina, puerta, acceso y punto ciego, con lo que apenas pudimos aprovechar las debilidades que siempre ha ofrecido este edificio. Esto tiene su lógica si piensas en lo que pasó el año pasado, lo del patético Jimmy Jump, pero evidentemente no sirvió de mucho ya que todos hemos visto que este año no solo una sino dos personas llegaron hasta el escenario. Y nosotros entramos, claro. Tarde y mal, pero entramos. En vez de un Veni, Vidi, Vinci, fue más bien un Entramos, Vimos… y Recogimos. Este año parece que los actores estaban todos con más ganas de irse a las fiestas privadas post-gala, como la del año pasado, y apenas pudimos grabar con ellos. Bueno, «apenas» no, «nada» es más correcto, jeje.

Davinci: Este año fue más complicado conseguir pasar a la gala. Al final lo conseguimos, pero tan tarde que simplemente decidimos hacer un tipo de vídeo más humorístico sobre el tema. Aquello estaba lleno de policías en cada calle, y ni siquiera dejaban entrar para ver a los actores llegar al Palacio de Congresos. Había como unos cuatrocientos «extras» a los que habían pagado para que aplaudieran cuando llegaba el famoseo, supongo que para que saliese algo decente en la televisión. Se temían algo como lo que paso el año pasado, con la diferencia que este año no era en pleno centro de Madrid y que la Ley Sinde-Wert ya se aprobó hace meses… Al final habían movilizado a un montón de policías para retener a menos de una decena de chavales con máscaras que fue todo lo que vimos de «altercado» por la zona. Pero bueno, ya vimos que, a pesar de todo, hubo quién consiguió colarse.

– Estaban Manuela y Verónica, musas de otros años. ¿Qué teníais pensado hacer dentro?
Álvaro: Ay, becario… tenía mis ideas de loco ya pensadas, desde el mismísimo tráiler hasta las diferentes historias con Manuela (Velasco), Verónica (Echegui) y quien se pusiera por delante… Y David también traía los deberes hechos, pero prefiero no desvelar nada, jeje.

Davinci: Este año íbamos algo más preparados que otros; no solo a nivel de guión sino también técnico. Es una lástima que hace un par de años no fuésemos así. Espero que en próximas entregas podamos llegar a hacerlo, así que de momento mantenemos el secreto de lo que íbamos a montar ahí dentro, por si acaso. Aunque en el vídeo no se vea, sí que nos encontramos con «nuestras musas».

– No dejan que os coléis los pacíficos pero sí los espontáneos. ¿Qué opináis del muletilla y de los de Anonymous?
Davinci: Bueno, a ellos tampoco les dejan colarse, lo que pasa que a saber cómo lo consiguieron. A mí el muletilla me dio un poco de lástima, sobre todo por interrumpir un mensaje de agradecimiento, que para algo hay un equipo de personas que han trabajado para conseguir llegar tan lejos, y aún más con el tema del documental en concreto, como para encima chafar el momento. Respecto al tema «Anonymous», una anécdota. Cuando la gala estaba empezando, uno de los técnicos que había ido a preparar el set para la entrada de los nominados, se puso la máscara de Guy Fawkes y empezó a hacerse fotos en la puerta del Palacio y junto a la figura del Goya gigante, cuando ya no quedaba gente por la zona. Lo hizo en plan de cachondeo, pero demuestra lo poco efectivo de la policía de «evitar que cualquier persona con esa máscara entre a la gala»… y, sinceramente, también demuestra lo poco que significa el aparecer con una máscara junto a una puerta principal. Foto para la red social de turno y poco más.

Álvaro: Lo siento mucho por el «apreta cocreta» que llegó a los micrófonos, pero le pasa lo mismo que a Jimmy Jump: para decir eso no subas macho. Vale, el Jump fue aún peor y con menos gracia, pero aún así… Y de Anonymus tres cuartos de lo mismo. Yo apoyo la causa de Anonymus, he celebrado ciertas acciones suyas cuando tenían un propósito o un mensaje claro, pero de nuevo lo de este año ha sido un poco pa ná, un chavalito corriendo con la máscara y ya. Es como los que saltan desnudos a un partido de fútbol… una mierda vamos.

– ¿Cómo vivisteis los momentos de la alfombra roja, mientras preparabais el asalto fallido?
Álvaro: Me parece una vergüenza el gasto de dinero del bolsillo de todos para esto, sí, sí, en seguridad pública también, ya que además de la privada, todo acceso peatonal o de vehículos estaba vigilado por varios vehículos de Policía Nacional. Todos vimos el ridículo espectáculo de la figuración contratada para recibir a los actores. ¿Y todo por qué? Porque tenían miedo de Anonymus, o lo que es lo mismo, diez chavalines inofensivos a los que les requisaban las máscaras de V de Vendetta alegando que eran «ilegales». Un despliegue policial flipante que ni en el 15M y no estoy de broma.

Davinci: La verdad es que todos los años que hemos ido había gente que estaba allí bajo el frío para ver si podía hacerse alguna foto o conseguir algún autógrafo de los nominados y académicos que entraban a la gala. De hecho, un año vimos a un autobús entero de personas que habían aprovechado el viaje a Madrid para hacer una «visita cultural» al sitio. Y sí, también han sido muchos otros los que se han manifestado delante de la gala para reivindicar derechos, generalmente relacionado con el cine o la televisión. Pero también en la gala hemos podido ver reivindicaciones de diversos temas por los propios actores; así que no se hasta qué punto compensaba cerrar el paso a la gente que quería acercarse un poco a ver cine español en vivo y en directo.

– ¿Y cómo visteis esta gala ‘diferente’?
Álvaro: No te voy a engañar, fue durillo vivir la Gala desde un McDonald’s bajo el peso de la decepción creciente y de un proyecto que por momentos parecía diluirse. Mira, tengo un amigo que decía «en el momento en que uno coge un condón antes de salir de casa, se garantiza el fracaso». Optimista que era él. Está claro que lo de este año no fue un gafe en este sentido, fue más bien cosa de la vigilancia que pusieron, pero esto es así: teníamos grandes cosas en mente. En mente y en papel.

Davinci: Lo del presidente tuvo tralla. Fue el propio Nicolás Alcalá, director de la película El Cosmonauta, quien leyó la frase de González-Macho: «Internet no forma parte de la actividad económica del cine». Me quedo con esa imagen. La de un director de cine que representa un proyecto financiado enteramente en Internet leyendo que eso no forma parte de la actividad económica del cine.

– ¿Cuál es vuestro plan para el año que viene?
ÁlvaroNo se qué pasará en el futuro. Las ideas siguen ahí, los medios los tenemos y las ganas también, pero si las circunstancias el año que viene son parecidas a las de este año… ufff, prefiero no pensarlo que entonces no salgo de casa, jajaja! Yo prometo a los fans que si el año que viene conseguimos hacer el video que queremos hacer, lo van a gozar muchísimo, palabra de Álvaro Daza.

PD: Confiemos en volver a verlos en la gala, porque los Premios Goya son mucho más divertidos cuando estos muchachos participan de la fiesta.

Una abuela de 55 años quiere ser animadora de la NFL

Estoy seguro de que la mayoría de vosotros, a estas alturas, ya sabéis que todos mis posts se pueden resumir en una línea, a veces incluso el contenido de los mismos cabe en un titular. Luego queda, para los que tienen interés, ver las fotos, el vídeo o leer los párrafos de acompañamiento; esto último solo si tienes un interés inusitado (una palabra que cada vez decimos menos) o si eres mi madre. La pobre se ve obligada a leer todo lo que escribo y le dice a mi padre: «¿Ves? Al final el niño aprendió a escribir. Ya te dije yo que todos esos golpes que se llevó en la cabeza de pequeño jugando al fútbol no le han dejado secuelas» (pobre, cómo me quiere).

El post de hoy no es excepción y lo podríamos resumir en: una mujer de 55 años, abuela de dos criaturas (nietos), quiere cumplir su sueño de toda la vida y convertirse en cheerleader de los Dallas Cowboys, de la NFL (la liga de fútbol americano, ese lugar en el que hombres como armarios empotrados llevan hombreras como si aún viviéramos en los años 80). Pero esto es el blog del becario, mis jefes me exigen más. De lo contrario, este mes no me darán los cinco bocadillos que me pagan religiosamente desde hace unos años a cambio de mis servicios.

Por ello os doy algunos detalles más sobre la historia. Lo cierto es que Sharon Simmons, protagonista de la historia, tiene una figura envidiable. Ya no hablo de una figura envidiable para su edad, porque nadie le echaría los 55 años que tiene. Me refiero a que tiene un físico que ya quisieran muchas chicas de 20 de las que te miran por encima del hombro en el metro (a quién quiero engañar, a mí todas me miran por encima del hombro… a quién quiero engañar, a mí no me miraban ni mis padres cuando me recogían del colegio, mucho menos las chicas).

Cuenta Sharon a la prensa estadounidense que su sueño de siempre fue ser animadora («save the cheerleader, save the world»), pero que cuando estaba en la edad de serlo (veintialgo) se vio envuelta en la crianza de su hija que, como entenderéis, es más importante que los pompones y el «Dame una C, dame una O, dame una Z, dame una COZ» (soy un poeta; lo sé).

Ahora bien, la pobre ha criado a su hija y no es plan de quedarse de cuidadora de los nietos, por lo que ha decidido coger su último tren y presentarse a las pruebas en mayo. Cuando lo haga, esta estrella del fitness tendrá ya 56 años. Los mismos que Ana Rosa Quintana, Eduardo Zaplana e Isabel Pantoja (esto es información, no opinión).

Entrena a diario con una coreógrafa y se prepara a conciencia (obviamente «se prepara a conciencia», Bec, sería estúpido que se preparara «sin ponerle mucho empeño», ¿no?). Si consigue convencer a los jueces se convertirá en la animadora más vieja de la historia de la NFL, ya que hasta ahora no hubo en la liga una cheerleader (porrista, si me leéis del otro lado del charco) mayor de 42. Toda la suerte del mundo, Sharon, que los sueños están para cumplirlos o, por lo menos, pelearlos.

PD: Perdón porque soy consciente de que hoy he estado especialmente disperso. Será porque los viernes me trastornan.

Quema un árbol de 3.500 años para ver qué drogas estaba tomando

Los móviles de hoy en día vienen equipados con todo: GPS, jueguecitos, radio… pero la gran revolución ha sido la linterna. La linterna del teléfono te resulta muy útil cuando se va la luz, cuando no sabes dónde está el interruptor… y cuando estás en pleno bosque preguntándote qué drogas estás tomando.

Vale, estamos de acuerdo en que el último supuesto no es especialmente habitual, pero eso se lo decís a la estadounidense Sara Barnes (26, Winter Park, Florida). Ahora está detenida porque, a falta de linterna, prendió fuego a un ciprés de 3.500 años para ver qué drogas tenía en la mano. Ya sabes, de esto que necesitas un poco de luz, dices eso de «primo, ¿tienes un mechero por ahí?» y la cosa al final se te va de las manos.

Sara, modelo de profesión, prendió fuego a El Senador, un árbol de más de 50 metros de alto que era (y es, lo que queda de él) el quinto ciprés más alto del mundo, según publica la prensa internacional.

Para colmo de males, la muchacha, que estaba con una amiga, hizo fotos con su móvil (por Dios, haberte bajado la linterna, ¡aunque fuera robando el wifi del vecino!) y le dijo a la policía que no les había avisado porque estaba tomando drogas y, claro, no se lo iban a tomar muy bien.

La joven fue arrestada después de que dos testigos la identificaran. Al parecer, después de los hechos dijo que no se podía creer que hubiera quemado «un árbol más viejo que Jesús». Supongo que Dios es lo primero que te viene cuando montas una zapatiesta de estas dimensiones. Bueno, y también lo único a lo que puedes recurrir… si no eres Homer Simpson, claro.

Por si queréis más datos, puedo deciros que El Senador ardió como una chimenea y que era una de las mayores atracciones de Florida… hasta que el mago Disney llegó a Florida, claro.

PD: Lo dicho, bajaos la linterna del móvil por lo que pueda pasar.