Laura Pausini me tiene ganadito, me dan ganas de cogerla y pellizcarle los mofletes mientras le hago uy uy uy uy uyyyyy. Y Alejandro Sanz, a mí, que fui rockero y hasta heavy y era preceptivo tenerle manía, ahora me cae bien.
Son mis grandes descubrimientos de este año en La Voz. Además, encajan a la perfección con Malú y Orozco, por lo que las audiciones a ciegas de esta tercera edición del ‘talent show’ de Telecinco están siendo más llevaderas que nunca.
De Pausini me gusta su candor y ese punto (no se si fingido o real) inocente que le da no dominar del todo el idioma. De Alejandro me gusta que se muestra sencillo y guasón, un colega con el que te podrías ir de cañas (aunque tendría que pagar él todas las veces, que eso es lo que tiene vivir en Miami).
Los coach, este año, pasan el casting.