Se acaba de estrenar en Antena 3 Mar de plástico, una serie políciaca y de misterio ambientada en los invernaderos de Almería.
Es cierto que tiene todos los elementos que las series españolas incorporan ya como un dogma: amoríos, jóvenes de buen ver, maduritos y maduritas interesantes, etc.
Sin embargo, hay que reconocerle la buena factura y sobre todo el espíritu de hacer algo nuevo y a la vez local, sin complejos.
También se ha estrenado Rabia, en Cuatro. Es una historia preapocalíptica con virus terribles, humanos infectados y mucha acción. Igualmente es de agradecer el riesgo de salirse de la norma.
El riesgo de apostar por series que no son para toda la familia. Series que de venir de fuera contarían como mínimo con el beneficio de la duda. No hay peor prejuicio que el que se tiene sobre lo propio. Ellos hacen el esfuerzo, hagámoslo nosotros.