Un vídeo de un mono paseándose con un cuchillo de grandes dimensiones en Brasil ha llamado la atención de muchos usuarios en Twitter.
El simio, además de blandir el arma, parece que la afila de manera amenazante contra la fachada de una vivienda. O_O ¡¡¡Menudo guarda!!! Lee el resto de la entrada »
A lo largo de mi vida, no muchos años todavía, me he encontrado por el camino algunas chicas de armas tomar, pero como esta joven estadounidense, ninguna. Y no exagero lo más mínimo.
Tras su cara angelical y modelito sexy, Anna Taylor esconde un arsenal que desearían encarecidamente Schwarzenegger o Stallone antes de iniciar una de sus misiones imposibles. Y os preguntaréis, ¿dónde lo lleva metido? ¿De cuántas pistolas y otros elementos estamos hablando? Lee el resto de la entrada »
Estaba cantado que la expolicía mexicana que posó en toples, mientras vestía de uniforme y con su arma reglamentaria dentro de un coche patrulla, se iba a pasar al mundo del espectáculo en menos que canta un gallo. La fama planetaria ha jugado a su favor.
Nidia García, que hasta el pasado viernes era agente de la Secretaría de Seguridad Pública, eso sí suspendida de empleo y sueldo, ha renunciado a su cargo para firmar un contrato (seguro que con alguna cifra más que su sueldo de servidora de la ley) con una empresa llamada Producciones Rodríguez. Lee el resto de la entrada »
Una guapa uniformada posó de manera sensual para la cámara de un móvil. Hasta aquí todo más o menos normal, por ejemplo Instagram está lleno de este tipo de selfies subiditos de tono, si exceptuamos que la muchacha lo hizo en acto de servicio y dentro del coche patrulla. O-O Si buscaba una suspensión con carácter urgente, la logró de carrerilla.
Nidia García, así se llama la agente que luce algo más que su placa, pertenece al cuerpo de Policía de Proximidad (no sé si por mucho tiempo) del municipio de Escobedo (México), y se encuentra a disposición de la Comisión de Honor para declarar por un acto que queda a años luz de la obligatoriedad de «proteger y servir», según publicó un medio local. Lee el resto de la entrada »
Luego dicen que la televisión no promueve la violencia, que todo depende de la educación que recibas, blablabla. No, amigos, la televisión es un arma potencial. Si no me creéis, fijaos lo que le ha pasado al estadounidense Seth Horvitz, que compró a través de Amazon un televisor de alta definición y en su lugar recibió un rifle de asalto (y ni rastro de la tele).
Seth, que vive en Washington, esperaba con ansia su nuevo televisor de pantalla plana para usarlo como monitor de su ordenador. Sin embargo, cuando llegó el pedido, tanto él como su esposa, embarazada (este dato no aporta nada, pero como lo sabemos os lo cuento), se dieron cuenta de que algo fallaba.
Es evidente que por plana que fuese la tele no podía caber en la caja alargada que le habían entregado. Efectivamente, al abrirla, el pobre Seth se encontró con que le habían entregado la televisión 4.0 o, lo que es lo mismo, un rifle de asalto para que te montes tú mismo, en vivo y en directo, una película de acción por el barrio.
Descolgó el teléfono y llamó a la Policía, que se hizo cargo del arma y se puso manos a la obra para investigar qué podía haber fallado. Poco después descubrieron que el arma tenía como destino una tienda (de armas, no de televisores) en Pennsylvania, pero que por alguna extraña razón había terminado en Washington.
No sabemos si en la tienda de armas recibieron una televisión. Ignoramos también si creyeron que habían gastado 1.700 euros en un arma ultramoderna, con camuflaje en forma de televisor, que se transformaba en un rifle de asalto como si de un Power Ranger se tratara.
Cuenta Seth que cuando recibió el paquete creyó que eran los cables de la tele y que preguntó si había otra caja para él dentro del camión. No la había. Y así fue cómo relacionamos la violencia con la tele y con los juegos de ordenador, ya que al fin y al cabo iba a usar la pantalla como monitor.
PD: Ni yo ni este blog seríamos nadie de no ser por el gran @juancmarti, artista y genio de los Monos de Herrera, que fue (una vez más) quien me dio este chivatazo.
