"El deseado bien último se alcanza mejor mediante el libre comercio de ideas".(1919) Juez O. Wendell Holmes del Tribunal Supremo de EE UU

Pintan bastos… propósito de enmienda

Comentaba en la nota de presentación de esta ventana que en la red nada queda impune, los errores cantan y los lectores los subrayan, incluso con benevolencia. Entre mis muchos defectos está lo mal que uso el teclado. Lo hago con dos dedos, que -a veces- van más despacio que la cabeza, atropello teclas y acumulo erratas. Trato de evitarlo revisando lo editando. Pero las err(i)tas suelen ser las últimas que abandonan el barco.

Recomiendo a mis alumnos que relean lo escrito, que lo mejoren, que piensen en los lectores antes de dar por bueno un texto. Esta mañana les devolví los trabajos que les había encargado hace una semana: un texto de doscientas palabras comentando una intervención reciente del gobernador del Banco de España. En conjunto eran malos, muy malos. Los que entreguen la próxima semana estoy seguro que serán mejores.

Seré más cuidadoso por respeto a la gramática y a los lectores. En esta materia el mejor periodista que conozco se llama Arsenio Escolar, las erratas le saltan al ojo. En «Cinco Días» esribió un recetario para periodistas que salió titulado «Manual para evitar erritas». ¿Intencionado?, no confesó, pero no hay forma de echarlas del barco!

P.D.Defiendo que el redactor es dueño y responsable de su trabajo hasta el final. No puede endosar a un corrector el arreglo de sus errores.

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