Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

Una joya contra el fanatismo

¡Qué pena! Apenas se puede leer en la versión impresa. Intentaré copiar y pegar el texto completo de este artículo, emocionante para quienes aman la libertad y detestan el fanatismo de cualquier índole.

Qué suerte que el espacio de Internet sea casi ilimitado… Aunque nuestro tiempo sí tiene límites, recomiendo la lectura de esta joya tan oportuna publicada en El País de hoy. Lo voy a guardar junto al último de Savater

LAS CARICATURAS DE LA DISCORDIA

TRIBUNA: AYAAN HIRSI ALÍ

Soy una disidente del islam

Diputada en el Parlamento holandés, Ayaan Hirsi Alí, de origen somalí, vive bajo protección policial tras haber escrito el guión de la película Sumisión, que le costó la vida a su director, Theo van Gogh, asesinado por un fundamentalista islámico en noviembre de 2004. En este texto, que corresponde al de una conferencia pronunciada el 9 de febrero en Berlín, Ayaan Hirsi Alí alaba la actitud de los daneses, defiende el derecho a ofender y cree que la libertad de expresión no puede negociarse con nadie, pues es la esencia de la democracia.

AYAAN HIRSI ALÍ

EL PAÍS – Internacional – 18-02-2006

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Pie de foto: Ayaan Hirsi Alí, durante una visita a Barcelona en octubre. (MARCEL·LÍ SÁENZ)

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Debería darles vergüenza a esos políticos que afirmaron que publicar y reproducir los dibujos era «innecesario», «insensible» e «irrespetuoso»Estoy aquí para defender el derecho a ofender.

Creo firmemente que este vulnerable empeño llamado democracia no puede existir sin libertad de expresión, en especial en los medios de comunicación. Los periodistas no deben renunciar al deber de hablar libremente, un derecho que en otros hemisferios se le niega a la gente. Mi opinión es que el Jyllands-Posten hizo bien en publicar los dibujos de Mahoma y que otros periódicos europeos hicieron bien en reproducirlos.

Repasemos el caso. El autor de un libro para niños sobre el profeta Mahoma no podía encontrar ilustraciones para su texto. Dijo que los ilustradores se autocensuraban por miedo a reacciones violentas de los musulmanes, para quienes está prohibido representar al Profeta. El diario Jyllands-Posten decidió investigarlo. Pensaron -con razón- que ese tipo de autocensura tiene consecuencias importantes para la democracia. Como periodistas, su deber era solicitar y publicar los dibujos.

Debería darles vergüenza a los periódicos y canales de televisión que no tuvieron el valor de mostrar a sus lectores las famosas caricaturas. Esos intelectuales que viven gracias a la libertad de expresión, pero aceptan la censura, esconden su mediocridad de espíritu detrás de palabras grandilocuentes como «responsabilidad» y «sensibilidad», pero son unos cobardes.

Debería darles vergüenza también a esos políticos que afirmaron que publicar y reproducir los dibujos era «innecesario», «insensible» e «irrespetuoso», que estaba «mal». Creo que el primer ministro de Dinamarca, Anders Fogh Rasmussen, actuó acertadamente cuando se negó a entrevistarse con representantes de los regímenes tiránicos que le pedían que reprimiera a la prensa. Deberíamos ofrecerle nuestro apoyo moral y material; es un ejemplo para todos los demás líderes europeos. Ojalá mi primer ministro tuviera las agallas de Rasmussen.

Debería darles vergüenza a esas empresas europeas que han puesto anuncios en los que proclaman «no somos daneses» o «no vendemos productos daneses». Eso es cobardía. Después de esto, el chocolate Nestlé nunca volverá a saber igual, ¿verdad? Los Estados miembros de la UE deberían compensar a las empresas danesas por el daño que les han supuesto los boicoteos. La libertad no es barata. Merece la pena pagar unos cuantos millones de euros por defender la libertad de expresión. Si nuestros Gobiernos no ayudan a nuestros amigos escandinavos, confío en que los ciudadanos organicen una campaña de donaciones para las empresas danesas.

Nos han inundado de opiniones sobre el mal gusto y la falta de tacto de los dibujos, han subrayado que éstos no han engendrado más que violencia y discordia. Muchos se han preguntado para qué han servido. Pues bien, su publicación ha servido para confirmar que existe un miedo generalizado entre los autores, cineastas, dibujantes y periodistas que desean describir, analizar o criticar los aspectos intolerantes del islam en toda Europa.

También ha desvelado la presencia en Europa de una minoría importante que no comprende o no acepta los mecanismos de la democracia liberal. Unas personas -muchas de ellas, con pasaporte europeo- que han propugnado la censura, los boicots, la violencia y unas leyes nuevas que prohíban la islamofobia.

Además, los dibujos han mostrado a la opinión pública que existen países dispuestos a infringir la inmunidad diplomática por motivos de conveniencia política. Gobiernos perversos como el de Arabia Saudí organizan movimientos populares para boicotear la leche y el yogur de Dinamarca, cuando, en realidad, aplastaría sin piedad cualquier movimiento popular que luchase para obtener el derecho al voto.

Hoy estoy aquí para defender el derecho a ofender dentro de los límites que marca la ley. Es posible que se pregunten: ¿Por qué Berlín? ¿Y por qué yo?

Berlín es un lugar importante en la historia de las luchas ideológicas sobre la libertad. Ésta es la ciudad en la que un muro mantenía a la gente dentro de los confines del Estado comunista. Fue la ciudad en la que se centró el combate de las ideas. Los defensores de la sociedad abierta hablaban a la gente sobre los defectos del comunismo. Pero la obra de Marx era objeto de discusión en las universidades, las páginas de opinión de los periódicos y las escuelas. Los disidentes huidos del Este podían escribir, hacer películas, dibujar y utilizar su creatividad para convencer a los ciudadanos de Occidente de que el comunismo no era, ni mucho menos, el paraíso en la Tierra. A pesar de la censura brutal en el Este y la autocensura de muchos occidentales que idealizaban y defendían el comunismo, la batalla acabó por ganarse.

Hoy, el reto al que se enfrenta la sociedad libre es el islamismo, una doctrina atribuida a un hombre que se llamaba Mahoma Abdulá, que vivió en el siglo VII y a quien se considera un profeta. Muchos de sus seguidores son personas pacíficas; no todos los musulmanes son unos fanáticos, y quiero dejar muy claro que tienen perfecto derecho a ser fieles a sus creencias. Sin embargo, dentro del islam, existe un movimiento intransigente que rechaza las libertades democráticas y pretende destruirlas. Estos islamistas tratan de convencer a otros musulmanes de que su forma de vida es la mejor. Pero, cuando quienes se oponen al islamismo intentan denunciar las falacias ocultas en las enseñanzas de Mahoma, entonces se les acusa de ser blasfemos, socialmente irresponsables e incluso islamófobos o racistas.

No se trata de raza, color ni tradiciones. Se trata de un conflicto de ideas que trasciende las razas y las fronteras.

¿Por qué yo? Yo soy una disidente, como aquellos habitantes de la parte oriental de esta ciudad que huían a Occidente. Yo también he huido a Occidente. Nací en Somalia y crecí en Arabia Saudí y Kenia. Seguí con fidelidad las normas dictadas por el profeta Mahoma. Como los miles de personas que se han manifestado contra los dibujos daneses, pensaba que Mahoma era perfecto, la única fuente del bien, el único criterio para distinguir entre el bien y el mal. En 1989, cuando Jomeini ordenó que mataran a Salman Rushdie, pensé que tenía razón. Ahora no.

Creo que el profeta se equivocó al situarse a sí mismo y sus ideas por encima de las críticas.

Creo que el profeta Mahoma se equivocó al dictar que las mujeres estuvieran subordinadas a los hombres.

Creo que el profeta Mahoma se equivocó al decretar que se asesinara a los homosexuales.

Creo que el profeta Mahoma se equivocó al decir que había que matar a los apóstatas.

Se equivocó al decir que a las adúlteras había que azotarlas y lapidarlas y a los ladrones había que cortarles las manos.

Se equivocó al decir que quienes mueren en nombre de Alá serán recompensados con el paraíso.

Se equivocó al afirmar que sólo se podía construir una sociedad justa basándose en sus ideas.

El profeta Mahoma hizo y dijo cosas buenas. Animó a ser caritativos con los demás. Pero pienso que también fue irrespetuoso e insensible hacia quienes no estaban de acuerdo con él. En mi opinión, está bien hacer dibujos y películas que critiquen a Mahoma, y es necesario escribir libros sobre él, para educar a los ciudadanos.

No deseo ofender ningún sentimiento religioso, pero no estoy dispuesta a someterme a la tiranía. Exigir que unas personas que no aceptan las enseñanzas de Mahoma se abstengan de hacer dibujos de él no es reclamar respeto, sino sumisión.

No soy la única disidente que existe en el islam. Hay más como yo en Occidente. Si no tienen guardaespaldas, viven con identidades falsas para protegerse. Y también hay otros que se niegan a conformarse: en Teherán, en Doha y en Riad, en Ammán y El Cairo, en Jartum y Mogadiscio, en Lahore y Kabul.

Los disidentes del islamismo, como los del comunismo, no tenemos bombas nucleares ni armas de ningún otro tipo. No contamos con dinero del petróleo como los saudíes. No quemamos embajadas ni banderas. Nos negamos a dejarnos arrastrar por un frenesí de violencia colectiva. Somos demasiado pocos y estamos demasiado dispersos para ser un colectivo. En Occidente, nuestra presencia electoral es prácticamente nula.

Lo único que tenemos son nuestras ideas; y lo único que pedimos es la oportunidad de expresarlas.

Nuestros oponentes emplean la fuerza para callarnos. Utilizan la manipulación; aseguran que se sienten mortalmente ofendidos. Explican que tenemos un desequilibrio mental y que no se nos puede tomar en serio. Los defensores del comunismo también empleaban esos métodos.

Nuestra lucha puede parecer difícil y confusa, pero soy optimista. Berlín es una ciudad que anima al optimismo. El comunismo fracasó. El muro se derribó. Un día, el muro virtual que separa a los amantes de la libertad de quienes sucumben a la seducción y la seguridad de las ideas totalitarias también caerá.

(Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia)

12 comentarios

  1. Dice ser Papageno

    Sr. Martínez Soler,Suelo leer su blog diariamente y, hasta ahora, no me había sentido impulsado a opinar más que en un par de raras ocasiones. Por lo general, me resulta molesto dar testimonio de mi concordancia con las ideas de otro, pues prefiero admirar en silencio. Pero en este caso, Sr. Martínez Soler, me voy a permitir alejarme un poco de su postura, de la postura del artículo que nos ofrece, y espero servir como pábulo para el debate.Los emotivos argumentos de Ayaan Hirsi Alí me resultan poco convincentes. No encuentro razones para exigir vergüenza a los políticos que pidieron responsabilidad y sensibilidad, pues son ellos quienes representan, a mi modo de ver, al occidente tolerante (palabra que a fuerza de burlas se está convirtiendo casi en insulto) y civilizado. Vergonzoso, más bien, me parece la defensa de ese inexistente y desafiante «derecho a ofender» a los demás.La libertad de expresión pertenece al conjunto de conquistas y privilegios occidentales que tenemos que defender con uñas y dientes y alma. Pero defender la libertad de expresión no significa emplearla como arma o como pretexto para insultar a los demás. Los periodistas no deben renunciar al deber de hablar libremente, pero tampoco pueden ignorar el poder de las palabras. La pluma es más fuerte que la espada, como todos sabemos, y, por tal motivo, es preciso utilizarla con tiento si queremos que no nos la quiten de las manos, pues el abuso de las prerrogativas es, con mucha frecuencia, la excusa perfecta para removerlas.Soy de los que opinan que los experimentos es mejor hacerlos con gaseosa. Los editores del Jyllands-Posten sabían muy bien que con las caricaturas de Mahoma abrían la caja de Pandora: en juego estaba la difícil convivencia de una minoría que carga con la lacra de ser identificada con el terrorismo y que sufre el desprecio explícito de un gobierno declaradamente xenófobo. Gracias a la bola de nieve que echó a rodar el no divertido chiste de esos periodistas irresponsables, el pequeño porcentaje de musulmanes que vive en Dinamarca, por muy pacífica que sea su minoría, se ve ahora asociado con la quema de embajadas y con las salvajes manifestaciones de protesta; en otras palabras, a los musulmanes daneses, el Jyllands-Posten les puso un turbante y una bomba en la cabeza, tal como pretendía. Ahora bien, el debate se ha dirigido hacia la libertad de expresión y la que se nos presenta como pregunta pertinente es, más o menos, la siguiente: ¿traería la autocensura con respecto a ciertos puntos dolorosos para los musulmanes consecuencias contra la democracia? Creo que tal pregunta es tendenciosa y no viene a cuento. Con argumentos semejantes, alguien podría alegar la necesidad de abrir un debate sobre la libertad de expresión para defender la conveniencia de proferir gritos racistas en los estadios cada vez que un negro se acerque a las gradas. Al fin y al cabo, diría tal persona, no podemos permitir que se ponga límite a nuestros derechos. Y lo malo de tal debate es que, conducido de esa manera, nos llevará, paso a paso, de vuelta al nazismo o directamente al Klu Klux Clan. Al fin y al cabo, todos lo hemos visto: en esta crisis los más encarnados defensores de la libertad de expresión, quienes desean aliarse con nosotros para emprender la cruzada que rescate las inefables libertades occidentales son nada menos que el ministro Corleone y esa caterva de odiadores del moro que, entre semana, se preocupa muy poco por las libertades privadas. Serán neurastenias mías, pero me saltan las alarmas en cuanto los menos demócratas de la sociedad comienzan a proclamar de modo un tanto fariseo la excelencia de ciertos principios democráticos, especialmente si sólo apelan a esos principios cuando pueden usarlos para ofender al otro. Como decía al comienzo del párrafo, la convivencia y la concordia son bienes importantes; muy importantes para ser tratados como gaseosa.No se me oculta que hablar al corazón y apelar a la valentía de los medios es muy cómodo y da buenos resultados. Sin embargo, no veo por qué deberían apuntarse todos los medios del mundo a esa cruzada mediocre y xenófoba, sólo por que fue iniciada por un periódico cualquiera. Me parece una locura y, de la misma manera, consideraría disparatada cualquier petición de caminar sobre el agua sólo por que un grupo, empeñado en experimentar los límites de la libertad de desplazamiento, se haya lanzado a hacerlo. En todo caso, puestos a demostrar poderío, prefiero con mucho una caricatura respetuosa, como la que publicó en su momento El País, que una un exabrupto publicitario, agresivo y crematístico al estilo del especial de Charlie Hebdo.Por otra parte, soy de la opinión de que el primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, infligió una humillación innecesaria, en un momento delicado, a los representantes de países musulmanes que le pidieron una entrevista. Si las exigencias o reivindicaciones le parecían excesivas o inaceptables, una reunión era el canal adecuado para expresarlo. Al fin y al cabo, considero que los embajadores musulmanes son seres racionales y que, como tales, han de entender cualquier explicación argumentada, siempre que sea aceptable. Desde luego, es más fácil hablar con embajadores que con multitudes enfervorizadas. A mi modo de ver, Rasmussen no exhibió sus agallas ante los embajadores musulmanes sino sus posaderas.Probablemente todos recuerden que ya se habían producido en Guantánamo, por parte de occidente, ciertos episodios blasfemos contra el Corán (libro aún más sagrado que el profeta, por lo que tengo entendido). En ese caso, las protestas musulmanas fueron mucho menos airadas que las actuales y supongo que tal mesura, por llamarla de alguna manera, se debió, entre otras cosas, al hecho de que el gobierno estadounidense no sacó las cosas de quicio, como ahora está haciendo Europa. Desde luego, no me imagino cómo habrían respondido los musulmanes si por parte de EEUU se les hubiera recordado destempladamente una cosa que no estaba en entredicho: a saber, que los occidentales podemos hacer lo que nos plazca con los libros que compramos. Lo que quiero decir es que, a pesar de que no dudo de que exista un cierto fondo de sentimiento religioso indignado, considero que lo que realmente enfada a los musulmanes, por lo menos a los musulmanes europeos, que es contra quienes iba dirigido el dardo del Jyllands-Posten, es el intento de exacerbar, mediante una simplificación agresiva, las dificultades para conseguir una convivencia que ya antes de las caricaturas resultaba difícil. Y desde luego, para aliviar tensiones no ha servido, en absoluto, la prontitud didáctica con que Europa ha traído echado mano de la libertad de expresión.Ahora me tengo que ir durante un rato. Para que no se me malinterprete, quiero dejar claro que soy un enamorado convencido de la libertad de expresión… Pero prefiero que se ejercite, como espuela, contra las carnes de las mayorías y no como zapato para aplastar las cabezas de las minorías.Un saludo.

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser imagina

    Mi solidaridad a Ayaan Hirsi Alí, y mi total acuerdo con lo que dice:“Creo firmemente que este vulnerable empeño llamado democracia no puede existir sin libertad de expresión, en especial en los medios de comunicación. Los periodistas no deben renunciar al deber de hablar libremente, un derecho que en otros hemisferios se le niega a la gente. Mi opinión es que el Jyllands-Posten hizo bien en publicar los dibujos de Mahoma y que otros periódicos europeos hicieron bien en reproducirlos.”Hoy en 20 Minutos http://www.20minutos.es/noticia/92061/0/recompensa/muerte/caricat…“Un clérigo musulmán ofrece 21.000 euros por la muerte del dibujante de las viñetas de Mahoma”El asesinato de Theo van Gogh, la persecución de Salman Rushdie, la muerte de inocentes en las manifestaciones y ahora “la pena de muerte” para los dibujantes de viñetas satíricas, nos retrotraen a situaciones que quedaron olvidadas en la penumbra de la historia, la Inquisición, o en el triste recuerdo de épocas pasadas, los sicarios de Franco en su sacra persecución a los “viñetistas” de la Codorniz o incluso de el Jueves, cuyas oficinas, los fundamentalistas cristianos y de orden arrasaron.Saludos

    18 febrero 2006 | 20:30

  3. Dice ser pericles

    No puedo encontrar un sólo párrafo del artículo firmado por esta valerosa mujer, Ayaan Hirsi Alí, con el que no esté de acuerdo. Expresa a la perfección lo que muchos sentimos contra la intolerancia y a favor de la libertad de expresión.Esperemos que los intolerantes iluminados no la persigan ahora por ello. Todos los ciudadanos del mundo, que creemos en la libertad, la igualdad y la justicia debemos apoyar a personas tan valientes como esta.Que el petroleo y los beneficios empresariales no cieguen nuestro entendimiento. Arabia Saudí, Irán, Pakistan, Afghanistan, Somalia, Sudán y otros lugares son la misma cara de la modeda de la intolerancia. Sus élites en el poder utilizan la religión como excusa para el mantenimiento un orden social injusto y represor que les sirve para manipular a sus pueblos. Respeto por las creencias íntimas de los buenos creyentes de todas las religiones, sí. Costumbres arcaícas que no respetan los derechos humanos ni la libertad de las personas y que se excudan en sentimientos religiosos, no.

    18 febrero 2006 | 23:18

  4. Dice ser bonhamled

    Como bien díce Ayaan Hirsi Alí, el daño a la sociedad europea ya está hecho.El estado de libertades que vivimos no es, ni mucho menos, algo baladí o dado por supuesto sino ha sido el camino de muchas personas durante mucho tiempo.Este patrimonio común sobre el que se ha asentado la ddemocracia, con las diferencias propias en cada lugar, ha creado un mundo próspero.Que la censura por imposición y miedo llegue a nuestras propias casas, que los integristas lleguen a obligarnos a pensar como ellos quieren es el primer y único daño porque las algaradas pasarán, los imanes o emires trabucaires se bajarán de esta ola de popularidad, pero los periodistas, dibujantes, artistas, escritores seguirán con el miedo en el cuerpo.El periodismo libre es imprescindible en un mundo donde economía, poder, política, intereses se mezclan y el periodismo solo podrá ser libre si esxiste una libertad de expresión cuyas fronteras las marque la legalidad.http://almadormida.blogspot.com/2006/02/las-vietas.html

    19 febrero 2006 | 08:04

  5. Dice ser rius

    ay martínez soler, qué poco me trabajas últimamente, ya no sé cuándo leerte.

    19 febrero 2006 | 09:33

  6. Dice ser seis

    El día que al «Jyllands-Posten» les de por publicar las viñetas sobre Jesuscristo que tiró a la papelera por no disgustar a sus lectores, ese día JAMS vuelves a sacar a la diputada. Hasta entonces sigo diciendo lo mismo: mucha hipocresía es lo que hay al respecto de las viñetas y al respecto de la «libertad de expresión». Que aquí mucho meterse con los moros por lo de la caricaturización de Mahoma, pero de la espantada primera no dice nadie ni mu.

    19 febrero 2006 | 13:58

  7. Dice ser valle

    «Creo que el profeta se equivocó al situarse a sí mismo y sus ideas por encima de las críticas.Creo que el profeta Mahoma se equivocó al dictar que las mujeres estuvieran subordinadas a los hombres.Creo que el profeta Mahoma se equivocó al decretar que se asesinara a los homosexuales.Creo que el profeta Mahoma se equivocó al decir que había que matar a los apóstatas.Se equivocó al decir que a las adúlteras había que azotarlas y lapidarlas y a los ladrones había que cortarles las manos.Se equivocó al decir que quienes mueren en nombre de Alá serán recompensados con el paraíso.Se equivocó al afirmar que sólo se podía construir una sociedad justa basándose en sus ideas»A juzgar por este texto, parece que todos los dioses se equivocan en lo mismo..

    19 febrero 2006 | 15:56

  8. Dice ser oblongo

    Dibujar a Mahoma con una bomba en el turbante.Dibujar a Mahoma con una daga ensangrentada.Orinar sobre el Coran.Alimentar a musulmanes con cerdo sin advertírselo.Al fin y al cabo dibujar lo que sea, mear en donde le venga en gana y dar de comer a quien tiene hambre, son actividades no penadas e incluso protegidas en los derechos humanos. ¿Qué tienen de malo? ¿Pues no se me ocurre?Una máxima que siempre me aplico es que si no me cuesta nada prefiero ser amable y respetuoso con la gente.Me gustaría ver al periódico danés publicando una caricatura de la Virgen María realizándole una felación a Jesucristo. O al Papa Razitguer(?) con una metralleta disparando contra judios aterrorizados. O quizás a un arzobispo estadounidense abusando se niños de 7 años. ¿Me gustaría saber cuantos defensores de la libertad de expresión hay entre nuestros mandatarios en estos casos? ¿O acaso sólo se pueden caricaturizar a personajes muertos o profetas extranjeros?¿Y una caricatura(me encanta la palabra) sobre un blanco quemando a un negro, o quizás mejor a un musulmán?¿Es la misma libertad de expresión que se defiende cuando no se publican las fotos de los soldados americanos muertos o mutilados? Porque aunque no salen sus muertos, los que ellos provocan si. Y los de sus aliados también, como las imágenes de los 7 agentes del CNI tiroteados y quemados que estaban siendo pateados por los iraquies.¿Es la misma libertad de expresión que se defiende cuando dos técnicos de ambulancia acabaron en la Audiencia Nacional por publicar las fotos del 11-M? No vi ningún periódico, ni radio, ni televisión defender su libertad para publicar lo que yo considero un documento gráfico de muy mal gusto.¿O acaso los periodistas sólo defienden a los periodistas?Que dejen ya de mirarse el ombligo y cacarear la libertad de expresión y que realmente usen esa libertad de expresión para que la gente esté objetivamente informada de los asuntos que le interesan.

    19 febrero 2006 | 23:48

  9. Dice ser Valle

    Hay miles de imágenes en las que se ofende con saña a los cristianos y católicos (sobre todo a los católicos) a diario; por citar sólo alguna de las que recurdo ahora mismo:Una representación teatral en la que se consagra un preservativo.Portada de un disco con una imagen de Cristo crucificado con cartuchera y revólveres…Imagen de la Virgen María en la que aparece con el pecho atravesado por un semáforo y con un pene en la mano…Show en el que se explica como asar a un CrucificadoPolíticos haciendo bromas y posando con una corona de espinas…Y gracias a Dios no han sucedido las cosas que están sucediendo con las caricaturas de Mahoma. Por eso, quizá, muchos crean que no se producen las ofensas.Todos tenemos derecho a que se respeten, de palabra y hecho, nuestras creencias. Pero no todos los que creemos en algo somos iguales.

    14 marzo 2006 | 14:01

  10. Dice ser Rafa

    – Gracias a Maria Luisa por haber traducido el texto.- Creo que todos deberíamos apoyar a Ayaan Hirsi Ali, porque de lo contrario el fantismo del Islam, como religión impuesta vencerá a la democracia con sus propias leyes.Rafa.

    14 marzo 2006 | 18:35

  11. Dice ser isi

    Me siento cercana por doble partida al sentir de esta mujer , en primer lugar como individuo en defensa de las libertades indivuduales y en segundo lugar en su lucha por la emancipacion de la mujer en el mundo islamico.

    08 julio 2006 | 16:05

  12. Dice ser Mayte

    Hola simplemente me gustaria habalr sobre este tema sobre el que muchos están de acuero, debería de predominar la libertad de expresion y de este modo si se podria por ej dibujar estas caricaturas pero me gustaria exponer la siguiente cuestion: si es así si se permite hacer esto con las religiones , ¿también estaría permitido hablar y apoyar el terrorismo en Enpaña, el nacismo en Alemania…etc? Por favor me gustaría generar opiniones acerca de este tema, muchas gracias

    09 octubre 2006 | 20:18

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