Desde el 20 de julio, la bandera estadounidense vuelve a ondear en la Embajada de Estados Unidos en Cuba como símbolo del restablecimiento de las relaciones. Fue retirada en 1961 / EFE
Algunos cubanos han entrado en una especie de pánico con el restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Hasta ahora, recibían un trato favorable cuando emigraban a este país norte-americano, pero tienen miedo que cuando las relaciones estén cien por cien normalizadas esto se acabe. Esto ha comportado que en México haya una avalancha de inmigrantes cubanos van a Estados Unidos. Este fue uno de los puntos claves de la reunión que mantuvieron el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y su homólogo cubano, Raúl Castro, el pasado 6 de noviembre en Mérida, (México).
En Estados Unidos aplica desde 1994 lo que se conoce como la ley pies mojados-pies secos que consiste en que cuando un cubano llega a suelo estadounidense sin haber sido interceptado por la guardia costera, automáticamente tiene la residencia en este país. Además, no solo tienen derecho a una residencia temporal, sino también a trabajar, cupones de comida y a una cobertura médica limitada. Unas medidas que querían demostrar al pueblo cubano los beneficios de vivir en un país capitalista.
Tras 53 años de relaciones congeladas, el pasado 18 de diciembre de 2014, Washington y la Habana anunciaron que restablecían relaciones. Esto ha comportado una nueva oleada de cubanos que huyen de la Isla para conseguir el sueño estadounidense y lo hacen por diferentes vías, una de ellas México.
En este sentido, recientemente, el Instituto Nacional de Migración (INM) de ese país detalló que 9.149 cubanos han intentado llegar a Estados Unidos cruzando la frontera mexicana. Esto quintuplica a los 1.871 que llegaron en todo el 2014, cuando aún no se había anunciado el restablecimiento de las relaciones. En tan solo un día, el 2 de noviembre pasaron por Chiapas 300 cubanos.
Según el INM, los inmigrantes cubanos van en avión hasta Ecuador, luego se dirigen a Colombia y atraviesan Centroamérica, ya sea de Guatemala a Chiapas (México) o de Belice a Quintana Roo (México). En este país, pueden permanecer legalmente treinta días como turistas, que aprovechan para llegar hasta la frontera y cruzar a Estados Unidos.
Y, precisamente, este fue el tema más relevante del encuentro del pasado viernes entre los líderes mexicano y cubano. Una reunión ya de por si histórica, ya que fue la primera vez que un dirigente cubano iba México desde 1960 y, por ende, la primera visita de Raúl como presidente. En este encuentro, ambos mandatarios firmaron un acuerdo en materia migratoria con la finalidad de regular el tránsito de cubanos que pasan por México y evitar que sean víctimas de las redes de trata. En palabras de Peña Nieto, este acuerdo permite garantizar un “flujo legal, seguro y ordenado” entre ambos países, según destacó la cadena británica BBC Mundo.
De momento, por eso, no ha trascendido nada más de este acuerdo que prevé actualizar el memorando que suscribieron ambos países en 2008 y en el que se comprometen «fortalecer los mecanismos que permitan prevenir y combatir la migración ilegal, el tráfico ilícito de personas y la trata, así como todos los delitos asociados a estos ilícitos (…)», según destaca la misma cadena.
México fue el único país latinoanericano que no rompió relaciones con la Isla cuando triunfó la revolución el 1 de enero de 1959. No obstante, en las dos últimas legislaturas de los gobiernos del Partido de Acción Nacional de Vicente Fox (2000-2006) y de Felipe Calderón (2006-2012) las relaciones entre ambos países se enfriaron. Ahora, con esta encajada de manos histórica en Mérida, Peña Nieto y Castro han querido demostrar la buena sintonía que existe actualmente entre México y Cuba.
Es inexacto que ningún líder cubano había visitado México desde 1960. México nunca rompió relaciones diplomáticas con Cuba y Raúl Catro visitó México por ejemplo para la Primera Cumbre Latinoamericana y para la toma de posesión del Presidente Carlos Salinas.
11 noviembre 2015 | 16:26