Estoy dramatizando Estoy dramatizando

"... no me despiertes, si duermo, y si es verdad, no me duermas". (Pedro Calderón de la Barca, 'La vida es sueño')

Mi primera vez

Hubo una época de mi vida en que parecía que todo lo importante había pasado cuando yo tenía «seis o siete años»… Y tendría seis o siete años cuando fui por primera vez al teatro.

Fue en Madrid, diría que en 1988 o 1989 y en una sala mediana, de al menos 200 o 300 localidades. La fachada, tal y como la dibuja mi memoria, no se corresponde con la de ningún teatro actual, pero si ha de parecerse a alguna, sería a la del Príncipe o a la del Marquina, aunque creo que las butacas estaban dispuestas como en este último.

Juanjo Menéndez

El actor Juanjo Menéndez en 1990. (GTRES)

Se representaba una comedia con varios personajes; juraría que de enredo, un vodevil del estilo de Sé infiel y no mires con quién. Sé que me gustó, que me reí mucho y que, a pesar de que no se trataba de una obra infantil, me comporté con corrección. (Otro día les hablo de la importancia de guardar las formas durante un espectáculo, que me obsesiona, y de educar a los más pequeños en ese aspecto.)

Recuerdo que la protagonizaba Juanjo Menéndez. Lo recuerdo porque mis padres me hablaron de él y, sobre todo, porque al terminar la función me lanzó desde el escenario un paquetito de caramelos.

De eso no he olvidado ni un detalle. Los pilló al vuelo un hombre que se sentaba en la fila de delante, pero se giró y me los dio cuando la mujer que estaba a su lado le dijo: «¡Son para la niña de detrás!».

Eran de naranja y de limón e iban envueltos individualmente. Me hizo mucha ilusión, y seguro que pensé que si se los enseñaba a mis compañeros en el recreo y les contaba que me los había tirado aquel destacado actor cómico, me convertiría en la reina del cole por un rato. Por eso a mi hermana le costó dios y ayuda convencerme para que abriésemos la bolsita y nos comiésemos los caramelos, pero acabó lográndolo. Con alguna treta de hermana mayor, fijo.

Así, con su pequeño detalle, Juanjo Menéndez consiguió que 25 o 26 años después yo recuerde todavía cómo fue mi primera vez en el teatro.

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