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“Observa la verdad y no la traspases. No calumnies a ninguna gente grande o pequeña”, Ptahhotep

La foto de la desigualdad social

El sindicato CCOO acaba de presentar un informe sobre la evolución de las Desigualdades Sociales en Catalunya. De este documento se extraen varias conclusiones, como que es uno de los territorios donde más han aumentado las diferencias de clase, con una concentración de la renta en la población más rica. De hecho, en los años previos a la crisis, los niveles de brecha social entre los catalanes eran inferiores a la media europea, mientras que ahora se encuentran por encima.

Los resultados del informe de CCOO también muestran como las consecuencias de la crisis no se han repartido de forma equitativa y, por lo tanto, cómo se han incrementado las diferencias entre ricos y pobres. Un aspecto que se señala como «preocupante» y «crónico», es el incremento de parados de larga duración que hace más de 2 años que buscan un trabajo.

Niños buscando entre la basura

Niños buscando entre la basura en Barcelona junto a un Audi. FOTO: T. M.

Entre los datos que se aportan para justificar estas conclusiones podemos ver que la renta del 20% de las familias con ingresos elevados es 6 veces superior a la renta del 20% con menos ingresos. De igual modo, se visualiza como la pobreza ha crecido de manera más intensa en los últimos años. En 2012, el 25% de la población vivía en riesgo de pobreza y de exclusión social.

En este contexto, hoy en día, Barcelona es una de las ciudades que quizás refleja más en España esta desigualdad social. Al lado de sus hoteles y restaurantes de lujo, podemos ver a un sector de la población empobrecida que busca y rebusca en los contenedores de basura. Incluso se ha hablado mucho en los últimos meses del incremento de la pobreza infantil, que ha acarreado problemas como la malnutrición.

La fotografía que acompaña este post es real, tomada en el barrio del Raval, muy cerca de la famosa Rambla de Barcelona, gran epicentro universal de la ciudad. Se puede ver a unos niños buscando entre la basura, justo al lado de un Audi, uno de esos coches que podemos considerar de gama alta. Esta es la imagen de la desigualdad social.

Padre, tutor… tutorial

Internet se ha convertido en un sustitutivo de muchas cosas, más de las que uno se pueda llegar a imaginar. Mediante un solo clic, en el mundo virtual se encuentran respuestas rápidamente que en el mundo real costaría más de encontrar. Tras mantener una conversación con una madre, he visto claro que incluso la figura de los «padres» puede llegar a quedar diluida ante el influjo y el poder de la Red.

He recurrido al diccionario de la RAE y me ha llamado la atención que la definición de «padre» hace referencia básicamente al «varón o macho que ha engendrado». Es decir, no se ofrece una descripción de qué es o debería ser y de qué funciones se le presuponen ni nada por el estilo. Todo eso teniendo en cuenta, además, que hoy en día hay padres que son «padres» sin haber tenido hijos, biológicamente hablando. Por ejemplo, si ha adoptado a un niño. Por lo tanto, lo del «macho que engendra» es relativo.

El cuadro 'La leccion de punto'

‘La lección de punto’, de Jean-François Millet. WIKIMEDIA COMMONS

Quizás las definiciones que ofrece la RAE de la palabra «tutor» se acercan más a lo que puede representar hoy en día la figura de un padre: «persona que ejerce la tutela», que «orienta», que «defiende y protege»…  La conversación con esa madre me ha llevado a incidir en la figura del padre (o mejor dicho, de los padres: el padre y la madre) como referentes de enseñanza y aprendizaje de sus hijos. Hay una serie de conocimientos que pasan de generación en generación, pero que muchas veces se pierden, simplemente, porque cambian las modas o los hábitos.

Esta madre me explicaba que su hija quería tejerse una bufanda y le pidió que le enseñara a hacerlo. Ella pensó que su madre (la abuela) y la madre de su madre (bisabuela) sí que sabían tejer, pero ella, ya no. Por lo tanto, no le podía enseñar a su hija a tejer. ¿Qué pasó? Pues que la niña se buscó la vida allí donde hoy parece haber respuesta para todo: se puso a visionar vídeos en internet donde explicaban cómo tejer una bufanda. La madre, al poco tiempo, se la encontró sentada en el sofá, tejiéndose ella misma la bufanda, que ya estaba muy avanzada. Lo mismo le pasó con su hijo: le regalaron una guitarra y, al poco tiempo, ya sabía defenderse bien gracias a que había aprendido nociones de este instrumento en internet.

Es así como, en este siglo XXI que avanza a toda velocidad, la figura del Padre ya no es solo la del Tutor, sino que muchas veces pasa a ser (o sustituida) por la del Tutorial de internet. Quizás la RAE debería tomar buena nota de esto.

 

El Muro de la Palabra

La festividad de Sant Jordi, el Día del Libro y de la Rosa, ha tenido este año como una de sus novedades El Muro de la Palabra que 20minutos instaló en la parte alta de la Rambla de Barcelona. En un día espléndido de sol, miles y miles de barceloneses y turistas salieron a la calle y muchos de ellos se acercaron para dejar sus mensajes en el plafón o para curiosear. Miquel Fuster, dibujante de nuestro periódico, realizó un retrato de homenaje a Gabriel García Márquez, que fue de lo más fotografiado.

Mensajes en El Muro de la Palabra

Mensajes en El Muro de la Palabra de 20minutos en la Diada de Sant Jordi.

El Muro de la Palabra estuvo abierto a todo el mundo entre las 10 de la mañana y las tres de la tarde y acabó completamente lleno de dedicatorias de todo tipo, pero, sobre todo, de mensajes de solidaridad y a favor de la convivencia. Llamó la atención cómo, pese a la que está cayendo, la ciudadanía dejaba plasmados lemas que apelaban a la esperanza y a la lucha. Nadie parecía derrotado por la crisis, ni por los malos políticos, que recibieron críticas contra los recortes.

Como ejemplo, puedo explicar que, una hora antes de abrirse el Muro, una mujer se acercó y preguntó si podía escribir ya sobre él. Se llamaba Mercè. Me explicó que no podía esperar hasta las 10 y que quería dejar su mensaje porque, luego, no podría. Ante su insistencia, abrimos El Muro de la Palabra para que solo ella lo pudiera pre-inaugurar. Fue directa hacia él, con el rotulador que le facilitamos en la mano, y con pulso firme dejó escrita su frase.

Estaba claro que le salió de dentro, de muy dentro, y que tenía una gran ansiedad por sacarla y dejarla reflejada en El Muro de la Palabra. Mercè escribió sin dudarlo, el siguiente mensaje: «No tires la toalla, ¡vive!». A partir de ese momento, las llamadas a aprovechar el momento se sucedieron a lo largo de la mañana. Quizás, el año que viene, deberíamos cambiar de nombre e instalar El Muro de la Esperanza en vez de la Palabra, porque, como escribió enigmáticamente Enriq, otro ciudadano: «¿Las palabras se las lleva el viento?».

¿Quién conoce a los políticos?

Quejarse de los políticos es seguramente el segundo deporte nacional. Si no fuera por el fútbol es posible que ostentara la primera posición, ya que hay tantos jugadores-seguidores como ciudadanos. Hay muchas formas en que se manifiesta esta protesta antipolíticos, desde no votar cuando hay elecciones a participar en manifestaciones o escraches.

Lo curioso del caso es que, pese a que los políticos copan buena parte de las fotografías y de los vídeos de los medios de comunicación, no son demasiado conocidos. Es decir, el ciudadano se queja de su actuación, pero, en cambio, si lo tuviera al lado no sabría ni reconocerlo para recriminárselo en persona.

Esto es real. Lo dicen las encuestas. Por ejemplo, en el último Barómetro municipal de Barcelona de principios de este año se puso de manifiesto que los barceloneses no conocían al 100% a los líderes de los diferentes grupos políticos con representación en el Ayuntamiento.

Manifestación de bomberos

Bomberos manifestándose contra los políticos en Barcelona el pasado enero. ACN

El alcalde, por ejemplo, es el más conocido, pero hay un 11,2% de barceloneses que si lo vieran paseando por la calle no sabrían reconocerle. Es decir, es la persona que decide sobre el día a día de su ciudad y, si se sientan con él en el autobús, no sabrían que es su alcalde.

Aún peor es el grado de conocimiento del resto de políticos municipales. Un 68,9% de los barceloneses no identificaría al líder socialista de su ciudad si lo tuviera al lado, mientras que un 27,9% no sabría reconocer al jefe de filas del Partido Polupar. En el caso de ERC sería un 27,4% y, por lo que respecta a ICV-EUiA, un 64% no podría distinguir al jefe de filas ecosocialista.

Esta situación es especialmente significativa si tenemos en cuenta que la mayoría de los líderes municipales de Barcelona tienen una dilatada carrera política. Es decir, han salido en muchas fotos de diario y en muchos informativos de televisión durante años, pero, aún así, sus conciudadanos no los conocen lo suficiente. ¿De quién es la culpa?…

Explicaré una anécdota. En la última Diada de Sant Jordi se produjo una manifestación en el centro de Barcelona, en la que participó un sindicato y varias asociaciones. Por delante de estos manifestantes, que lanzaban consignas contra los «vividores» de la política, pasaron varios políticos municipales y no les reconocieron. Es decir, criticaban a la clase política con el megáfono, pero no eran capaces de decírselo cara a cara si pasaban por su lado.

¿Repago o (re)robo?

Si esta crisis económica ha dejado claras tres cosas es que de ella saldremos con más pobres, con ricos más ricos y con el llamado repago de los servicios públicos instaurado, seguramente, para siempre. El nuevo sistema es perverso y, bajo la falsa excusa de garantizar el estado de bienestar, está castigando a la ciudadanía de forma sutil, pero continuada, mediante la imposición de tasas y re-tasas. Este goteo de copagos afecta a la justicia, a la sanidad o a la seguridad ciudadana.

Robo al estilo Ronaldinho

ORIOL CAMPUZANO/ ACN/ ARCHIVO

En el caso de Cataluña ha llegado a unos extremos que incluso parece que la delincuencia juega a favor de los intereses del gobierno de turno. Estaremos de acuerdo que los ciudadanos ya contribuimos con nuestros impuestos a pagar el funcionamiento de los juzgados, los hospitales o los cuerpos de seguridad. Fijémonos precisamente en este último ámbito.

Hoy en día, que te roben la cartera en Barcelona no es nada extraño, sobre todo, con tanto turista, puesto que el oficio de carterista es el único que no ha notado la crisis. En julio de 2011, los Mossos tenían censados a 400 carteristas habituales. En septiembre de 2012, había 150 de ellos actuando en el Metro de la capital catalana, donde había 200 hurtos a la semana. Hace pocos días nos explicaban que 101 multirreincidentes acumulaban 6.057 detenciones y 3.085 denuncias penales.

Pues bien, aunque entre todos pagamos a nuestra policía, está claro que la policía no puede garantizar nuestra seguridad al 100%. Por lo tanto, tributamos por un servicio que no es efectivo ni mucho menos, puesto que nos roban. Pero, es precisamente cuando nos roban cuando entra en juego el famoso repago.

Si te quitan la cartera, seguramente, llevarás dentro al menos el DNI y, si eres conductor, el carné; y, muy posiblemente, la cartilla sanitaria, además de alguna tarjeta de crédito. Cuando te roban, el Estado te obliga a abonar unas tasas para renovar todas esas tarjetas y carnés que te han birlado. Por el DNI, debes pagar 10,50 euros; por el carné de conducir, 19,50 euros, y por el duplicado de la tarjeta sanitaria, en Cataluña, desde el pasado 1 de marzo, ya hay que pagar 7 euros. En este último caso, la Generalitat te obliga a acudir a una entidad financiera -como las que ya hemos contribuido todos a rescatar- para abonar la correspondiente tasa.

Es así como el repago se multiplica y multiplica y multiplica, alimentando también a los bancos. ¿Qué se lleva el ladrón si te roba la cartera? Solo tarjetas de plástico. ¿Quién pone precio a esas tarjetas deplástico? Los Gobiernos, mediante el repago de las tasas. Por lo tanto, se puede deducir que, gracias a los carteristas, las arcas públicas se nutren de un dinero que, de otra forma, no tendrían. ¿Sabéis cuántos delitos de hurto se denunciaron en 2013 en Barcelona? 96.243. ¿Sabéis cuánto dinero habrían ingresado en tasas por renovación de DNI, carné de conducir y tarjetas sanitarias los gobiernos español y catalán si todas esas víctimas de los carteristas hubieran tenido que renovar su documentación robada? Pues más de 3,5 millones de euros en un solo año.

En resumen, cuando sufrimos un hurto, encima nos obligan a pagar unas tasas, castigándonos así doblemente a nosotros por la falta de seguridad en nuestra ciudad. Moraleja: La actividad de los carteristas ayuda al Tesoro Público; y si te roban la cartera verás cómo, gracias al repago, acabarás siendo víctima de un (re)robo.