Fue en 2015 cuando le vimos por última vez sobre los escenarios. Su gira le llevó hasta Madrid y Barcelona, pero un servidor no pudo asistir al show de uno de los artistas que más me han marcado e influido musicalmente. No podía perderme esta oportunidad.
¿Ver a Robbie Williams en un concierto con solo 1.700 personas? Era algo único, algo que solo puede pasar en el Apple Music Festival, que este año celebra su décima edición.
En pleno corazón de Londres, en Camden, uno de los barrios con más fama y rollazo de la ciudad, la zona de Amy Winehouse (otra que me dejó marcado), el lugar donde todo vale… Ahí era el concierto, en la mítica sala Roundhouse. La organización decliciosa y la puntualidad británica.
El chico malo del pop británico, el que dejó a los Take That en la estacada para labrarse un exitoso futuro en solitario, comenzó por todo lo alto… Utilizando el vídeo introductorio de su última gira y haciéndonos saltar con mi tantas veces cantada Let Me Entertain You.
El ritmo no paró en un concierto que fue apoteósico. Tras el subidón inicial, llegó el turno de uno de sus clásicos más potentes, Rock DJ, y yo a punto de colapsar, y estaba solo (era la primera vez que iba a un concierto sin acompañante en toda mi vida).
Con los pantalones bajados, comiendo chicle todo el tiempo, hablando por momentos en castellano y siendo, como suele ser, políticamente incorrecto, «Robbie Fucking Williams» (que así dijo llamarse) demostró una vez más estar por encima de todos los comentarios, burlas y titulares de la prensa amarilla.
Solo él se puede permitir vestir con una camisa y pantalón de raso blanco con mariposas estampadas en negro y caminar por el escenario como si fuese el desfile del orgullo gay. Le da igual lo que digan de él (su fama de ‘rompebragas’ le avala) y esa actitud de estar «de vuelta de todo» hace que sea tan genuino cuando se presenta en directo.
También hubo momentos para la emoción, como cuando recordó a su manager, que falleció hace solo 3 semanas, y que, cómo él mismo dijo, tantas veces le había salvado la vida (el pasado de Robbie con las adicciones siempre ha generado muchos comentarios).
A David, su manager, le dedicó Angels, la que probablemente sea su mejor canción, y otro momentazo fue cuando Pete, su padre, subió con él al escenario para interpretar juntos Better Man.
Hay que destacar también la voz de sus tres coristas. Con una de ellas cantó Something Stupid, y comentó que lo hacía por primera vez en un directo y sin apenas ensayar. Acostumbrados a escucharlo en la voz de Nicole Kidman… flaco favor le hizo a la australiana.
No fue la única canción a estrenar en directo… también hubo tiempo para hacernos un adelanto del que será su nuevo disco. Motherfucker y Sensational fueron los dos temas con los que presentó, y aprovechó para anunciar que Heavy Entertainment Show, su próximo álbum, saldrá a la venta el 4 de Noviembre (ya está disponible el preorder).
Según él mismo ha dicho: “Heavy Entertainment, es entretenimiento del bueno. Y esa es mi intención con este nuevo álbum: compartir una experiencia con millones de personas a través de este entretenimiento ligero… pero con una gran dosis de esteroides.”
El tracklist del disco es:
HEAVY ENTERTAINMENT SHOW
PARTY LIKE A RUSSIAN (el primer single)
MIXED SIGNALS
LOVE MY LIFE
MOTHERFUCKER
BRUCE LEE
SENSITIVE
DAVID’S SONG (dedicada a su manager)
PRETTY WOMAN
HOTEL CRAZY (con RUFUS WAINWRIGHT)
SENSATIONAL
También estará disponible una versión de lujo de 16 canciones, con un DVD exclusivo que incluye contenido de detrás de las cámaras, además de 5 canciones adicionales.
MI VALORACIÓN DEL CONCIERTO:
Lo mejor: su energía, la capacidad que tiene Robbie Williams para provocar al público, su honestidad sobre el escenario (hasta el punto de enseñarnos la pantalla donde le van pasando las letras de las canciones para que no se le olviden) y su voz rasgada.
Lo peor: No haberme marchado luego con él de fiesta.
Nota: Le pondría un 10 pero me quedo con 9,5 porque con los años siempre me ha demostrado que puede superarse.
A*TEENS:
