Algunos de vosotros ya estaréis pensando que he vuelto a enamorarme, pero no. Hace mucho que esta mujer dejó de ser una de mis musas. Al principio me gustaba, pero ahora ha adoptado un estilo Paris Hilton de ‘sueltaperlas’ que no me va.
No le basta con meterse con mi adorada Scarlett Johansson, al decir que no necesita hacer las cosas que hace ella para que la tomen en serio, ni con dejar tiritando a los todos los veinteañeros que suspiran por ella, calificándolos de pérdida de tiempo bajo el argumento de que son muy fáciles de manipular («les podría contar cualquier historia y los tendría comiendo de mi mano», dijo hace poco en la revista Elle). Ella siempre quiere más. Le gusta levantar ampollas porque sí. Me explico.
Resulta que en unas declaraciones a la revista Esquire que ayer recogió también 20minutos.es, la actriz asegura no tener dudas sobre su bisexualidad porque considera que es algo natural. «La gente nace bisexual, pero luego toma decisiones presionada por la sociedad. Yo no tengo ninguna duda». Hasta ahí, se podrá estar más o menos de acuerdo con la teoría, pero su explicación es inmaculada. El problema viene cuando se plantea una relación con una mujer.
La buena de Megan, que al menos reconoce ser una hipócrita, dice que a pesar de pensar así «jamás saldría con una chica que fuera bisexual». ¿Por qué? Según su teoría, «eso significaría que esa chica ya se ha acostado con hombres». Y, ¿dónde está el problema? Para Megan, «los hombres son tan sucios» que, sólo con pensar que alguno haya estado con esa chica antes, se le quitarían las ganas.
Vamos a ver, chiquilla. Dices que eres bisexual pero nunca te acostarías con una chica que se hubiese acostado previamente con un hombre. Entonces, ¿por qué tendrían que aceptarte ellas a ti? Por otro lado, te quedas tan ancha diciendo que los hombres son sucios y tienes el valor de estar comprometida con Brian Austin Green (David Silver en la mítica serie Sensación de Vivir).
Y después de tantas incongruencias, cuando uno se plantea que a la chica lo que le pasa es que es lesbiana, resulta que también lo niega: «No soy lesbiana». Entonces, ¿qué le gusta? ¿qué es lo que quiere? ¿Por qué hace esto?
En mi opinión, estamos ante un claro ejemplo de afán de protagonismo por parte de una persona que se ha convertido en artificial, polémica y forzada sin necesitarlo. No hay más que ver el vídeo que grabó para la misma revista, en el que supuestamente queda reflejado su día a día, con barbacoa y piscina incluidas, para darse cuenta. Vamos, lo que se dice un día clásico, muy normal:
PD: Estoy consternado. ¿Quién se estira y se arquea tanto? ¿Quién duerme con tanta luz? ¿Qué barbacoa es esa? ¿Cuántas veces cambia de modelito en un día? No entiendo nada. Será mejor cerrar el post y reflexionar.
–> FOTO: TodoSobreTV
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