Recientemente, las agencias rebotaron una noticia en la que se alertaba de que leñador y periodista eran los dos peores trabajos del mundo para los estadounidenses. A mí me sonaba exagerado, porque estoy seguro de que hay peores profesiones y, apenas unos días después, el tiempo me ha dado la razón… creo.

Posibemente, para todos aquellos que estamos en una edad en la que las hormonas viven en ebullición permanente (a algunos esa etapa de la vida les dura desde los 12 hasta los 125 años, XD), ver porno no parece algo traumático, ni mucho menos. Es más, estoy casi seguro de que muchos desearían ver más porno del que ven actualmente y aceptarían sin pensarlo dos veces un trabajo que consistiera en ver cine para adultos. Sin embargo, como dicen por ahí, lo poco agrada y lo mucho cansa. Si no, podéis preguntárselo en chino mandarín a Liu Chunqui, un policía que se encarga de catalogar las películas de contenido pornográfico que se distribuyen ilegalmente en China.

El hombre lleva cinco años dedicado casi en exclusiva a esta tarea censora. Ha visto más de 600.000 vídeos porno (sale a una media de unos 330 diarios) y ha llegado a un punto de saturación tal que confiesa sentir náuseas, vómitos y pérdida de apetito (alimenticio, aunque es de suponer que también pérdida de apetito sexual, ¿no?). ¡La durísima vida del censor!

Si estas molestias físicas os resultan incómodas a la hora de pensar en un trabajo, sabed que a Liu, además, la pornocensura le ha provocado tensiones emocionales. El hombre es tímido y no quería decir en casa que se dedicaba a ver porno hora tras hora, día tras día. Esa timidez estuvo a punto de costarle el matrimonio. Un buen día, su esposa le llamó por teléfono y se quedó patidifusa al oír gemidos al otro lado de la línea. No dijo nada, colgó el teléfono y salió escopetada a buscar a la madre de Liu para despotricar contra su hijo, sospechando que tenía una aventura. Ante la perspectiva de denigrar a su familia y de verse fuera de casa, el hombre tuvo que confesar qué clase de empleo tenía.

Decíamos al principio que, tras tener conocimiento de esta noticia, tanto leñadores como periodistas vemos el futuro un poco mejor, seguro. En cualquier caso, quiero lanzar una pregunta al aire, a modo de análisis sociológico. ¿Qué preferiríais vosotros para vuestra rutina diaria: cortar troncos, perseguir noticias o ver porno? ¿Qué trabajo no haríais por nada del mundo? Opinad, opinad…

(Foto: EFE)