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31 años con una aguja en el culo

Sólo con leerlo ya me duele. Pobre Lao Du, un ciudadano chino de la región de Zhengzhou que ha compartido los últimos 31 años de su vida con una compañera un poco puñetera al lado, o mejor dicho, metida en su trasero.

Y todo por culpa de un mal día en el año 1978. Según leí hace días en Ananova (vía Menéame), fue al médico por un resfriado, le pusieron una inyección y la aguja se rompió, quedando alojada durante tres décadas en sálvese la parte.

–> FOTO: Ananova

Él, que no era tonto, acudió al médico para que se la quitasen, pero los médicos no dieron con ella. Así que, no sin dolor, tuvo que aceptarlo.

Así estuvo hasta que no pudo más y, por fin, después de tres interminables horitas de cirugía, su maltrecho culete quedó libre de objetos punzantes.

PD: Cualquiera le gasta ahora una broma como las que nos hacíamos en el cole con el compás. Cada vez que me acuerdo doy un saltito.

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¡Que se te ve la hucha!

Quiero hablaros de una imagen con la que estamos completamente familiarizados: la hucha. No hay día en el que no veamos una. En el metro, en el bar, en el supermercado… siempre hay alguien que deja la ‘rodajilla’ a medio asomar.

De todas formas, hay gente… y hay gente, porque mientras a unos, la mayoría, se les nota que es un descuido y te enseñan un cachito de culo que sólo provoca tentación de meter una monedilla, a otros se les ve a la legua que lo que quieren es que les aparques ahí la bicicleta o les pases la tarjeta de crédito. El vídeo que pongo a continuación, aunque se nota que es una broma con el objetivo de hacer ‘un calvo’ (o dos, otres, o cuatro…), sirve como ejemplo. Me refiero a esto:


Vale, ya nos hemos reído todos, ¿no? Bueno, pues ya me he vuelto a reír yo sólo. Si da igual. Abordemos ahora la ‘cara B’ del asunto o, lo que es lo mismo, cuando somos nosotros los exhibicionistas involuntarios de ‘rajuela’. Porque nos pasa. Otra cosa es que nos demos cuenta. Yo, sin ir más lejos, creo que estoy obsesionado. Cuando me agacho a recoger algo, siempre echo una mano atrás para averiguarlo. Y si palpo carne… malo: estoy saludando a alguien por la espalda.

PD: Siempre he querido hablar de esto, os juro que es una de las cosas que más me hacen reír a diario. Y vosotros, ¿qué opináis del asunto?