Un hombre sufre el ‘síndrome del rostro demoníaco’ que distorsiona todas las caras como si fueran monstruos

Imagínate despertar un día y mirar el rostro de un ser querido y descubrir que sus orejas, narices y bocas están estiradas hacia atrás y que han aparecido surcos profundos en sus frentes, mejillas y barbillas.

Luego sales de tu casa y observas que todos los que te rodean tienen esa expresión de duende en la cara y empiezas a asustarte. Suena como una pesadilla, pero es una que Victor Sharrah, de 59 años y residente en Tennessee (EE UU), ha estado experimentando cada día desde noviembre de 2020.

Recientemente le diagnosticaron prosopometamorfopsia, o PMO, un trastorno neurológico extremadamente raro que hace que las caras de otras personas parezcan gravemente distorsionados y con colores de piel extraños, indica Odditycentral.

¡¡¡No puede ser!!!

Este camionero siempre había tenido una vista aguda y centrada, por lo que supo que algo andaba mal ese fatídico día de 2020 cuando observó a un hombre de aspecto desfigurado en su apartamento. Resultó ser su compañero de cuarto, pero cuando salió, Sharrah se dio cuenta de que todos los que miraba tenían esa expresión estirada, casi demoníaca, en sus rostros.

«Lo primero que pensé fue que me desperté en un mundo de demonios», recuerda Victor sobre la mañana en que empezó a ver caras horribles por todas partes. «No te puedes imaginar lo aterrador que fue. Estaba realmente asustado en ese momento. Iba a internarme», añade en una entrevista.

La PMO es un trastorno muy poco frecuente, solo se han registrado 75 casos en todo el mundo, por lo que los médicos realmente no saben mucho al respecto. Indican que con frecuencia se diagnostica erróneamente como una enfermedad psiquiátrica, pero a diferencia de la esquizofrenia, la distorsión facial no va «acompañada de creencias y pensamientos delirantes sobre las identidades de las personas con las que se encuentra el paciente».

Victor Sharrah dice que siempre reconoce a la gente con las que interactúa, a pesar de sus rostros horribles, y que ha aprendido a vivir con su rara condición.

(Foto: A. Mello – DARTMOUTH COLLEGE)

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