El aseo más celestial en el que vas a poder hacer tus necesidades

Para esos momentos íntimos en los que tu cuerpo te pide un respiro y estás obligado a dárselo (podría seguir intentando hablar con eufemismos, pero me refiero a hacer pis y caca), hay auténticas aberraciones manufacturadas y también verdaderos templos celestiales (y no exagero un ápice), como el mingitorio del que os voy a hablar.

Un aseo en el que os sentiréis igual que Zeus, Poseidón o Atenea a la hora de evacuar. Un lugar en el que la ‘agüita amarilla’ se transformará en un ‘jugo celestial’ con propiedades casi místicas. o-O

No se me ha ido la cabeza (bueno, un poco), pero seguro que entendéis esta paja mental al visionar con atención este vídeo. ¡¡¡Aleluya!!! 

PD. De regalo os dejo un top 10 de retretes que lo tienen todo para ‘triunfar’.

10. ¿Dónde está el papel? Recién terminada tu tarea, acudes presto en busca de un trozo de papel higiénico con el que rematar la acción. Miras a tu derecha y estiras el brazo pero… ¡oh, wait! Si no eres un tío de dos metros o, en su defecto, el Inspector Gadget, tienes realmente complicado acceder a él sin tener que incorporarte. No sólo eso, para poder agarrar un trozo, necesitas salvar una bañera que, esperemos, no esté ocupada en ese momento. Por decoro.

9. Se acabó el presupuesto. Vale que estemos ante el baño de una casa humilde, pero el cutrerío es sonrojante. El propietario, sin presupuesto para un inodoro, diseñó uno que no puede pasar desapercibido. Un cono de los que se utilizan para señalizar obras en la calzada, puesto del revés y bien encajado en el tubo de desagüe hace las veces de porcelana. Un tablón sustentado sobre dos vigas y una tapa de madera de roble (eso parece) ponen el colofón a esta aberración.

8. Sin desagüe. Si está feo que el inodoro de tu hogar sea cutre, mucho peor aún es que lo sea un urinario público, como éste. Aquí, o el fontanero no tenía ganas de seguir trabajando o el propietario tenía menos dinero que uno que se está duchando. El resultado es que unas garrafas de agua hacen de depósito para el pis. El problema no es sólo para el que entra allí a orinar y se encuentra esta escena dantesca, sino también para el encargado de vaciar los bidones, tarea harto desagradable y nunca bien remunerada.

7. Ante el abismo. Muy bonito, muy moderno, muy cool… ¡lo que queráis, pero es un asco tener que sentarse ahí y mirar hacia el abismo! Y eso que no sé si al final de esa abertura en el suelo hay una galería por la que pasa gente. En ese caso, imagino a los transeúntes al borde del esguince cervical mirando hacia arriba y boquiabiertos ante el show. Diseñador, eres un artista, pero piensa un poco en la usabilidad del asunto.

6. Bocado a la puerta. Vale que el suelo está a precio de oro en algunas zonas, pero no se debería escatimar tanto… La imagen es de un restaurante de medio pelo, en el que quien diseñó el espacio para el wc no tuvo en cuenta que la puerta se abre hacia dentro. Una vez hecho el estropicio, en vez de optar por cambiar el sistema de apertura de puertas, prefirió pegarle un bocado, para que no topara con el inodoro. A problemas sencillos, soluciones imbéciles sencillas.

5. Más madera. Siguiendo la línea del caso anterior, las puertas son protagonistas también de este espacio para evacuar. Aquí, el que las puso pecó por defecto. ¡Se quedan cortísimas! La intimidad se reduce a que, al menos, si estás allí sentado no se te ve la cara, pero no parece el lugar más recomendable si eres de los que tienen por hábito bajarse los pantalones y los calzoncillos (también vale bragas o tanga) hasta los tobillos.

4. Para casos de sequía. ¿Cisternas con doble flujo? ¡Bah, chorradas de modernitos inventadas para quedar bien! Si de verdad queréis ahorrar agua en casa, nada como enganchar una manguera al grifo del lavabo y hacer pasar la corriente de agua a la cisterna para eliminar residuos. ¡Qué iluminado! La imagen que ilustra este epígrafe tiene toda la pinta de pertenecer a un bar de esos en los que los vasos tienen restos de carmín.

3. Para masoquistas. Hay gente que encuentra el placer de la forma más inesperada, así que no seré yo quien critique a los que quieran acudir al inodoro a hacer sus cositas mientras satisfacen sus deseos más ocultos. El caso es que este wc parece un auténtico potro de tortura, con sus tachuelas para horadar la piel del visitante. No termino de creerme del todo que exista en la realidad, pero esta foto no es un montaje (creo, aunque no apostaría mi participación de lotería navideña…).

2. El váter de Superman. Los más veteranos de la redacción me hablan de la peli de José Luis López Vázquez (QEPD), pero a mí esta «cabina-wc» me recuerda más a Superman. Me parece el espacio ideal para el superhéroe, ya que es polifuncional. Sirve para que Clark Kent haga sus deposiciones, y también para cambiar de rol, enfundarse las mallas azules y la capa roja y lanzarse por los aires a salvar el mundo. Eso sí, para los mortales, el sitio es claustrofóbico, poco íntimo y, parece, con escasa ventilación.

1. El Trono. Me permito poner ‘Trono’ con mayúscula porque este retrete simboliza a la perfección el dicho «sentarse en el trono», perdón por la redundancia. ¿Hay algo más regio que hacer popó mirando por encima del hombro al resto de la gente? Con «escalinata real» incluida, este wc merece el primer premio al «Diseño esperpéntico de inodoros» y un hueco para su creador en la próxima edición de ARCO. ¡Mis felicitaciones, galán!

PD. Y de regalo os dejo un bonustrack que merece mención aparte.

El baño más indiscreto del mundo

banohotelbikiniEn el capítulo de ‘Barrabasadas de la arquitectura’ no voy a despellejar al admirado por muchos Le Corbusier, el hombre que prefería el hormigón a los árboles para las plazas y parques. Hoy vamos a hablar del hotel Bikini Berlín, de la cadena 25hours. A mis ojos de profano en el asunto, el diseño me resulta precioso por dentro y regulero por fuera. Moderno, sugerente e impactante. Tan impactante que si paseas por sus alrededores puedes contemplar sin reparos cómo alguno de sus huéspedes hacen uso del baño de uno de sus restaurantes, el Monkey Bar. ¿Por qué tanta crueldad para los que acuden allí con urgencias fisiológicas y para los transeúntes que tienen que verlo?

Por alguna razón que atenderá a un modernismo que yo no entiendo, el diseñador del restaurante instaló ventanales de cristal transparente desde el suelo hasta el techo de los baños, sin tener en cuenta que dan a la calle y que la altura del edificio no es suficiente como para evitar que los usuarios sean pasto de las miradas ajenas. Sus razones tendrá el caballero, o no, que los hay que actúan porque sí, sin venir a cuento. Lee el resto de la entrada »

(Foto: FRESH VIDEO – YOUTUBE)

Los comentarios están cerrados.