La división de policía canina australiana ha perdido a uno de sus nuevos integrantes tras observar sus adiestradores la extrema amabilidad y bondad con los presuntos delincuentes a los que debía reducir. Vamos, que en vez de atraparles el brazo se dedicaba a darles lametones. O-O
Durante el duro entrenamiento para ser un avezado ‘agente perruno’, Gavel, así se llama el cariñoso pastor alemán, no mostraba las señales de disciplina necesaria para intimidar a los malhechores, más bien era todo lo contrario.
En una recepción del gobernador.
El lindo cachorrito, como el gatito de Piolín, se acostaba patas para arriba esperando que lo acariciaran cada vez que tenía que ponerse en posición defensiva. Además, movía la cola en señal de complicidad cuando alguien hacía ademán de atacarlo, como si se tratara de un juego. Todo un as de la disuasión.
No obstante, como siempre hay un roto para un descosido, Gavel ha encontrado su puesto perfecto: se encarga de hacer las delicias de todos los invitados a la casa del gobernador de Queensland, incluso participa en las reuniones más informales de gobierno.
«Es un miembro valorado y querido del Gobierno, que está dispuesto a jugar con todos los invitados que pasan por la casa y alegrar cualquier tipo de reunión por su simpatía«, comentó un portavoz.
(Fotos: Governor of Queensland – FACEBOOK)
Es que no entienden al perro es una nueva técnica de castigo, así les da pena a los cacos.
15 junio 2017 | 19:48