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Los becarios no tenemos la culpa

BecConsejo: «Autocrítica»

El otro día vi que la RFEF metía la pata hasta el fondo y culpaba a una becaria. Probablemente el texto (que hacía valoraciones sobre Mourinho, con la que está cayendo) lo escribió un becario, sí, pero la culpa no es suya. O al menos, no sólo suya. ¿Quién permitió que una persona con poca experiencia redactara una nota de tal importancia (de tal importancia para la RFEF, se me entienda)? Pues para mí, sinceramente, tienen la misma culpa quien lo escribió como el señor Jorge Carretero, que es quien dejó al autor en bragas.

Me cabrea porque culpar al becario es la solución fácil y por mucho que creáis, los becarios no son tan torpes como yo. Una cosa es que yo cometa errores, que los cometo y muchos, y otra que por cada cagada se pueda culpar al que menos cobra (en el caso de que gane algo). ¿Y quién tiene la culpa de todo? ¿Quién? ¡¡¡CLINTON!!! Fue Bill Clinton quien empezó esta espiral de culpar al becario cuando se fumó un puro de dudosa procedencia y señaló a la Lewinsky.

En el lado contrario de Clinton y Carretero está Forges. Forges sí mola. Mola mucho. Porque se preocupa por los becarios y es consciente de que entre todos estamos levantando el país. Es evidente que si tienes una entrevista con Obama y mandas al becario, es que algo falla, ¿no? Nadie se escandalizaría si las preguntas no son las adecuadas, todos pensarían… «madre mía, ¿a quién se le ocurre mandar a éste?».

Ya me veo a Zapatero rectificando y diciendo que lo de las pensiones fue idea de una becaria, a Mourinho explicando que él no quiere fichar un nueve, que se lo sugirió un becario, a los cantantes de Operación Triunfo justificando los gallos señalando a los becarios de sonido y así sucesivamente.

Por favor, sé que igual es mucho pedir, pero ya que los becarios (por norma general) están empezando, se esfuerzan y tratan de labrarse un futuro mejor mientras aprenden… respetadlos, por favor. Somos una especie muy delicada y sensible; si os digo «respetadlos» en lugar de «respetadnos» es porque yo soy un tipo despreciable, pero los demás no son como yo, claro.

No es una amenaza, es una petición, pero sí os digo que si seguís culpando a los becarios algunos días dejarán de serlo, quizás lleguen a ser vuestros jefes, y si son malvados se vengarán de vosotros, os pagarán con la misma moneda y dejarán al descubierto vuestras vergüenzas. No digáis que no os avisé.

PD: Todos cometemos errores, así que primero hacemos autocrítica y luego señalamos, si procede. No olvidéis que está muy feo.

PD2: Gracias a Fede y a David, dos cracks.

(FOTO: kchichester -ni que decir tiene que el de la imagen no soy yo-)

La historia del gafapasta y la rubilla

El amor es imprevisible, porque nunca se sabe donde va a aparecer. En este blog también hay una, enternecedora, protagonizada por terceros, pero muy bien contada por Madrileñodecasta.

Para quienes no le conozcáis, os dejo su carta de presentación, en la primera entrada del blog: «No sé como te saldrá este experimento,pero no quiero ser tu amigo…perderemos los dos.»

Y la historia, trufada de anécdotas, es ésta (contada por Madrileñodecasta):

1) Nace el amor

Los dos que curran conmigo por la tarde, se gustan. El becario (un gafapasta) se hace el interesante y la becaria (una rubilla pizpireta) le pone ojitos. Aunque son patéticos y unos plastas zangolotinos (aparte de escaquearse constantemente), esto me hace pensar que hay esperanza para tí, y a lo mejor dentro de tu gremio encuentras tu «media mileurista».

2) El tonteo

Entre las miraditas amorosas que intercambian (es como si entraran en trance,los muy pavisosos) y la natural tendencia al escaqueo de la especie espinillosus becariensis se mueven menos que Epi y Blas en una cama de velcro.

3) La declaración

El gafapasta ha enrojecido visiblemente cuando le he sorprendido vagueando y ha tratado torpemente de ocultar un papelucho entre sus ropas. He ejercido mi autoridad y le he conminado a entregármelo. Es un post-it de los grandes. Transcribo literalmente lo que pone:

«Todo se detubo de repente

desde que nuestros ojos raudos se cruzaron inmediatamente

mi corazón no tiene otro anelo

que ser tu amado sincero.»

Ya ves si está enamorado el cenutrio éste de la rubilla, pero como le entregue a ella esta birria de poema,no se va a comer ni el agujero de un donut. (O sí,porque ella es tan tontaina como él).

4) No hago otra cosa que pensar en ti

Ahora mismo le voy a «enriquecer» a mi becario el bocata con unos sabrosos post-it. O mejor, pillo un cúter y le corto unas finísimas lonchas de auténtica goma de borrar staedtler con denominación de origen.Como no para quieto y esta todo el rato pendiente de la otra becaria rubilla que le gusta, no va a ser difíticl sabotearle el condumio.

5) La cita

Mientras zampaban, mirándose henchidos de amor el uno al otro, hacían penosos esfuerzos para mascar y tragar con naturalidad.

-Coman despacio,jóvenes,no se les vaya a hacer «bola»…

Como es de Ley ser agradecido,por el buen rato que me han proporcionado estos tontainas, les he traído de la máquina dos latas de Nestea, que les encanta. Se lo han bebido con fruición…

6) ¿Crisis?

El gafapasta es manso, bonachón y risueño. La rubilla es más retorcidilla la jodía. Ahora están algo revueltos por los exámenes y parece que sus amores pasan a segundo plano.

7) ¿Y ahora qué?

Parece que la relación se ha enfriado (esto lo digo yo, no Madrileñodecasta). Lo último que sabemos es que ambos se escaqueaban del curro desfragmentando el disco. ¡¡¡A quién se le cuente!!!

(FOTOS: sergis blog, Randy Son of Robert)

Si te dicen que no lo hagas, hazlo: demasiados aspirantes a becario

Cuando uno piensa que forma parte de una especie en extinción, basta con darse un paseo por la Red para ver que son muchos los que opositan a diario y cada vez a edades más tempranas por una plaza de becario. Las reglas están para saltárselas, sí señor, una muestra del espíritu rebelde de nuestra sociedad.

PD: Y tú, ¿eres de los que siempre hacían lo contrario de lo que le decían?

-> Es tu turno: Mándame tus fotomontajes, tus vídeos raros (propios o de YouTube), tus parecidos razonables… cualquier cosa que te haga gracia y quieras que publique, a elblogdelbecario@gmail.com o en la sección «contacto»