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Balonazo a la reportera en directo

Gracias a Sport4everybody he tenido acceso a un vídeo que, sin maldad, me ha hecho reír un rato. Y es que los que estamos en el gremio (bueno, yo menos, porque soy un patán) nos sentimos muy identificados con este tipo de situaciones.

Se jugaba el derbi de la capital rumana entre el Dinamo y el Rapid de Bucarest cuando la reportera, a pie de campo, se llevó un regalo a casa en forma de balonazo. Eso sí, en ningún momento perdió la sonrisa.

PD: Todo un detalle que luego, en rueda de prensa, uno de los jugadores decidiese llevársela por delante como gesto de cariño. Es una princesa entre pequeños trogloditas (sin ánimo de ofender)… y lo lleva muy bien. Por cierto, no descartaría que el balonazo sea otra bromilla para luego tener una semanita de chistes.

PD2: No quiero ser cruel, pero no he podido evitar acordarme de la reportera de La Sexta y el maldito día de 2006 que tuvo que cubrir un Osasuna-Racing.

PD3: A mí en el cole me dieron balonazos de todos los colores (hasta de esos que te dejan sangrando por la nariz), pero por suerte a principios de los ’90 no había móviles y nadie me grabó. La humillación quedaba en el patio.

PD4: Eso sí, nunca me dieron uno tan fuerte como aquel que os conté en ‘Es imposible dar un balonazo con más ganas’

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¿Cuánto habrías pagado por dar una patada en los testículos?

Me envió el enlace ‘Frank del casar’ y, entre una cosa y otra, se me pasó publicarlo en su día. Era una puja en ebay con el siguiente asunto: «Patada en los testículos». De antemano os digo, que hubo un ganador.

La oferta, venía así anunciada: «¿Una mala racha? ¿La ira y desesperación se han apoderado de ti? Desahógate conmigo. Te propongo dar rienda suelta a toda esa acumulación de tensión. Pégame una buena patada en los testículos y libera toda tu ansiedad la vida se volverá de color de rosa a partir de ese momento».

El asunto, como os digo, creo recordar que acabó bien (o mal, según como se mire) y la puja, que empezaba en 500 euros, obtuvo un ganador.

Al fin y al cabo, era tentadora:

– El receptor se comprometía a caracterizarse de quien quisiera el ganador (los gastos corrían por la cuenta del que ganara, claro)

– Se podía dar la patada con toda la fuerza que se quisiera (en seco y sin carrerilla)

– No llevaría protección (sólo un calzoncillo) aunque el ganador tenía que descalzarse

– Quien ganase quedaba exento de los posibles gastos hospitalarios

– El encuentro sería en Valencia un fin de semana (se desplazaba si le pagaban el traslado)

– Y, con algo de sorna, decía que se comprometía a retorcerse de dolor una vez recibida la patada («aseguro gran realismo»)

¿Cuánto habrías pagado tú? Yo no lo tengo claro, pero creo que no me habría gastado ni la mitad de lo que pedían (ojo, que no digo que el asunto no lo mereciera).

Ahora, desde que vi el anuncio, no hago más que acordarme del pobre Hans Topo y su «balonazo en sus partes».

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Es imposible dar un balonazo en la cara con más ganas

Publicaba este fin de semana el Daily Mail, uno de mis diarios de referencia, el tremendo balonazo en la cara recibido por un jugador de la liga juvenil de Estados Unidos. Lo que me pregunto es quién enseña a estos monstruitos a sacar así de banda. ¿No pueden hacerlo como las personas? Bueno, yo mejor me callo porque cuando mis amigos echaban los equipos a pares o nones en el recreo nunca me cogían.

Lo que más me alucina es que es un fenómeno habitual allí. No sólo el saque de banda, que deberían patentarlo, sino el ‘cebollazo’ colateral:

Por cierto, si el Barcelona hubiese conocido este método, se habría ahorrado el fichaje del nigeriano Amunike, un fracaso sonado al que se fichó, entre otras cosas, porque sacaba muy bien de banda. Al menos al jugador le sirvió para grabar unos cuantos anuncios de éxito, enseñar a bailar y algunas cosas más:

-> Es tu turno: Mándame tus fotomontajes, tus vídeos raros (propios o de YouTube), tus parecidos razonables… cualquier cosa que te haga gracia y quieras que publique, a elblogdelbecario@gmail.com o en la sección «contacto»