Veo en un periódico de esta mañana que el gobierno portugués quiere ajustar (recortar) su sistema de pensiones. La idea básica de la operación está en el concepto de “sustentabilidad”, que el sistema dure. Los estudios de la administración señalan que el sistema tendrá déficit el 2007, y serios problemas a partir del 2010. Y para evitar lo indeseable las pretensiones oficiales son modificar los criterios de cómputo de la pensión y utilizar toda la vida de la cotización en vez de los diez mejores años de los últimos quince. El efecto de ese cambio, en término medios, puede ser un recorte de la pensión entre el 10 y el 20%. Con esa medida se pretende evitar un encarecimiento de las cotizaciones para financiar el alargamiento de las pensiones, consecuencia de una mayor esperanza de vida.
Los portugueses van a recorrer caminos ya transitados en España. Aquí también se amplió el cálculo de la base de pensión para utilizar los últimos 180 meses, quince años que pueden ser doce por efecto de las pagas extraordinarias. Y aquí también los sucesivos gobiernos tratan de convencer a los sindicatos para alargar el cómputo al conjunto de la vida laboral, acreditada en los archivos de la Seguridad Social con mucha precisión desde 1976 y poca para el período anterior.
A la vista de la salud del sistema los sindicatos no dan un paso atrás respecto al período de cómputo aunque están dispuestos a aceptar algún otro retoque. Los alemanes aceptaron retrasar la jubilación un par de años desde finales de la próxima década para compensar el efecto del alargamiento de la vida media de cada pensión. A más tiempo de pensión más período de cotización.
No es fácil reformar los sistemas de pensiones cuando funcionan, pero se reforman peor cuando pasan por apuros o no funcionan. Referir la pensión a toda la cotización tiene sentido, también lo tiene el alargamiento voluntario de la vida laboral. Ambas novedades son factible y recomendables en España, mejorarían la salud del sistema.