El Rey y los Príncipes -ellos dos con una barba que les renueva la imagen- y los duques de Ambiciones han alternado esta semana en las revistas del cuore, que reparten el espacio entre unos y otros como únicos protagonistas del cotilleo, con permiso de la reina de San Blas, Belén Estéban.
Los Príncipes y Los Reyes han vuelto a su agenda oficial, después de unas vacaciones más cortas y sin muchas alharacas, ante los ojos de los súbditos, por aquello de la crisis. Pero luego los Asturias se han hecho su viajecito privado fuera de España.
Los Ubrique, que menudo verano llevan los pobres, salen al paso de las maledicencias que los programas cuentan sobre ellos un día sí y otro también.
La Campa dice en el Diez Minutos, que ella y Jesulín están hechos el uno para el otro. Y su marido por fin abre la boca para defender a su familia y contratacar muy suavemente a la madre de su hija mayor, que no para de echar sapos y culebras, para subir su caché hasta el nivel del presidente del Gobierno.
Los demás personajes de la actualidad rosa: Elsa Pataki, la Preysler, los Thyssen, la Panto e incluso los Kennedy han perdido mucho fuelle.
Donde estén los de Ambiciones, no hay más color.