El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

Los alimentos ecológicos, esos alimentos

En la breve pero intensa trayectoria de este blog aun no había tenido la ocasión de tratar el tema de los alimentos ecológicos. Y ya toca. El tema en sí, tal y como sucede con el de los alimentos transgénicos, no suele dejar indiferente a nadie. Es más, y ya que menciono a los transgénicos, se suele dar una curiosa asociación de opiniones: quien se manifiesta abiertamente antitransgénico suele ser al mismo tiempo entusiasta proecologista (siempre en relación con los alimentos)… así que me temo que la entrada de hoy será polémica.

Lo cierto es que tenía material para haber abordado la cuestión ecológica mucho antes de hoy, pero la reciente noticia de la publicación de un artículo científico en el que se aportan datos sobre el valor nutricional de los alimentos ecológicos hace idónea la entrada de hoy.

¿Qué es un alimento ecológico?

Según la legislación vigente (REGLAMENTO (CE) NO 834/2007 DEL CONSEJO de 28 de junio de 2007 sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos y por el que se deroga el Reglamento (CEE) no 2092/91) se considera que:

“La producción ecológica es un sistema general de gestión agrícola y producción de alimentos que combina las mejores prácticas ambientales, un elevado nivel de biodiversidad, la preservación de recursos naturales, la aplicación de normas exigentes sobre bienestar animal y una producción conforme a las preferencias de determinados consumidores por productos obtenidos a partir de sustancias y procesos naturales. Así pues, los métodos de producción ecológicos desempeñan un papel social doble, aportando, por un lado, productos ecológicos a un mercado específico que responde a la demanda de los consumidores y, por otro, bienes públicos que contribuyen a la protección del medio ambiente, al bienestar animal y al desarrollo rural.”

En resumen, se trataría de un tipo de producción agrícola a la que suele atribuirse la calidad de “natural” (sea lo que sea que este término pueda sugerir en el imaginario popular) y que se caracteriza por no utilizar ningún producto químico de síntesis tales como pesticidas, herbicidas “químicos”, hormonas de crecimiento o fertilizantes “artificiales”. Este tipo de agricultura tiene a gala el utilizar materiales orgánicos, «naturales» y/o reciclados y el trabajar bajo el principio de la rotación.

 

Pero lo que en verdad nos interesa: ¿son mejores, son más nutritivos?

Si hubiera tenido que responder a esta pregunta hace uno o dos años hubiera dicho lo mismo que hoy, que no, y para apoyar esta respuesta me habría remitido a las conclusiones de la revisión sistemática de Dangour y colaboradores del año 2009 que puso bajo la lupa los estudios que se cuestionaban el valor nutricional de los productos de origen ecológico en comparación con los “convencionales” o no ecológicos. En esta revisión de la literatura científica sus conclusiones dejan poco margen para la duda:

“En base a esta revisión sistemática de aquellos estudios de suficiente calidad [científica], no hay pruebas de que existan diferencias en la calidad de los nutrientes entre los alimentos orgánicos y aquellos producidos de manera convencional. Las pequeñas diferencias en el contenido de nutrientes se podrían explicar fácilmente a partir de las esperables diferencias  biológicas y dependen de los diferentes métodos de producción.

Pero además, a día de hoy (y pasando por encima de otros artículos con similares conclusiones) contamos con más evidencia que, de nuevo, vuelven a coincidir en los resultados anteriores. Se trata de otra revisión sistemática de la literatura científica que en este caso aborda una doble cuestión: Averiguar qué se sabe actualmente en cuanto a lo seguro y saludable que son los alimentos ecológicos en comparación con los convencionales: “Are Organic Foods Safer or Healthier Than Conventional Alternatives?: A Systematic Review” de Smith-Spangler y colaboradores. Y las conclusiones, también bastante claras:

“Según la literatura [científica] publicada no existe evidencia alguna de que los alimentos orgánicos [o ecológicos] sean mucho más nutritivos que los alimentos convencionales. Por otro lado, el consumo de alimentos orgánicos puede reducir la exposición a los residuos de plaguicidas y de bacterias resistentes a los antibióticos.

Es decir, pese a haber sido (y seguir siendo) un argumento “de venta” frecuente, los alimentos ecológicos no son más nutritivos que aquellos convencionales.

¿Y son más seguros?

Y en cuanto a su seguridad pues es una mera cuestión de estadística. Es cierto que el día a día nos deja con más alertas alimentarias motivadas por alimentos convencionales que las ocasionadas por los ecológicos, pero cuando se divide la cantidad de alimento producida (según el tipo de producción) por el número de alertas que genera, resulta que los ecológicos salen perdiendo a todas luces, es decir, proporcionalmente generan más alertas que los convencionales. Y con frecuencia más graves… o si no en qué tipo de producción creen que se originó la crisis de los pepinos del pasado año.

En resumen

No estoy en contra de los productos ecológicos ni mucho menos, pero tampoco me voy a creer todas las sandeces que sobre ellos se dicen sin mayores pruebas que el interés del productor por venderlos. A mí también me molaría que la idealizada imagen que muchas personas tiene de “la naturaleza” fuera real y pudiéramos vivir todos en este planeta (más de 7.000 millones de almas) en idílicas cabañas al pie de lozanas praderas, junto a ríos cantarines de aguas cristalinas y que pudiéramos ir descalzos en un eterno y primaveral día soleado a beber el agua de dicho río mientras saludamos de forma jovial a los osos y a las ardillas que del bosque salen a nuestro encuentro… Como decía, también me molaría, pero no es posible. En algún momento habrá que darse cuenta que las utopías son eso, situaciones irreales (aunque chulas) y que sale a cuenta (la de la salud, la de la cartera, la del bien común, etc.) ser un poco más pragmático.

 

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Foto 1: smith

Foto 2: Donald Macleod

Foto 3: Wolfram Burner

30 comentarios

  1. Dice ser smit169

    Os dejo un enlace que he visto en otro blog sobre el tema, para reflexionar sobre la agricultura, biodiversidad y temas afines.

    http://t.co/CDxePEKT

    Un saludo

    Smit169

    12 septiembre 2012 | 10:34

  2. Dice ser Jaimito.

    Hombre, pero digo yo que si su consumo reduce la exposición a restos de plaguicidas, a bacterias resistentes a antibióticos y (añado), a restos de antibióticos presentes en ellos, alguna mejora deben aportar, ¿no?

    12 septiembre 2012 | 10:41

  3. Dice ser Empar

    Por favor, todo el mundo sabe lo que pasó con los pepinos, hay que leer el final de las noticias y no lo que es sensacionalista.
    Y los estudios, tenemos científicas en España, como Maria Dolores Raigón que han hecho estudios sobre alimentos ecológicos.
    Que sí, que es mejor irse al Carrefour o a los Pakis abiertos 24 horas explotando a los trabajadores y explotar a agricultores para que una fruta ni tenga sabor, ni olor, ni nos aporte al menos lo que se espera de ella: que nutra, ahora eso sí, muy barato. Que ese no es el precio real, que todos lo sabemos. Demagogia sabemos aportar todas! Un poquito de ciencia, y no hace falta irse a universidades americanas, no viene nada mal! Por suerte, e tipo de agricultura que tenemos no es sostenible, cuando nos quedemos sin petroleo, a ver como nos lo montamos…por eso hay que apoyar a los pequeños agrocultores que tienen otra manera!

    12 septiembre 2012 | 12:11

  4. Dice ser videochat gratis

    Los aliments ecologicos estan muy bien, pero al final es un modo de alimentacion insostenible no?

    12 septiembre 2012 | 12:24

  5. Dice ser Pregunta

    Qué opinas de la empresa Monsantos y de sus dos movimientos de estrategia en el mercado?

    12 septiembre 2012 | 14:14

  6. Dice ser me rio de janeiro

    Joven Revenga quedo más que demostrado que la contaminación por E. Coli no fue debido al sistema productivo sino a una contaminación durante el sistema de distribución….a ver si no damos la información sesgada.

    Por cierto, no hace falta ser científico ni que te publiquen en Nature o Science para sacar tus propias conclusiones, como por ejemplo;

    Si un pollo criado naturalmente, y por naturalmente quiero decir sin aporte de hormonas ni antibióticos, tarda entre 8 y 9 mese en adquirir el tamaño adulto, ¿como es posible que un pollo industrial alcance dicho tamaño en 2 mese y medio? ¿sera por influencia de las hormonas y los antibióticos? ¿quedaran residuos de dichos productos en ese animal? Ni lo se, ni lo quiero saber directamente no como pollos industriales.

    Si una vaca alimentada tradicionalmente (*ir al párrafo anterior para la descripción de naturalmente) da 30 litros de leche, como es posible que la misma vaca cambiando el sistema productivo y aportando ciertas hormonas llegue a producir el doble. No voy a lanzar al pregunta de si quedan o no residuos en la leche porque todos sabatismos que la leche es el vector de transmisión entre progenitor y cría. Pues lo dicho, por si las moscas yo no bebo leche.

    No ve Sr. Revenga, sin ser ningún afamado científico ni nada por el estilo, solo utilizando el sentido común yo digo NO a los sistema de producción industriales. Esto sin entrar en las consecuencias que estos están teniendo para la bodiversidad, para los productores agrícolas y para las tradiciones y saberes.

    No todo se mide por la cantidad de vitaminas, grasas o proteínas…

    12 septiembre 2012 | 14:38

  7. Dice ser lejos de España

    A mí también me molaría que la idealizada imagen que muchas personas tiene de “la naturaleza” fuera real y pudiéramos vivir todos en este planeta (más de 7.000 millones de almas) en idílicas cabañas al pie de lozanas praderas, junto a ríos cantarines de aguas cristalinas y que pudiéramos ir descalzos en un eterno y primaveral día soleado a beber el agua de dicho río mientras saludamos de forma jovial a los osos y a las ardillas que del bosque salen a nuestro encuentro…

    Menuda GILIPOLLEZ acabas de soltar con tu «poesía» barata … ¿Qué tendrá que ver eso que cuéntas con tanto sarcasmo que una manzana que no está cubierta de cera, instecticida y MIERDAS QUIMICAS VARIAS…? ¿Por qué desaparecen las ABEJAS, tío listo? ¿No es por los insecticidas y pesticidas, herbicidas y plaguicidas…? ¿Porqué tienen que retirar cosechas enteras de miel en Europa, por poner un ejemplo, de lo contaminada que está por que es la época de floración que se suelta toda la mierda química sobre los árboles?¿Por qué dices que son «sandeces» lo que es MAS CLARO QUE EL AGUA? ¿Te pagan por soltar tanta mierda o lo haces gratis…?

    12 septiembre 2012 | 15:05

  8. Dice ser Ambientólogo

    ¿Y qué me dices en cuanto a sabor?
    La mayoría de los tomates que se venden en los supermercados no saben a Nada.

    12 septiembre 2012 | 15:17

  9. Dice ser nelson

    Te consideras como pones, nutricionista y dietista?
    Como puedes decir que lo ecológico es igual a lo convencional.
    Yo soy de Valencia y aquí existen los huertos urbanos, yo pago 42€ al mes por tener un trozo de huerto y planto fruta y hortalizas de temporada y hay una diferencia bestial con lo «convencional».
    Sandías sin pepitas, caquis duros por tema de transporte, uva si pepitas? donde se ha visto eso.
    Cómo va a ser igual que lo «convencional».
    Y como dice «me río de janeiro» lo de los pepinos fue por la comercialización.

    12 septiembre 2012 | 16:10

  10. Dice ser oblivion

    Puede que sus afirmaciones sean acertadas, partiendo de la base de que esos informes que cita tengan razón. Desgraciadamente, actualmente todos estos tipos de estudios son encargados por empresas para dotarlos de rigor «científico»: es decir, una empresa encarga un estudio con unos resultados concretos, importando poco que sea verdad o no. No se encarga un estudio que analice la cantidad de nutrientes de alimentos tanto ecológicos como no y se publique su resultado, sino que se encarga un estudio que pruebe que los alimentos ecológicos no tienen tantos nutrientes. Y como saben, manipular datos a tu antojo y dar visiones está a la orden del día. Además, leyendo el proceso de investigación del último estudio relacionado con la cantidad de nutrientes de los productos ecológicos, se puede decir que han sido de todo menos rigurosos…
    Y otro apunte: me ha causado terror ver escrito que los «convencionales» son los alimentos no ecológicos… Convencional según la RAE significa: Que resulta o se establece en virtud de precedentes o de costumbre. En serio hemos llegado al punto en el que vale más lo hecho en los últimos años en temas de agricultura que en lo hecho desde el antiguo Egipcio e India hasta comenzar con la utilización de pesticidas y otros productos? En mi ciudad las señoras que siguen teniendo huerta, lo siguen haciendo según el proceso de siempre, que, sin necesidad de tener ninguna certificación, es ecológico, así que al menos en mi entorno, lo convencional no son los procesos industriales y sintéticos, esos a los que usted denomina, muy equivocadamente «convencionales».

    12 septiembre 2012 | 16:52

  11. Dice ser ANTONIO LARROSA

    somos 7000 Millones de personas y la mayoría solo estudian para ser abogados o están muriéndose de hambre , asi que la ínfima cantidad que se ocupa de proporcionarnos alimentos tienen serías dificultades para conseguirlo y parece muy raro que cada día comamos con tanto vago y maleante chupando del bote sin hacer nada bueno, así que no desconfiemos tanto de lo que hay y demos gracias a Dios por este hecho tan extraño que nos pone en un nivel de favoritos.

    Clica sobre mi nombre

    12 septiembre 2012 | 18:11

  12. Dice ser carmen cano

    a ver ese que ha escrito esto ?se a mirado su salud tengo 67 años y estoy segura que la mia es mucho mejor que la suya con los productos ecolojicos

    12 septiembre 2012 | 18:44

  13. Dice ser Rosa

    vaya artículo más inconsistente y sin argumentos, sin información y sin criterios, ¿ de dónde ha sacado la información para decir tantas sandeces? quizás a nivel nutricional no hay mayores diferencias, pero a la hora del sabor, de no añadir más aditivos químicos a la alimentación, no hay color.
    la fruta tal y como nace del arbol, sin pesticidas, ni fungicidas que luego todo se metaboliza.

    12 septiembre 2012 | 18:55

  14. Dice ser Lola

    Hace unos años una vecina que tenía un huerto ecológico me regaló verdura para hacer un potaje, ¡hacía años que la cocina no olía tan bien! y el sabor de esa verdura uhmmmmm me transportó directamente a la época de mi niñez en que la comida sabía a lo que era y no como ahora que los tomates no saben a nada.

    12 septiembre 2012 | 20:06

  15. Dice ser @carmen cano

    Su salud tal vez sea mejor. Ahora bien, preocúpese un poco por su gramática que, por muchos alimentos ecológicos que coma, no va a mejorar.

    12 septiembre 2012 | 20:45

  16. Dice ser carmen cano

    muchas gracias por lo de la gramática ójala lleges a mi edad bien de salud ?aúnque sea con la que tengo pues seguro que fuistes al colegio mas años que yo que a los 12 años ya estaba haciendo vestidos y a veces tengo fallos normal ?que mas se me puede pedir?

    13 septiembre 2012 | 00:21

  17. Dice ser Pedro Moreno

    Totalmente de acuerdo con (Rosa.) No se trata de comparar y medir nutrientes, minerales, grasas y vitaminas, que seguramente exista poca, o nula diferencia.
    Lo más importante posiblemente lo esencial de los productos ecológicos, no es su cadena alimenticia, que también. Si no su total neutralidad, carencia y alejamiento, de productos químicos de síntesis, pesticidas, herbicidas, hormonales y de manipulación genética etc. etc. Que por desgracia se están usando a diario en la agricultura y ganadería intensiva, no ecológica. En la mente de todos está, (seguro que no aria falta ni comentarlo) los consabidos efectos perjudiciales y negativos para la salud, tanto humana, como animal de dichos “inventos químicos”. Algunos tipificados y relacionados directamente a corto y medio plazo, con enfermedades incurables o de muy difícil solución. Otros como los transgénicos, nadie sabe nada, ni siquiera a largo plazo, sospechan que a lo mejor pudiera repercutir en el ADN de las generaciones futuras. Lo cual me temo lo peor, seguro que no será para hacernos más altos, fuertes y rubios, como seria lo deseado.

    13 septiembre 2012 | 02:03

  18. Dice ser Nacho

    Sufro Sensibilidad Química Múltiple y desde que consumo productos ecológicos he notado una mejoría notable en los transtornos digestivos que mi enfermedad (aún no reconocida por sus queridos «científicos») me producía. Supongo que usted, Sr. Revenga, al igual que sus queridos «científicos» es de los que supone que mi enfermedad no es más que un transtorno psicosomático y que por tanto esa mejoría también me la he inventado yo.
    Pero dejando aparte mis circunstancias personales. No entiendo la razón por la que todo el artículo hace hincapié en las similitudes nutricionales entre alimentos ecológicos y alimentos industriales mientras pasa de puntillas sobre la -según sus propias citas- demostrada diferencia en, digamos, «carga tóxica», precisamente cuando son estas diferencias las que hacen que la gran mayoría de la gente prefiera los alimentos ecológicos.
    Tampoco se hace mención de las diferencias organolépticas (sabor, maduración, olor) que suelen ser más que notables.
    Otra de las razones por las que mucha gente prefiere adquirir alimentos ecológicos es que se fomenta el consumo de cercanía, evitando gastos de transporte y la consiguiente contaminación. (¿Es esto también malo?)
    No soy partidario de teorías conspiranóicas y no voy a pensar que hay algún interés ‘extraño’ en ridiculizar a los que libremente eligen consumir productos ecológicos en su párrafo sobre las ardillas y los riachuelos cantarines, si bien considero que el sarcasmo no es la mejor herramienta para alguien que se supone que hace un trabajo semi-científico serio.
    Por terminar. Si el argumento aquí es ‘desenmascarar’ a unos jetas que producen cosas y las venden al triple de su precio real con la excusa de que tienen propiedades de las que carecen, Sr. Revenga, tiene usted un campo casi infinito de denuncia.

    13 septiembre 2012 | 09:26

  19. Dice ser Nacho

    Estimado Sr. Revenga:

    Deduzco que lee estas entradas así que le contesto aquí porque en Twitter no cabe mi argumentación.

    En primer lugar, le pido disculpas si mis comentarios le han podido parecer inadecuados.
    Siento todo el respeto por su trabajo y lo sigo habitualmente con interés.

    Tal y como Vd. me pide, intento hacer una lectura desapasionada y objetiva de su entrada. Por favor, dígame si el resumen es desacertado:

    Según Vd,
    1. Los alimentos llamados «ecológicos» no se ha demostrado científicamente que sean más saludables, ni más nutritivos, ni más seguros.
    2. Se usan de manera inadecuada los calificativos de «natural», «artificial», «químico» y «nutritivo», entre otros.
    3. Conviene que seamos «pragmáticos» y no creerse «todas las sandeces» que sobre estos alimentos se dicen.

    ¿Hasta aquí de acuerdo?
    Espero que sí.
    Pues bien.
    Antes de nada aclaro que coincido con Vd. en que los términos arriba mencionados se utilizan de forma incorrecta. Especialmente al equiparar «natural» con «saludable», «artificial» con «poco saludable», pero sobre todo al equiparar «químico» con «tóxico». Es en este punto donde le hago un ruego: me gustaría saber si, a su entender, el concepto de «carga química» tiene alguna base científica. Y dado que este asunto está muy relacionado con la alimentación (aparte de con la cosmética y los artículos de limpieza) se lo sugiero humildemente como tema para uno de sus artículos.
    Por otra parte, reitero. Vd. pasa de puntillas por algo que yo considero clave para elegir estos artículos y no otros: su -al parecer demostrada- menor toxicidad (o «posible toxicidad»)
    (Como comentaba alguien más arriba) Vd. no dice nada acerca de cómo se producen determinados alimentos «convencionales», ni se pronuncia a favor o en contra de tales prácticas que a algunos nos parecen digamos poco «naturales». (Auque si está en la naturaleza a lo mejor sí es natural.)
    Vd. dice no estar en contra de los productos ecológicos, pero afirma indirectamente que los que los consumen se creen «sandeces» y que viene a cuenta que todos seamos un poco más «pragmáticos» (parece que lo pragmático entonces sería no consumir estos productos) y utiliza el sarcasmo al calificar indirectamente a quienes defienden el consumo de estos productos como personas que desean vivir «en idílicas cabañas al pie de lozanas praderas». Esto en mi opinión, en la mía, es ridiculizar innecesariamente.

    Agradecería algún comentario sobre estos puntos, en vez de un «contraataque» diciendo que yo descontextualizo o no leo su artículo con objetividad. No me sea Vd. político -de los malos- y me conteste con el consabido «y tú más».

    Un saludo.
    Nacho Araus.

    13 septiembre 2012 | 10:45

  20. el-nutricionista-de-la-general

    Estimado Nacho, gracias por sus comentarios. Antes de entrar en la materia que nos ocupa me gustaría hacer un par de aclaraciones:

    En primer lugar y como usted bien ha citado, twitter es un medio que ofrece pocos recursos para polemizar y poder argumentar las distintas opiniones en virtud de su escaso margen de caracteres.

    Por otro lado este canal, el de los comentarios del blog, es un medio en el que los lectores y usuarios de 20 minutos pueden expresar su opinión y su parecer a resultas de la lectura de una entrada y no es, o no tiene por que ser, un medio de comunicación y relación directa con el autor. En mi caso, atiendo a otras dedicaciones profesionales y no dispongo del tiempo que sí que me gustaría tener para poder contestar y/o aclarar muchos de los comentarios que aquí se hacen (y no sólo de esta entrada)

    Vamos al lío: El resumen que hace es, en líneas generales acertado tanto del punto 1, el 2 y el 3.

    El caso es que la excelencia nutricional de los productos ecológicos (por encima de los convencionales) ha sido y sigue siendo a día de hoy una práctica corriente en su promoción (hay inumerables webs que así lo ponen de manifiesto, muchas de ellas no solo promovidas por particulares sino también por asociaciones de productores, distribuidores, etc.) y cuando lo hacen faltan a la verdad tal y como se ha puesto de relieve en esta entrada.

    El concepto «carga química» referido a los alimentos reconozco que no sé qué es, supongo que se refierirá a la cantidad de insumos presentes en un alimento dado y que no forman parte propiamente de él. En este sentido creo que nadie puede negar que la probabilidad de encontrar insumos de síntesis en un producto convencional es mayor que la que se pueda encontrar en un producto ecológico. Pero, también al revés, la probabilidad de encontrar insumos «naturales» en los productos ecológicos será mayor que la de encontrarlos en los convencionales. Y estos insumos «naturales» (por ejemplo aquellos derivados del abono con estiercol o de la presencia de hongos que no han podido ser errádicados al no poder usar insumos de síntesis) pueden ser igualmente nocivos que los de síntesis, cada uno eso sí, según su naturaleza. Resulta llamativo, al menos a mí me sorprende qué, por ejemplo, el nivel máximo de tolerancia para micotoxinas y aflatoxinas (un problema recurrenete y que con mayor probabilidad puede darse en la agricultura ecológica) presentes en los productos ecológicos sea el doble que en los productos naturales. ¿Porqué? No lo sé, supongo que por que este tipo de contaminación es más difícil de controlar en este tipo de agricultura… y claro, no nos vamos a quedar sin alimentos ecológicos, hay que comercializarlos de cualquier forma. Pero que esto sea así repercute en la salud de los consumidores que asumen un mayor riesgo de intoxicación por este tipo de toxinas cuendo se opta por comer ecológico. Y el problema no es menor, no son pocas las alertas alimetarias rápidas en la UE motivadas por estas micotoxinas. Sobre si las micotoxinas, la caca del estiercol o los fertilizantes y abonos de síntesis se pueden eliminar con un lavado más o menos intenso, es otro tema en el que no voy a entrar. En cualquier caso, el tema de la seguridad alimentaria habrá que abordarlo en toda sus perspectiva y no sólo tomando como presuntamente nocivos los productos de síntesis. (No puedo por menos que volver a traer a colación el libro de JM. Mulet «Los productos naturales ¡vaya timo!! para ampliar información).

    Si usted tiene Sensibilidad Química Múltiple, cosa que lamento y de la que no pongo en duda su etiología, y ha notado mejoría al dejar de consumir unos determinados alimentos y escoger otros, no puedo más que decirle que me alegro de todo corazón. Si esta mejoría se ha producidopor haber optado por productos ecológicos, que vivan estos, y me alegro sinceramete por usted. Pero ni todo el mundo tiene SQM, ni tampoco usted ha de abstraerse de los posibles riesgos que tienen otros medios de producción agraria. Habida cuenta que no son más nutritivos, que suelen ser más caros y que también comportan riesgos, habrá que sopesar mucho el recomndar abiertamente y para todo el mundo que hay que comer ecológico. De ahí mi mensaje, que ecológico no es sinónimo de guay, ni de natural, ni de inócuo…

    Y sí, sí estoy en contra de las sandeces que se dicen de los productos ecológicos, no de los propios productos. Estoy en contra de los fundamentalistas que creen que no sólo es una mejor y más segura forma de comer sino que además opinan que el sistema de producción ecológica podría ser válido para dar de comer a toda la población del planeta (mejor dicho, a la población del planeta que actualmente come). Es una opción más, se puede, si se quiere, elegir determinados productos ecológicos, un «ahora sí, ahora no» en función de las circunstancias peronales de cada uno, sus posibilidades, sus gustos, su filosofía de vida, etc.

    En cuanto a si los alimentos ecológicos son más ricos o saben mejor, de momento no entro, ya que haré una entrada con este tema… con estudios que a muchos sorprenderán (sí, ya sé lo que volverán a decirme, que si el estudio está «dirigido», que si la ciencia no tiene la última palabra, etc. pero aun así la haré y creo que le gustará)

    Otro tema que roza con el de lo ecológico es el del consumo local o de cercanía y el consumo de temporada… Pero ese es otro tema que abordaré en otra entrada y del que adelanto si que me manifiesto abiertamente a favor.

    Me despido no sin antes agradecerle su tiempo y fidelidad, y con la intención (ruego que me comprenda) de no entrar en mayores debates.

    Un cordial saludo.

    13 septiembre 2012 | 12:29

  21. Dice ser Toni Naranjas

    Realmente SI que hay estudios que demuestran que los alimentos ecológicos son mas nutritivos. Sin ir mas lejos, en la UPV ya han demostrado su mayor contenido en vitamina C. Por otra parte el estudio que cita el articulo se ha realizado solo durante 2 años, y hasta los científicos que lo han realizado lo consideran insuficiente, ya que los efectos de los plaguicidas suelen hacerse notar tras exposiciones regulares muy prolongadas en el tiempo. Cuidado con las noticias y no nos quedemos solo con el titular….

    13 septiembre 2012 | 13:06

  22. Dice ser Toni Naranjas

    Parte del equipo de la UPV que cito en el anterior post acaba de publicar esto: http://vidasana.org/noticias-vidasana/a-quien-beneficia-%E2%80%9Cel-desprestigio%E2%80%9D-los-alimentos-ecologicos.html
    Sacad vuestras propias conclusiones…

    13 septiembre 2012 | 13:24

  23. Dice ser Nacho

    En primer lugar, gracias por su respuesta.
    No voy a entrar a debatir más sobre los temas que Vd. deja de mencionar, especialmente sobre su indirecta ridiculización de las personas que eligen alimentos ecológicos, algo que me ha hecho sentir dolido personalmente. (Pero ese es mi problema, evidentemente.)
    Sobre el tema de la «carga tóxica» sí que le rogaría alguna orientación.
    Creo que, como Vd. mismo, soy una persona que no tiendo a creer a pies juntillas todo lo que leo. (Sobre todo en un mundo en el que la información/desinformación está a oleadas al alcance de un click.) Es por eso que me gusta contrastar afirmaciones e informaciones.
    En concreto sobre el tema de la contaminación química -parte de ella proviniente teóricamente de nuestra alimentación- me gustaría que leyera y opinara Vd. sobre el siguiente artículo, ya que hace afirmaciones bastante preocupantes y dice basarlas en estudios y opiniones de prestigiosos científicos e instituciones.
    El artículo es el siguiente:
    http://carlosdeprada.wordpress.com/toxicos-y-salud/carga-toxica/
    Gracias.

    14 septiembre 2012 | 09:04

  24. Dice ser Bittor Rodriguez

    Estimado Juan, como siempre brllante en tu dialectica.
    Sin embargo me gustaría hacer hincapié en el apartado menos desarrollado de tu exposición: la seguridad de los alimentos ecológicos. en mi opinión, evaluarla en función de las alertas alimentarias producidas no es muy objetivo y me explico. Basta ponerse a buscar artículos sobre fitosanitarios empleados en la agricultura convencional (tanto en la producción y conservación de semillas como en el tratamiento de los cultivos) para ver que los potenciales riesgos (en teoría controlados pero curiosamente casi siempre con el «further studies are needed» por detrás) de los producción convencional ganan por goleada a los asociados a la producción ecológica. Como dietista, profesor de toxicología alimentaria y trabajador que fui en una empresa de biotecnología donde se modificaban genéticamente variedades vegetales, tuve la oportunidad de observar varios comportamientos que me hicieron temer la agricultura convencional. Por ejemplo, muchas variedades vegetales se modifican genéticamente para soportar mayor carga de fitoquímicos y sufrir menos perdidas. Muy pocas especies se modifican para no sufrir plagas y por tanto necesitar menos fitoquímicos. Existen controles ya lo se, pero reconocerás que las crisis siempre aparecen tras el desastre, aunque “todo estuviera bajo control”.
    En este sentido, son muchos los estudios realizados que demuestran una relación directa entre el consumo de vegetales con restos de pesticidas en límites legales que se relacionan por ejemplo, con el cáncer de mama (pubmed= Olea N). Por otra parte, que los pesticidas lleguen en cantidades no peligrosas para la salud se determina para cada substancia aisladamente. Es decir, sabemos que consumimos cantidades de pesticida X, o Y, o XY que, a la larga, a pesar de que se acumulan en nuestro organismo, no parecen peligrosas. Sin embargo, hoy desconocemos si existen efectos combinados de X+Y+XY. Y el caso es que todos los tenemos en sangre. Además, la historia demuestra que en numerosas ocasiones se han prohibido substancias peligrosas tras años de uso (DDT entre muchos ejemplos) y que la industria se caracteriza por primar siempre el rendimiento económico por encima de otros criterios, resultando normal el abuso del empleo de cualquier substancia que resulte beneficiosa en ese aspecto.
    Por otra parte, aunque pudiéramos certificar que no inciden directamente sobre los alimentos producidos, vivimos hoy en un mundo en el que indirectamente, a través del ecosistema, todos los contaminantes (de agricultura e industria) están llegando a la comida. En Urdaibai, tenemos fauna que se ha vuelto hermafrodita por restos de fitoquímicos que actúan como disruptores endocrinos. Mi mujer cuando estaba embarazada y mis hijos hasta los tres años no pudieron comer conmigo en los restaurantes de la costa que nos gusta frecuentar.
    Recordemos que estos contaminantes permanecen en el ecosistema décadas (aun hoy todos tenemos en la sangre restos de pesticidas prohibidos por peligrosos como el DDT, prohibidos como no, tras haberse extendido por todo el globo). Valga como ejemplo los restos de este pesticida que aun hoy persisten en sangre de pobladores del Polo Sur, donde no se cultiva nada y se ingiere prácticamente lo mismo.
    En definitiva, los alimentos ecológicos no son una corriente alternativa, sino una posibilidad real de producción que realmente es menos peligrosa para la salud de la vida en la tierra desde diversos puntos de vista.
    Referencias: Bittor Rodriguez. Toxicologia Alimentaria. Textos universitarios Elhuyar. 2009.

    14 septiembre 2012 | 10:12

  25. el-nutricionista-de-la-general

    Gracias Bittor… como bien sabes estoy en gran medida de acuerdo contigo. No me gustaría que se me tildara de tibieza, o de querer nadar y guardar la ropa la mismo tiempo. Pero como sabes todos los tipos de producción (consideremos así, grosso modo, como los denominados «convencionales», ecológicos y transgénicos) tienen pros y contras. Lo que he pretendido con esta entrada (como en otras) es desvincular el fundamentalismo con el que muchas veces son asumidas cualquiera de estas opciones de lo que dice la ciencia… sin olvidar que «la ciencia» dice muchas cosas (afrotunadamente) y que también afortunadamente conoce pocas verdades absolutas y se va actualizando.

    En relación con los posibles efectos de las distintas sustancias, que aun estando bajo límites legales, podamos encontrar en los productos convencionales también tienes razón, hay mucho por estudiar e investigar. Y aun manteniendo un necesario espírítu crítico constante, conviene no caer presa del conspiracionismo. Saludos y gracias

    14 septiembre 2012 | 19:07

  26. Dice ser jacogo

    Tengo uno de los “Huertos ecológicos para mayores” que el Ayuntamiento de mi ciudad, junto con una escuela de ingeniería Técnica Agrícola privada, pone a nuestra disposición en parcelas de 100 .

    Tenemos prohibido emplear productos “no naturales”, pero también disponemos de la mejor “fauna natural” de bichitos que disfrutan mas que nosotros de nuestras plantaciones. Llevo seis años con el asunto y los ”productos ecológicos” que nos facilitan para combatirlos tienen escaso efecto.

    Leo proclamas a favor y en contra de la agricultura ecológica. Todo tiene sy pro y su contra. De mi experiencia y formación académica he terminado aprendiendo que:

    Los tomates “comerciales” y otras hortalizas “que no saben a nada”… no han madurado en la mata. Pero si se recolectan maduros… solo sirven para salsa o gazpacho

    El peor enemigo de las abejas no son los insecticidas, sino los hongos entomopatógenos “naturales”

    Los abonos naturales (estiércol) hace aumentar la concentración de nitratos y nitritos en las aguas subterráneas (los estercoleros de las granjas tienen que ser “impermeables, para evitar filtraciones)

    Cualquier animal criado en una explotación moderna … crece mas deprisa y produce mas por ser de “razas seleccionadas” (puede que de un millón de gallinas se seleccione no mas de una por sus características morfológicas Y eso es tan natural como la evolución de las especies) y tener una alimentación “mas completa”. Las hormonas ya son “alarmas sociales” históricas y los antibióticos están “mas que controlados” (hay un tiempo próximo al sacrificio en que se administra “pienso blanco” ).

    17 septiembre 2012 | 01:52

  27. Dice ser jose

    Respuesta de María Dolores Raigón, de la Junta Directiva de SEAE (Sociedad Española de Agricultura Ecológica): http://www.vidasana.org/noticias-vidasana/a-quien-beneficia-%E2%80%9Cel-desprestigio%E2%80%9D-los-alimentos-ecologicos.html

    17 septiembre 2012 | 11:29

  28. Dice ser Lucía

    Si tu opinión sobre los alimentos ecológicos está basada en el reciente artículo «científico» que ha salido en varios medios, lo siento pero creo que tiene muy poco rigor.

    http://www.ecoticias.com/alimentos/70348/beneficia-desprestigio-alimentos-ecologicos

    18 septiembre 2012 | 12:32

  29. Dice ser Lucia

    Yo sobre este tema tengo sentimientos encontrados, la verdad es que nunca acabo de ver clara una cosa ni otra, ni creo que comerlo todo «pasado» por pesticidas y demás productos sea tan inocuo como nos venden, ni que la única manera de comer saludable es que sea todo eco…
    Escuche lo que comentaste al respecto en la radio, en No es un día cualquiera y con la conclusión que aportaste si que estoy de aqcuerdo al 100%: proximidad y temporada.

    18 septiembre 2012 | 16:39

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