RAÚL RIOJA
No hay nada como una buena motivación para el rendimiento de un jugador. Y si no, que se lo digan a Serge Ibaka, que en su primer partido ante su exequipo, los Oklahoma City Thunder, ofreció un auténtico recital en la victoria de los Magic.
El hispano-congoleño jugó quizás su mejor partido desde que está en la NBA y firmó 31 puntos (13 de 19 en tiro), 9 rebotes y 4 tapones ante el que fue su público durante cuatro años.
Los Thunder decidieron prescindir este verano de Ibaka y lo traspasaron a Orlando a cambio de Oladipo ante el evidente estancamiento que el ala-pívot estaba sufriendo en Oklahoma, y el cambio de momento parece que le ha venido bien, lejos de jugadores como Russell Westbrook y Kevin Durant.
La actuación de Serge Ibaka tuvo dos momentos cumpres. Primero, dos espectaculares tapones seguidos a Steven Adams hicieron que el hispano-congoleño reivindicara su figura con el pulgar hacia abajo. Después, anotó la canasta que dio la victoria a su equipo. Ayer, fue un hombre feliz.