Llevo mucho tiempo sin contarles nada y no sabía cómo retomar el asunto. En estos meses no ha habido ocasión de escribir, pero sí de seguir con los ojos muy abiertos y por el camino, de enamorarme de algunos objetos. Son cosas sin las que puedo vivir (a los hechos me remito), pero cosas que no me importaría nada que formaran parte de mi vida. Quiero decir, primero va la familia, la salud, el amor y todo eso, pero justo después irían estos 5 objetos. Si en breve tienen que hacer un regalo o van a hacérselo a ustedes mismos, aquí les van unas ideas.
El tocadiscos vertical: Ya les conté que yo soy muy de vinilos. Este invento salió de un proceso de crowdfunding, pero ya está en venta abierta (con un tiempecito de espera). Los chicos de Gramovox han creado el tocadiscos “bonito” definitivo. Me refiero a que sin haberlo oído, ya estoy seguro de que no tendrá la mejor calidad de sonido, pero creo que este aparato en una habitación lo cambia todo. Tiene unos pequeños altavoces, por si se quiere usar sin unos exteriores. Lo tienen aquí por unos 400 dólares, a los que luego les tendrán que sumar otros 150 por el envío y creo que aún puede quedar pendiente algo de impuestos y aduanas. Pues eso, un capricho.
El acuario de medusas: No se me dan bien los acuarios. He tenido peces en varios momentos de mi existencia y la esperanza de vida de Nemo en mi casa, es la misma que tendría en una pecera infestada de pirañas. Aún así, cada vez que veo uno de estos acuarios, vuelvo a tener la tentación. El de la foto, de 23 litros, lo venden aquí por unas 300 libras esterlinas. Supongo que el transporte será una locura de caro y luego hay que comprar las medusas, que por lo visto son más frágiles que mis difuntos peces payaso. Pero tiene un mando a distancia para que usted decida de qué color quiere que se vea y eso es la bomba. Ahora en serio, si se les dan tan mal los animales como a mí, solo sigan mirando la foto y no se lo compren.
La bicicleta que más mola del mundo: A lo mejor he exagerado un pelín, pero miren la foto de abajo. Ya les hablé de las bicis fixie aquí y de lo bonita que es la sencillez. Seguramente no son las más prácticas del mundo, pero la obra de arte que han creado los estonios de Viks es una cosa tan espectacular, que aunque uno no supiera andar en bici, valdría la pena tenerla para exhibirla en el salón. Si les sobran unos 1.600€ y quieren ganar un amigo para siempre, les paso mi dirección.
La bombilla mágica: A Tesla le habría encantado inventar algo así. Una bombilla que levita sobre una plataforma por magnetismo y que recibe electricidad por el aire. Nunca pensé que en toda mi vida fuera a escribir una frase así. El caso es que lo suecos de FLYTE las venden por algo menos de 400 dólares, ya puestas en España. Les diría que un niño tiene que alucinar viéndolas funcionar, pero a veces para ellos todo es más natural que para los adultos. En mi caso, creo que me quedaría hipnotizado.
Un casco para tener, aunque no tengas moto: Los cascos de moto caducan. Tienen una vida útil de entre 5 y 8 años, así que no se compren este Bell Bullit si no tienen moto o no la piensan tener en breve, a no ser que lo quieran como elemento decorativo, que no es mala idea. Perfecto para ir en una cafe racer o en cualquier moto clásica. Lo de que la pantalla sea tipo bubble o no, ya es accesorio. Les dejo dos colores, para que escojan el que les haga juego con la moto o con el sofá. Serán unos 500€.
Lo dicho, el dinero no les dará la felicidad, pero bueno, ya saben…, un poquito ayuda.
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