El calor, la pasión y un ‘conejeo rápido‘ (perdón por la expresión pero no he podido resistirme) invadieron los cuatro costados de un edificio de oficinas de la localidad neozelandesa de Christchurch. Uno de los responsables de la aseguradora Marsh Ltd. y una bella empleada se quedaron más allá de la hora de cierre jugando a los médicos. ¡¡¡50 sombras de Grey en versión kiwi!!!
Como obnubilados por el deseo, a los tortolitos no les importó que en el inmueble hubiera más luz que en el Santiago Bernabéu un día de derbi, y dieron rienda suelta a sus más bajos instintos creyendo que nadie se iba a enterar de su affaire. ¡¡¡Almas de cántaro!!! Los enamorados no se percataron o sí (quién sabe, quizás les pone que les observen) que el amplio despacho está justo en frente de un concurrido pub de la zona. Sesión porno gratis por una pinta le faltó poner al dueño del local.