«Si no votan por mi partido recibirán una descarga eléctrica»

Hay algunos políticos que están dispuestos a todo con tal de conseguir el preciado voto. Pero lo del reconocido congresista indio Ajit Jogi se ha pasado un poquito de castaño oscuro. Según ha denunciado una formación rival, el señor Jogi supuestamente dijo a los asistentes a un mitin, que si al seleccionar un partido presionaban un botón que no fuera el del Congreso Nacional Indio (su bando) recibirían una descarga eléctrica. Para qué andarse con medias tintas cuando se puede hacer un pucherazo a lo grande.

El político indio Ajit Jogi (Foto: economictimes)

El político indio Ajit Jogi (Foto: Economictimes)

Según apunta un medio local, esta supuesta amenaza ha sido duramente criticada por Bharatiya Janata (Partido Popular Indio). En una demanda, presentada por esta coalición ante la Junta Electoral del estado de Chhattisgarh, se explica que Jogi repitió varias veces durante su discurso que el único botón válido era el del Congreso Nacional. Si se pulsaba otro, la electricidad recorrería a sus anchas el cuerpo del elector. ¿No hubiera sido mejor un adorno para la casa o un bonito traje tribal para los festivos? Me imagino que buscaba la efectividad al cien por cien y así era imposible fallar.

Las declaraciones de esta suerte de ‘Berlusconi indio’ han generado una sensación de miedo entre los votantes que no saben lo qué va a suceder cuando presionen el botón el día de las elecciones, fijadas para el 19 de noviembre.

Por el momento, la Junta no ha tomado una decisión en firme, tiene que seguir investigando. Lo normal sería que prohibieran a Jogi presentarse a la segunda vuelta, pero parece que en India también van muy lentas este tipo de resoluciones. ¡Vaya novedad!

9 comentarios

  1. Dice ser Daniele

    Pues aquí pasa lo mismo con la Botella casi, pero al revés. Aquí la votan y encima reciben… jajajajja

    18 noviembre 2013 | 12:16

  2. Dice ser Mi pene

    Aquí da igual lo que votes, el calambrazo está asegurado

    18 noviembre 2013 | 13:29

  3. Dice ser Sicoloco del casting de Foolyou

    Este hombre es muy tonto en la India y en la China.esto se hace como se hizo en Madrid: Se propone a un candidato maravilloso para que le voten y cuando salga elegido dimite y entonces se pone el indio feo y malo este,igual que pasó con la Botella en Madrid ¿te gusta nuestro candidato?¿si? pues dos botellas de regalo por votarlo.

    18 noviembre 2013 | 13:45

  4. Dice ser Electricista

    Que pulsen el botón con un palo, por si acaso

    18 noviembre 2013 | 13:47

  5. Dice ser Daniel L.

    por lo visto hay países con elecciones casi tan corruptas como aquí, donde solo se elige el grupo de amiguetes que se pone al frente de la dictadura.
    lo mejor es no votar, aunque te dé calambre.
    abstención activa.

    18 noviembre 2013 | 14:46

  6. Dice ser gadafi bético

    Se parece a Felipe González con el pelo teñido de negro (excepto en las patillas).

    18 noviembre 2013 | 16:18

  7. Dice ser MARTA

    Me suena que alguna actriz porno ofrecía una felación o similar si la votaban??
    http://xurl.es/f1esx

    18 noviembre 2013 | 17:07

  8. Dice ser Sicoloco del casting de Foolyou

    «Marta» si una política me mama la voto.

    18 noviembre 2013 | 17:20

  9. «Aunque estoy convencida de que hay millones de españoles que saben con certeza que no son de UPyD, no me sorprendería que, como ha dicho Rosa Díez, hubiera otros tantos millones que no supieran que lo son o si lo son o no lo son. Lo realmente sorprendente sería que lo supieran, porque, desde luego, entender algo de lo que UPyD propone (o no) entraña grandes dificultades. Imagino que sus electores y militantes deben estar acostumbrados a internarse en tortuosas investigaciones a fin de extraer alguna conclusión sobre la posición política propia que les deje dormir tranquilos. Ser o no ser.

    Yo misma, quizá en algún momento en que he sido, inconscientemente, de UPyD, me he dedicado a dilucidar algunas de sus propuestas. Por ejemplo, en uno de sus últimos juegos de prestidigitación, UPyD decidió rechazar el Pacto anti-ley Wert por tratarse de una declaración de intenciones que no podía realizarse en el presente (¿), y porque el acuerdo en el desacuerdo no era un acuerdo que pudiera superar sus desacuerdos con los nacionalistas (periféricos, se entiende, porque ya se sabe que hay un nacionalismo malo y otro bueno, y el periférico es de los malos). Yo deduje entonces que su desacuerdo con los nacionalistas era mucho mayor que su desacuerdo con la contrarreforma educativa del PP, pero nunca he podido confirmarlo. También creí vislumbrar esta cercanía con el PP cuando UPyD afirmó que el copago sanitario no le parecía una mala idea. Lo sé. Que no sea una mala idea, no significa que sea buena. Sin duda, estos enigmas forman parte de ese deporte de riesgo en el que consiste ser de UPyD sin saberlo. Y, acaso, ¿no fueron los magentas los que, junto con CIU y el PP, evitaron que se revisaran los beneficios fiscales de los que disfruta la Iglesia? Nunca me quedó claro porqué. Yo estaba convencida de que, como dice Rosa Díez, las viejas instituciones están en crisis y han de ser superadas, pero la Iglesia no debe ser tan vieja.

    Y lo peor de todo es que a esto ya debería estar acostumbrada porque han sido muchas las ocasiones en las que Rosa Díez ha declarado que su partido no era de derechas, ni de izquierdas, e, incluso, ha llegado a añadir que tampoco era socialdemócrata, aunque ella sí que lo era. Por lo visto, la pareja de baile no es lo que importa, sino la música que se baila, que, en este caso, es la de la política y la regeneración democrática (¿). Esto no he llegado a entenderlo en ningún momento, ni siquiera por aproximación.

    Lamentablemente, me pasó lo mismo hace unos meses cuando intenté buscar una respuesta clara entre los diputados de UPyD a la cuestión del aborto, la violencia de género, o la “fiesta” de los toros. Bien es verdad que Toni Cantó no ayuda, si de claridad se trata, pero hay que reconocer que introduce elementos de performance que refuerzan y adornan el (no)discurso pretendidamente postmoderno del ignoto universo de UPyD. Ahí está su granito de arena, y no es poco.

    Y, bueno, reconozco que me dejó estupefacta otra de las líneas abiertas (abrir se les da bastante mejor que cerrar, eso sí) por el partido “magenta”. UPyD propuso penalizar el negacionismo de los delitos de ETA y de los del franquismo pero se abstuvo en todas las votaciones en las que se planteó la investigación de estos últimos. Y eso que lo tenía bien fácil porque es algo que ha exigido Amnistía Internacional, la Asociación Española para el Derecho Internacional o la Plataforma por la Comisión de la Verdad, integrada por más de cincuenta asociaciones, además de un buen número de partidos políticos en diferentes sedes. Yo, ingenua, siempre pensé que era difícil o, cuando menos, ilegítimo, penalizar la negación de lo que no se conocía, pero seguramente he pecado de exceso de racionalismo. ¿Por qué sería que UPyD se negó a apoyar que nuestro significado 18 de julio figurase como día de condena al franquismo? Soy un mar de dudas.

    En fin, ya es sabido que hay discursos construidos para no ser entendidos, discursos fragmentados en los que se renuncia de forma “total” a una visión “total”. El de UPyD debe ser uno de esos. El problema es que así como en arte o, incluso, en filosofía, estos discursos han sido deconstructivos y críticos, en política suelen orientarse a generar adhesiones impulsivas de corte populista. ¿Lo sabrán (consciente o inconscientemente) los de UPyD?

    Como bien sabe Rosa Díez, y no cesa de repetir, en un momento como éste, en el que la descomposición del bipartidismo es evidente, ser minoría parlamentaria puede ofrecer una ventaja estratégica indudable, pero quizá olvida que formar parte de una minoría o de una mayoría no dice nada de la legitimidad de una propuesta. La legitimidad no es cosa de números, sino de argumentos, y para ser legítimos, los argumentos, además de ser comprensibles y razonables, tienen que ser buenos. Basar la legitimidad de un programa en el simple hecho de no ser PPSOE es radicalmente absurdo, especialmente, si hablamos de un programa ambiguo orientado a la desesperada captación de votos. Siempre es bienvenido que se nos señalen los errores cometidos por los partidos históricos, pero esto no exime a nadie de la necesidad de demostrar que su programa es mejor.

    Lo cierto es que estos partidos “atrapalotodo”, ‘desideologizados’ y pragmáticos han existido siempre, y no tienen nada de novedosos. De hecho, es esta forma de hacer política la que resulta caduca por completo, y es esta misma la que ha contribuido, además, a ese deterioro de las instituciones al que tantas veces alude UPyD. La tesis del “fin de las ideologías”, vulgarizada en su momento por ese gran “humanista” llamado Fukujama, no sólo no fue nunca empíricamente contrastada, un auténtico error histórico, sino que pretendió ser la simple sustitución de una ideología por otra, abiertamente más retrógrada y conservadora. Conviene tenerlo en cuenta».

    por María Eugenia R. Palop
    28/07/2013

    18 noviembre 2013 | 21:06

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