Llegan los DADSTERS, padres que molan (o lo intentan)

Desde que tengo uso de la razón, ¡perdón! quería decir del marketing, siempre había querido acuñar un concepto aplicable a parte de la humanidad. Algo que me sobreviviera. Me echaba a rabiar cuando leía que alguien se había inventado a los metrosexuales, los ubersexuales, los lumbersexuales, las MILFs, los hipsters y los normcores. Con los fofisanos no me sobrevino esta envidia, pero en los demás casos, no podía evitar pensar en por qué no se me habían ocurrido a mí.

Hoy por fin he alumbrado a mi criatura. Les presento a los DADSTERS. El palabro obviamente juega con «dad» y «hipster», y sirve para definir a padres con cierto complejo de Peter Pan, de entre 30 y 40 y tantos años, que siguen vistiendo como cuando tenían 20, y que tienen hijos de entre 0 y 15 años. Ellos intentan acercar a sus hijos a sus gustos, no sólo estéticos, sino también musicales, de cultura pop y de hábitos de ocio. El concepto pasa porque un tipo que no quiere hacerse mayor, pero que ha decidido que está bien tener hijos, decide agarrarse a la juventud a la vez que intenta arrastrar a sus hijos a su terreno.

David Beckham ya fue el primer metrosexual. ¿Por qué no iba a ser el primer dadster? Lo de su hijo, un poco sin comentarios.

Un dadster de 40, iría paseando con su hijo de 7 por Malasaña, después de haber asistido a un concierto de rock para niños. Los dos con pitillos y zapatillas molonas. El chaval podría llevar una camiseta de Nirvana (seguramente comprada en Zara) y el padre una de The Black Keys (es importante que la camiseta del hijo sea de un grupo más antiguo que el de la camiseta del padre). Van de camino a La Bicicleta para que el padre se tome una cerveza artesana y el niño un vaso de agua. Luego comerán en el Zombie una hamburguesa premium. De postre un polo artesano en Lolo. Más tarde, al cine a ver la última de la Marvel.

Ben Affleck no lía a sus hijas para que se pongan una camiseta de Metallica, sino que se pone él la de un personaje de Harry Potter

Ojo, que así contado este padre les puede sonar a cretino integral, pero no se crean. Tampoco tiene problema en escucharse el Cantajuegos con su hija más pequeña, es más, cree que «Cantajuegos 1» es un discazo lleno de hits, pero que les ha pasado como a la mayoría de grupos y a partir del segundo álbum se echaron a perder. Aun así, cuando pone en casa a The Killers y sus chavales los reconocen y se ponen a bailar, la lagrimilla le asoma.

Chris, Moses y Apple Martin de postureo

Pensarán que el dadsterismo tiene mucho de postureo, pero también lleva implícita una declaración de intenciones. El dadster opina que tiene que aprovechar los años de infancia de sus hijos para ser su «colega» y para intentar dejarles cierta herencia en sus gustos, porque está convencido de que cuando se conviertan en quinceañeros ya le tocará ser padre full time y de que ellos opinarán que los gustos de papá apestan.

Pues eso, si dentro de unas semanas vuelven a oír hablar de los dadsters, recuerden con una sonrisa que la primera vez lo leyeron aquí.

La barba hipster pega con los dadsters, pero a Orlando Bloom, que va debajo de esa máscara, se le ha ido un poco de las manos el tema

PD1: Por el mismo precio, me podría haber inventado el nombre de «mumsters» para el equivalente femenino, pero lo cierto es que el palabro suena un poco raro y parecería que hablamos de señoras «monstrencas».

PD2: Si quieren un blog que hable en serio de la maternidad (y de la paternidad) entren en Madre Reciente de mi amiga Melisa, que ahí sí que hay cosas que aprender.

PD3: Más Coolture Club aquí y en Facebook, Twitter e Instagram.

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