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Una española perdida en… Penzance

Bueno, Stuttgart no ha estado mal y hay que reconocer que Andrés se ha portado genial con nosotros. El problema (bendito problema) es que como cada lunes montamos en Aerolíneas Bec y damos un salto en el mapa dinámico que hay sobre estas líneas.

Afinad vuestro inglés, porque os va a hacer falta cuando lleguemos a… ¡¡PENZANCE!! Estamos en Inglaterra, un lugar que, sorprendentemente, aún no habíamos visitado.

En el avión pondremos El Cristo de los faroles, de Antonio Molina. ¡Ah, no os lo he dicho! Allí nos espera Ali.

1) Nombre

Alicia.

2) Edad

44 años.

3) En España vivía…

En Madrid, aunque de 2001 a 2003 estuve en Fuengirola, Málaga.

4) Ahora vivo…

En Penzance (Cornwall, en el Reino Unido).

5) Me mudé…

En 2005.

6) ¿Por qué me fui?

¡¡¡POR AMOR!!!.

1) De España añoro…

Además de la familia, las alcachofas y las almejas.

2) En España no tenía y ahora sí…

Mmm… muchas cosas: más intimidad y calma, un trabajo más flexible, la gente es muy respetuosa…

3) De Penzance no me gusta…

Que la época de turismo es demasiado larga.

4) Recomiendo que visitéis…

Hay un montón de puntos históricos: St. Michael’s Mount, las ruinas de Camelot (Tintagel), Land’s End… hay también muchos círculos de piedras celtas.

5) La mejor comida de Penzance es…

Cornish pasty, cornish tea cakes, saffron cakes, roast lamb…

Y ya estamos en Reino Unido… Os dejo con Ali, que es un encanto. Sé que os apetece conocer la zona, pero hoy prefiero hacer un post más sui géneris para que conozcáis también su historia.

Hay de todo

«No echo de menos nada salvo las alcachofas y las almejas (por supuesto que a mi hijo también, jeje, pero viene de vacaciones de vez en cuando).

Lo demás se encuentra todo… bueno, el jamón tiene que ser italiano, que no es tan bueno, pero sirve.

Supongo que casi en cualquier lugar del mundo es lo mismo; hay mucha gente de fuera en todas partes y los productos se venden allá donde haya gente para comprarlos.

Los productos españoles, aunque aquí somo muy pocos, son muy populares, así que no nos falta de ná (bueno, salvo almejas y alcachofas, como te he dicho).

En el fin de la tierra

Vivo literalmente en el fin de la tierra (Land’s End está a unos kilómetros) y soy la única traductora española de toda la comarca. Hay, que yo sepa, dos o tres españoles más por aquí, pero no los conozco.

La verdad que estoy más inglesa que española. Y aquí no sólo no se come mal, sino que se come fenomenal. Lo que pasa es que cuando la gente viene de fuera no sabe qué es lo que se come en las casas. Y la comida no es básicamente tan diferente a la española, es algo distinta, nada más.

Cosas que ver

Mucha gente se acordará de la serie Poldark. Se rodó aquí, porque es aquí donde se desarrolla la novela. Mucha gente del pueblo hizo de extra. Esto fue a finales de lo 70 o principios de los 80. Fue muy popular en España.

Para visitar, está bastante bien el Eden Project, es como un museo de las ciencias y la Tate Gallery en St. Ives. Todo ello está en un radio de unos 100 kilómetros.

Además, aquí tenemos gente todo el año (Cornwall es el equivalente a Andalucía)».

Cómo acabé en Penzance

«En 1983 vine por casualidad a Penzance (Cornwall, UK). Pensaba pasar un mes en Londres, pero un amigo que coincidió allí conmigo me convenció para venir con ellos. Aquí conocí a un chico de ojos azul oscuro y me enamoré como una loca. Tenía 17 años y él 19.

Volví a Madrid, nos escribimos cada mes (las cartas tardaban eso entonces) y volví a verle en Semana Santa. Mis padres me dejaron venir porque el viaje de fin de curso (adelantado) era a Londres, que si no, no me dejan.

Durante el resto del curso lo dejamos porque pensé que nunca me dejarían venir a estudiar aquí (hay que ponerse en la mentalidad de entonces).

Ese verano conocí a otro chico en Madrid, me quedé embarazada (aiiiisssss) y me casé. Seguía en contacto con Mike por carta, pero como amigos. Me divorcié enseguida (se veía venir, claro) y seguí escribiendo a Mike, sin pensar en nada más; tenía un bebé que cuidar yo sola, el trabajo, etc.

En el 93 (mi hijo tenía ya 8 años) decidí venir una semana a verle. Fue como si no hubiera pasado ni un día. Tres meses después se vino a vivir a Madrid. La cosa no funcionó, porque mi hermana vivía con nosotros (mal rollo) y ella y mi madre se empezaron a meter por medio; por ejemplo, no le dejaban recoger a mi hijo del colegio, etc.

Nos lo pusieron muy difícil y yo acabé muy estresada. Además tenía un trabajo de secretaria ejecutiva que no me dejaba tiempo para poner mi mente en calma.

Decidimos dejarlo hasta que fuera una mejor oportunidad. Que no llegó hasta 2005, cuando me vine definitivamente. Dejé a mi hijo ya hecho un hombre, con curro y ya no había marcha atrás. Nos casamos en 2006 y somos, probablemente, la pareja más feliz del mundo mundial. De verdad. La pena es que con todo aquello no pudimos tener más hijos y ahora es un poco tarde».

¡¡Nos vamos pitando!! El próximo lunes, más.

Las fotos del post son propiedad de Ali, que amablemente me las cedió para que las usara. Ya sabéis que si vosotros también sois españoles expatriados podéis escribirme a elblogdelbecario@gmail.com y os cuento cómo funciona esta sección.

PD: Si estáis fuera… ya sabéis 🙂

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