En los últimos días sólo oigo hablar de los abdominales de Aznar. Opiniones hay para todos los gustos: que si no tiene edad para lucir palmito de esa forma, que si mira qué bien que siga cuidando su cuerpo, que si eso es vigorexia, que si es un madurito más que interesante…

Yo, sinceramente, lecturas políticas no hago, pero creo que tiene mucho mérito. Aznar tiene más de 50 años y está más fibroso que cuando tenía 20, lo cual quiere decir que sigue haciendo deporte (y ya no es sólo pádel).

El ex presidente que vimos en las playas de Italia tiene poco que ver con el muchachito que se bañaba en Oropesa hace unos años. Parece su primo de Zumosol, más bien.

Y no sólo eso. Aznar no sólo se gana la partida a sí mismo, sino que también está más en forma que los políticos europeos de su quinta. No hay más que ver el torso desnudo de Nicolas Sarkozy (ni usando Photoshop), el de Tony Blair (que nunca tuvo un cuerpo de infarto) o el de Vladimir Putin (el gran vaquero).

Sólo Barack Obama (más joven que Aznar) tiene un cuerpo tan trabajado. Cruzando el charco, si comparamos los abdominales de Aznar con los de Bill Clinton (la foto que os enseño es de 1993) o Vicente Fox (foto de 2003), comprobaremos que, efectivamente, lo del político español tiene muchísimo mérito.

No debemos olvidar que es abuelo, que podía dedicarse a cuidar de sus nietos, a leer, a cuidar su jardín… y no, sigue con una rutina de ejercicio envidiable sin perdonar ni un entrenamiento.

Vale… es verdad que tiene mucho tiempo libre y por eso lo puede dedicar a cultivar su cuerpo. Pero hombre, es que gana la batalla al resto de políticos (europeos y americanos), se gana la batalla a sí mismo y gana la batalla al pasado.

¿O me vais a decir que Fraga parecía un yogurín en Palomares? Nada, nada, que yo me la jugaría y apuntaría a Aznar para los Juegos Olímpicos de 2016 (por si son en Madrid, fundamentalmente) y, si no lo veis claro, haría una competición entre presidentes y ex presidentes (unos Juegos Presiolímpicos), porque seguro que nos la llevábamos de calle.

PD: De lecturas políticas paso, yo sólo hablo de torsos.

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