Agotadora y emocionantísima gala de anoche. Fue casi como un partido de fútbol, de esos que nuestro equipo gana a última hora. A lo épico.
Iván y Virginia se jugaban su paso a la final. Y los virginianos estábamos de los nervios. Iván cantó muy bien su primera canción y Virginia… bueno, pudo haber estado mejor. Incluso el mismísimo Risto animó a la audiencia a votar por Iván. Tuvimos miedo.
Los otros concursantes anoche estuvieron de relleno. Mimi volvió a demostrar que es una pésima cantante, aburrida y desafinada. Sandra -ataviada con un corsé imposible- perpetró una mala imitación de Mónica Naranjo.
¿Y los chicos? Mejor. Aunque Pablo -que para mí es un Juan Camus afinado- me volvió a aburrir, lo mismo que Chipper (a quien soy incapaz de valorar objetivamente después de su salida del tiesto). Todo lo contrario que Manu, a quien creo que anoche se le juzgó injustamente por su interpretación de la versión de ‘Light my fire’ de José Feliciano. Yo creo que estuvo muy bien.
La de ayer fue una gala con olor a grandes ocasiones: los profesores sentados en un sofá junto a los concursantes, el foso del público tomado por fans de Iván que no dejaban de corear su nombre y claros intentos por parte de algunos miembros del jurado por hacer de Iván finalista (tanto Noemí Galera como el señor calvo de Cadena 100 insistieron en las ‘razones emocionales’ para votar por Virginia: no contaban con nuestra astucia).
Sin duda, lo mejor de la gala antes de las votaciones fueron las palabras de Risto a Chipper a propósito de su ataque de soberbia de la semana pasada. De esa escenificación suya de la tristeza por lo injusto del voto de la audiencia (el nuestro) y la permanencia de Virginia en el concurso. ENORME RISTO. GOLAZO:
No sabía que te pagaran por opinar de tus compañeros. Si no te gusta la mecánica de este concurso, te puedes ir. Y si tanto respetas la música, empieza por respetar a tus compañeros.
¡Y llegaron los resultados!
¡Virginia finalista por un 56% de los votos!
Iván se fue. No sin antes representar de una manera muy clara en el escenario su distancia con Manu y Virginia, a quienes dio un frio abrazo, y su comunión absoluta con los otros finalistas que quedan, a quienes se unió en una melée. ¡Y nos pidió que hiciéramos a Pablo ganador! Jajajaja. ¡Ah, y que nadie insulte a los contrincantes de su favorito! Muy bien, Iván. Qué pena que después se pasara todo el chat posterior (del que fue protagonista) despotricando contra Virginia e intentando ‘desenmascararla’. Elegantísimo. Tanto como sus finísimas confesiones («una vez le metí el dedo a una» ¡OUPS!)
Ya tenemos a los seis finalistas del OT de este año, y cada semana los iremos viendo desfilar fuera de la Academia, de uno en uno, a los que menos votos reciban de la audiencia. Lo más interesante ahora no es saber quién ganará el concurso, sino cuántos cruzarán la puerta antes de Virginia. Mimi, Sandra, Pablo y Chipper lo saben. Veremos cómo intentan ganarse nuestra simpatía esta semana.
¿Un concurso de cantantes? OT es mucho más. Por eso nos engancha tanto, admitámoslo.
(Estoy agotada, pero mereció la pena. Anoche lo pasamos MUY bien).
MUA