Tres historias de amor increíbles (II)

Leyendo la prensa inglesa me encontré con un vídeo la mar de gracioso. Un perrito que jugaba con un cervatillo, como si de Bambi y Toby se trataran. Se ve que ha aflorado en mí la vena sensible y, después de historias como la de la actriz porno que agredió a su marido porque lavaba mal, me he puesto romántico.

Vale, no sabemos si están jugando, cortejándose o entablando una bonita amistad, pero el vídeo me ha gustado. Será porque tengo debilidad con los amores animales, digo yo.

No en vano, aún recuerdo como si fuera ayer esa relación de amor/amistad entre el macaco y la paloma. Un macaco de doce semanas fue abandonado por su madre en la provincia china de Goangdong y entabló una preciosa amistad con una paloma.

Como siempre os digo, no sabemos cómo acabó la historia. A lo peor tuvieron que repartirse el alpiste y pagarse una pensión… pero tampoco vamos a ser aguafiestas.

¿O me vais a negar que el vídeo de las dos nutrias que nadaban cogidas de la mano en el acuario de Vancouver es genial?

El vídeo lleva ya 12.800.000 visitas en YouTube (poca cosa, vamos). Si alguien vive en Vancouver y ha visto a Nyack y Milo en el acuario, que me cuente cómo les va. Me pica la curiosidad.

PD: Me he notado un pelín pasteloso hoy. ¿Me estaré enamorando?

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