Archivo de julio, 2016

Para qué volver, ‘Hable con ellas’

img_jsilvestre_20160715-130751_imagenes_lv_terceros_cnzfq19wgaa_wbs-kvHI-U403236108996wKD-992x558@LaVanguardia-Web13731967_530809910437627_8483554958488717495_oUno de los programas Guadiana (que aparece y desaparece) por excelencia regresa con la canícula estival. Hable con ellas se vuelve a asomar a la parrilla de Telecinco, esta vez en horario prime time los domingos, y conservando a solo dos de sus conductoras respecto a ediciones anteriores: la todo terreno Sandra Barneda y la inocua Rocío Carrasco.

Para su reestreno, el programa ha incorporado a una cara del corazón en pleno candelero: la modelo Alba Carrillo, de moda catódica por su separación-culebrón del tenista Feliciano López. E incorpora a un personaje que popularizó Jordi González en su etapa al frente de TNT (2006), Soledad León de Salazar, una dama pija interpretada por el actor Josep Ferré. Completa el soso quinteto Mónica Martínez, presentadora de Adán y Eva (Cuatro).

De los tres platos fuertes que nos pusieron en bandeja en su retorno, dos de ellos eran entrevistas con dos de sus conductoras, las más faranduleras: Alba Carrillo por despechada y Rocío Carrasco por estar a punto de pasar por el altar.

La primera se abrió en canal a las preguntas de sus compañeras y acabó a lágrima viva.

La segunda no soltó prenda y se limitó a escaquearse y salir por la tangente del tibio cuestionario de Barneda y compañía, que parecían temerla. El tercer momento estelar era la visita de Lara Álvarez, recién regresada de Honduras tras finalizar el reality Supervivientes. Y no lo explotaron lo suficiente relegándolo al final del primer programa.

No hay salsa en el elenco de presentadores, y tampoco espíritu ni incisivo ni gamberro que sí daba Yolanda Ramos. Por lo que el programa se queda en algo descafeinado que produce somnolencia y todo lo contrario al morbo al que nos tiene acostumbrados Telecinco, sobre todo por las noches.

Que opten por un formato y un estilo más comedido para tratar temas del corazón o de actualidad sería una buena noticia para limpiar la maltrecha imagen del canal, pero deberían no convertirlo en un despropósito.

Tan malo es pasarse de frenada como quedarse corto. Y auguro que Hable con ellas se ha quedado sin gasolina tan solo arrancar. Para este viaje no hacía falta resucitar al muerto.

 

Famosos al tajo

CnPjLKQWAAAHUyrLos famosos se ponen el traje de faena en Trabajo temporal, el nuevo programa del late night de TVE. Pero puntualicemos: lo hacen, más bien, de cara a la galería. Ya hemos visto a un par de famosos dando el callo: al presentador Carlos Sobera y a la polifacética Ana Obregón. Para darle más morbo al asunto, los trabajos escogidos son de los de doblar el lomo. Sobera se mete a carretillero y Obregón a limpiadora de un hotel de lujo, de los que ella frecuenta como clienta VIP.

De momento, el producto se queda más bien en un intento de que lleguemos a empatizar con los famosos metidos a currantes. De entrada, los jefes que les reciben en sus puestos de trabajo temporales, y sus compañeros, son todo bondad y amabilidad. Cualquiera diría que hay una cámara de por medio.

Las introducciones en las respectivas empresas  y tareas van acompañadas de una selección musical bien escogida y con gusto, que dulcifica en exceso la situación e incluso la llega a banalizar. La banda sonora de los curritos cuando entran a limpiar o a descargar camiones a las cinco o las seis de la mañana se parece poco a una canción de Maroon 5. Y el trabajo duro tiene poco de publirreportaje, tono que sí le podemos perdonar a otros programas de la cadena, del estilo, y al menos algo más educativos, como por ejemplo Fabricando made in Spain. 

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Sobera explora en su día de mozo de almacén su vis cómica con cierta gracia, pero a Obregón, la sobre actuación la traiciona. Sus imágenes, con música de fondo, riendo con su compañera de turno mientras extiende unas sábanas en una de las habitaciones del hotel o lanzándole almohadas en plan ‘amiguitas’ rozan el ridículo. Otros de sus comentarios fueron: «Os desriñonáis aquí», «yo alucino» o «no veas cómo han dejado la cama, la gente es un poco guarrita».

Sorprende que TVE ponga a famosos a limpiar, planchar, lavar, aspirar, ordeñar o patrullar sin ningún objetivo más que el entretenimiento, que tampoco se produce ni se soluciona bien televisivamente hablando.

Convierte el trabajo temporal (un handicap social para millones de españoles) en un espectáculo. Se agradecería que los pusieran a trabajar por un día pero de verdad, no de postureo. Y si fueran políticos los empleados, hasta les premiaríamos. Así se enterarían de lo que vale un peine.

Acoso que no es banal

img_gmartin_20160629-000735_imagenes_lv_otras_fuentes_sva-kCFE-U402946345151SiC-992x558@LaVanguardia-WebMediaset apoya con campañas como ’12 meses 12 causas’ temas de contenido social muy loables, como la lucha contra la violencia machista. También ha impulsado el programa ‘Proyecto Bullying‘ contra el acoso en escuelas, institutos y universidades, una problemática social de gran calado y gravedad para quienes sufren este maltrato y sus familiares, amigos y profesores.

Pero todo este trabajo en favor de la comunidad se tambalea cuando en uno de sus programas de entretenimiento y de máxima audiencia: Supervivientes 2016, una de sus estrellas mediáticas, enviada a la isla para dar carnaza con su verborrea incontenible, se va de madre, y se pone a hostigar a otra concursante de forma flagrante.

Salvando las distancias más que evidentes entre los mencionados dramas de la violencia escolar y de género, y centrándonos en una problemática exclusivamente de tipo televisiva como la de este concurso, la actitud de Mila Ximénez hacia Yola Berrocal es del todo inaceptable. Y encima cuenta con la complicidad del resto de compañeros de destierro en Honduras.

Y el programa, lejos de haber afeado o censurado a la sevillana su comportamiento, repleto de gritos, insultos y comentarios ofensivos e hirientes en los que tacha a Berrocal directamente de tonta, retardada e infantil, de torpe, de solterona y yerma (por no «haber sido capaz de casarte y tener hijos con 45 años») y por consiguiente, de ser incapaz de convivir y compartir con nadie, la ha premiado con formar parte de la final.

Además de haber demostrado una mala educación de campeonato y una maldad manifiesta, Ximénez ha arrasado en esta edición del concurso con las pocas normas de urbanidad que le quedaban a este programa, que es cómplice de la actitud de la concursante ‘estrella’ por su silencio respecto a su comportamiento.

Gane quien gane la competición, ya no lo ha hecho ni el juego limpio ni el buen ejemplo a los televidentes. Y la pasividad de la dirección del programa hacia la ‘macarra’ de Ximénez no es algo banal. Los desacredita.