Hoy la cosa va por capítulos.
Circular por las calles es cada día mas complicado. Me confieso uno de tantos afectados en sus recorridos diarios.
Un corte, una zanja, un carril menos… todos los días… termina agotando al santo Job.
Se lo he contado en papel a mis lectores de Valladolid y a vosotros os lo puedo hasta enseñar en imágenes.
Lo que eran 200 metros y 15 segundos se convierte en una odisea de casi 3 kilómetros que tardas más de 7 minutos en recorrer.
Capítulo 1: San Ildefonso
Capítulo 2: Túnel de Labradores
Capítulo 3: Puente de la Condesa Eylo
Soy consciente de que las obras son progreso, un coñazo, pero progreso al fin y al cabo.
Lo que no tengo tan claro es si los políticos lo hacen adrede y juntan todas las obras al mismo tiempo para pasar el mal trago lo ante posibles, o es que no tienen la capacidad de gestión que se espera de ellos.
¿Somos los ciudadanos muy exigentes y poco comprensivos? ¿Nos quejamos por puro vicio? O en realidad ¿Se podría hacer mejor y escalonar las obras para no saturar a los vecinos? ¿En vuestras ciudades pasa lo mismo?
Por cierto, hoy me he sentido (un poco) como el compañero de nilibreniocupado. Desde estas líneas le expreso mi más profunda admiración: ¿Cómo le quedarán fuerzas para hacernos disfrutar de su blog después de estar todo el día al volante?